miércoles, 31 de diciembre de 2008

Adiós 2008

Gracias a los Dioses por todo lo que me ha pasado en ese mes. Diciembre del 2008 es un gran mes para mí. Espero que esto nunca acabe. He estado experimentando nuevas perspectivas de las cosas y de mi vida, he vivido nuevos roles y nuevas hazañas. Jajaja. Gracias de todo corazón.

Gracias por mi familia, mis amigos, mis compañeros y personas allegadas.

Gracias por otro año más.

Gracias por Él, después de todo.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Fluidos en mi mano

Fue la fiesta de una prima y él quería verme. Aproveché el alboroto para escabullirme. Fuimos a la laguna. Estuvimos ahi un buen rato dentro de su carro platicando de trivialidades, de las condiciones en que se encontraba la laguna, de las veces que habíamos ido allí y las experiencias que vivimos. De pronto empezó a tomarme de la mano, me acercó hacia él para besarme y yo no hacía otra cosa más que dejarme llevar. Pronto él estaba arriba de mí. Me besaba el cuello y dejaba escapar su aliento cerca de mi oreja. No supe ni cómo, pero en un instante, él había me había desabotonado la blusa, me di cuenta, porque pude sentir su camisa en mi piel, esto me puso alerta y aparté de mí su boca. Advertimos que las ventanas estaban empañadas (jajaja.. como la escena del titanic) y bromeando me dijo: "Vamos, sé que quieres hacerlo". No sabía perfectamente a qué se refería, pero dentro de mí, lo que quería hacer era poner mi mano sobre la ventana. Así lo hice y nos reimos jeje.Me pedía que quitara mi blusa y que quitara mi ropa interior superior también. No podía hacerlo. Motivos me sobraban para decirle que no, conocía tantas cosas de él como para negarme, pero a la vez sentía ganas de deshacerme de toda mi ropa, así que, antes de que me ganaran las ganas, lo aparté de mí y le dije que no podía, que me disculpara. Me salí del auto y él también lo hizo.

Afuera me empezó a decir que no sucedería nada que yo no quisiera, que si iba muy rápido que lo disculpara... empezó a disculparse de la manera más linda que pude haber imaginado y no pude evitar lanzame contra él para besarle. Sus disculpas sonaban tan sensuales para mis oidos y su piel blanca bajo la luna era realmente hermosa. Le besé su boca, cara y cuello y mi cuerpo se frotába a él casi involuntariamente a mí. No hicimos nada malo. Sólo le di placer con mis manos y por primera vez pude ver cómo un niño terminaba. Fue tan bello ver su cara y sus gestos. Fue tan bello sentirlo y sentir sus fluidos en mi mano. Justo después coloqué mi oido cerca de su corazón y lo oía latir desaforadamente, también su respiración estaba agitada. Qué bello fue oir su respiración y oir su corazón.

Luego de la "actividad" (jajajaja) me empezó a dar frío y él sugirió marcharnos. De regreso, mientras él conducía, yo lo abrazaba y platicábamos de cosas triviales.

26-12-2008 1:43 am
Me encanta como eres y como t pones. Eres un chico único y especial. Sea como sea, es chido conocerte. Gracias por mostrarme un poco mas d ti. T quiero.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Mentirero

Viernes 12 de diciembre de 2008, para mí era como vivir un día como cualquier otro. La primaria, los niños, mi clase interrumpida por los imprevistos escolares en el aula y en la escuela, mi mente al tope de pensamientos... Estudiando una y otra vez, repetidamente la situación que nos unía. ¿Había alguien más aparte de mí?

Desde el lunes que Edith vino a visitarme a la casa y que llegaste tú y fuimos a dejarla a su casa, pude evidenciar parte de tu posible mentira. Aún así seguía aferrada a lo que me convenía y a lo que quería creer. Pero una parte conciente de mí seguía actuando, peleando por mi dignidad, peleando por no ser parte de una posible mentira... esa parte conciente que le había pedido ayuda a Ricochet para sorprenderte infraganti con tu novia, sabía que podía suceder cualquier cosa.

Ese día, después al estar libre de la primaria, me disponía irme a mi casa como normalmente suelo hacer, pero un mensajillo cambió mi rumbo: un mensaje de Ricochet en el que me decía que era hora de descubrir la verdad, que estabas con tu novia en la casa, encerrados en tu cuarto; que fuera rápido si quería sorprenderte y derrumbarte el teatrito.

