domingo, 15 de enero de 2023

Tortura mental al hacer limpieza

Hoy me puse a sacar de mi closet y mis cajones varias cosas y ropa que ya no me sirven o no me quedan. Me frustra ser tan meticulosa con las cosas y tratar de darle una razón a todo, un lugar a todo, un orden a todo, por más mínimo que sea. Por ejemplo, los cablecitos que se parecen a los que le ponen al pan bimbo para cerrar la bolsa, mucha gente diría es basura, alaperka los cablecitos, ni los pelaría, ni siquiera pensaría en ellos. Pero yo les encuentro utilidad, un uso y una razón de por qué debo guardarlos y los acumulo en una cajita. Otro ejemplo: un pedazo de listón de no más de un metro, siento que en algún punto lo puedo ocupar. Para qué? No lo sé, pero siento la necesidad de guardarlo, y siento que si lo tiro, luego, cuando lo esté ocupando, me voy a estar lamentando de no haberlo guardado. Y así muchos ejemplos que hacen que limpiar mi cuarto sea una tortura mental de: ¿Qué debo hacer con esto, con esto otro, con aquello? ¿Lo guardaré? ¿Lo tiro? ¿Y si luego lo ocupo? ¿Y si lo guardo, dónde lo voy a guardar? Jajajajaja.  Estoy loca.

Entonces, en medio de este mar de pendejadas despejé un poco mis cajones y mi closet, pero no hice nada de mi trabajo en la escuela. Y ya casi estaba a punto de perder otro día porque mi mamá quería que la llevara a sus mandados, pero le tuve que decir que no, pues ya había perdido el día de ayer sin hacer mis deberes.

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