La primera vez que me mandó un mensaje similar en que me avisaba que era hora de sorprenderte, mi miedo a la verdad me hizo decidir no ir, pero me la pasé arrepintiéndome, repitiéndome una y otra vez "hubiera ido, no soporto estar en la duda". Pero esta vez, estaba decidida, sea lo que sea, fuera como fuera, así me diera miedo, así me estuviera partiendo el corazón por desconfiar de ti o por saber que te iba a descubrir, tenía que hacerlo. Además, esto ya había llegado a tal punto en que no sabía qué sentir por ti. Qué más daba? Te quería, cierto, pero no quería ser la posible antagonista de un trío amoroso.

Y me fui a tu casa. Tomé el camión que va para tu casa. Me bajé unas cuadras antes para pensar en lo que pasaría, para meditarlo todo. Cuando llegué me asomé hacia adentro por la ventana que da a la calle. Allí estaba Ricochet, viendo tele. Le hice notar mi presencia y salió rápidamente.

Ricochet: Hola.
Garambullita: Hola
Ricochet: Pensé que no vendrías.
Garambullita: Es que me vine un tramo caminando.
Ricochet: Están adentro, encerrados en su cuarto. Llevan como dos horas ahí.

Aquí me di cuenta, que esto ya no podía ser una mentira por parte de Ricochet para vengarse de su amigo. ¡Estaba allí y seguía afirmándolo! Si alguna vez pensé que todo lo que me decía Ricochet era puro cuento y dudaba de él, ahora no había lugar para ello. ¡Esto era real! ¡Esto era verdad! Estabas tú y tu novia encerrados en tu cuarto.

Ricochet: Qué vas a hacer?
Garambullita: No sé, nunca había participado en algo así.
Ricochet: Mira se supone que yo no te dije nada. Así que, qué te parece si hacemos como que yo estaba en la sala dormido y que tu tocabas y tocabas, y como nadie salía decidiste entrar por tu cuenta.
Garamullita: Eso no se lo cree nadie. Cómo no te vas a dar cuenta de que alguien toca o de que alguien se pasa a tu casa sin permiso.
Ricochet: Te lo juro que yo siempre he sido muy despistado y eso será creíble.
Garambullita: Bueno está bien.

Fue entonces que Ricochet y yo pasamos y él se dirigió a la sala a recostarse para fingir estar dormido. Yo, me pasé hasta llegar a la puerta de tu cuarto (el cuarto en el que había experimentado cosas nuevas, el cuarto con un póster de Albert Einstein en la puerta, el cuarto blanco que siempre estuvo oscuro para mí). Estaba ahí parada, a punto de tocar y no podía. ¡No podía hacerlo! Mis fuerzas y mi coraje me habían dejado. Me inmovilicé por un largo rato, unos diez minutos en que pode oír el sonido de tu guitarra, de tu voz y la voz de ella hablando de música, hablando de Lenny Kravitz y otras cosas que no recuerdo. Repasaba mis posibles líneas, al verla a ella dentro de tu cuarto: quizá un "Qué lástima" mientras dibujaba la tristeza en mi cara, o mejor "Disculpa, no pensé que estuvieras ocupado" acompañada de una expresión de decepción... o si te encontraba en una situación muy comprometedora podría haber dicho furiosa: "¡Eres un maldito cerdo barato!"; sin embargo, ninguna me quedaba, ninguna aplicaba, no podía hacerme la víctima porque ni siquiera éramos nada. Tú y yo éramos sólo un par de amigos que se besaban y se manoseaban; creo que ese fue tu único propósito y cometido, en cambio, mi cometido, había sido encariñarme contigo como una idiota. Decidí que lo que fuera debía ser ipso facto y nada de premeditación, pero aunque mi mente trabajaba rápido, mi cuerpo no me respondía.

Esos 10 minutos fueron eternos... y por fin... tras inhalar profundamente di cinco golpes suaves a tu puerta. Pronto dejaste de tocar y callaron las voces. Tú, con un tono de familiaridad -quizá por que pensabas que era Ricochet quien tocaba- respondiste "¿Qué?". Las palabras me salieron de no sé donde y dije "Soy yo, puedo pasar?" suponiendo que reconocerías mi voz. No tardaste mucho en salir, pero detrás de ti cerraste la puerta suavemente. Tu cara sorprendida no la olvidaré.

Alfalfa: Qué onda?
Garambullita: Nada y tú?
Alfalfa: Nada. Y Ricochet?
Garambullita: Está profundamente dormido. Puedo pasar?
Alfalfa: Um, es que ya me voy.
Garambullita: A dónde?
Alfalfa: A la escuela.
Garambullita: A la escuela? Pues no que este día no tenías clases?
Alfalfa: Si, no tenía, pero la doctora me llamó porque me va a decir algo sobre la tesis.
Garambullita: Aaah. En serio te tienes que ir? No te puedes quedar un rato?
Alfalfa: No, de hecho ya voy a prender el carro. Vamos te llevo. (Me tomaste de la muñeca)
Garambullita: A dónde?
Alfalfa: A tu casa, es que no puedo quedarme. (Me jalaste hacia la puerta y ahí me detuve)
Garambullita: Te pasa algo?
Alfalfa: No, por qué?
Garambullita: Es que te noto raro.
Alfalfa: (nervioso) No, nada importante, son problemas de la tesis.
Garambullita: Puedo ayudarte en algo?
Alfalfa: No. Son cosas con la doctora.
Garambullita: Seguro? Ya sabes que si en algo te puedo ayudar yo...
Alfalfa: Si, gracias, pero ahora tengo que irme.
Garambullita: Podrías regalarme agua?
Alfalfa: Agua?
Garambullita: Si, es que tengo la boca muy seca [En verdad, mi boca estaba seca, y aproveché también para hacer que nos quedáramos ahí más rato].
Alfalfa: Si. Espérame.

Fuiste adentro y yo tras de ti y.. jaja.. no había vasos limpios.

Alfalfa: (Desesperado por sacarme de ahí) No hay problema si te doy agua en un pocillo? Es que no tengo vasos limpios.
Garambullita: Déjalo así. (Pobre de tí, pensé).
Alfalfa: Vámonos. (Me tomaste nuevamente por la muñeca)
Garambullita: No, me voy a quedar un rato con Ricochet.
Alfalfa: Nombre! Vámonos. Más al rato voy a tu casa. (Me jalaste nuevamente hacia la puerta)
Garambullita: Pero es que quiero platicar con él.
Alfalfa: No me hagas esto por favor.
Garambullita: Qué? Qué tienes?
Alfalfa: Nada. Vamos ya, te voy a dejar. (Me jalaste con fuerza)
Garambullita: Auch! Me lastimas! (Me solté de ti)
Alfalfa: No sé qué tienes, pero estás muy raro. Me voy a quedar con Ricochet un rato. (Me pasé hacia la sala donde Ricochet)

Ya no me dijiste nada. Pasaste a tu cuarto nuevamente y cerraste tras de ti. Platiqué un rato con Ricochet.

Garambullita: No puede ser.
Ricochet: Lo siento.
Garambullita: Lo siento más yo, por haber dudado de ti.
Ricochet: No hay problema.
Garambullita: Qué mal me siento.
Ricochet: Perdón por decirtelo, pero tenías que saberlo.
Garambullita: Gracias
Ricochet: Qué harás? Te quedarás hasta que salgan?
Garambullita: Nó sé.
Ricochet: Tendrán que salir. No hay otra salida.
Garambullita: Hay que hablar de otra cosa, esto me hace sentir mal.

Empezamos a hablar de él, o más bien dicho, él empezó a hablar de él porque yo ni siquiera prestaba atención. En eso, un mensaje le llegó.


"Llévatela por favor para poder salir de aquí. Hazme ese favor".

Tan despistados los dos, en verdad, que no intuimos que era un mensaje de Alfalfa. "Me llegó un mensaje y no sé de quién rayos es!" dijo Ricochet. Me lo mostró y yo en tono burlesco le dijé: "Jajaja.. Respóndele 'Si, claro ahorita la saco'.. jaja". Él aún más despistado aún dijo: "Que mal cuando el tipo(a) se de cuenta de que no la saqué.. jaja".

Salió Alfalfa de su cuarto y se dirigió a la calle para prender el carro, ahora sí. Tras de él se fue Ricochet, no sé por qué. Al volver Ricochet conmigo, me dijo que el mensaje que había recibido era de Alfalfa y que quería que me llevara a algún lado mientras él sacaba a su chica. Ricochet me dio a elegir si quería ir a algún lado mientras ellos salían o si prefería permanecer ahí hasta descubrirlos. Yo elegí la primera opción. Ya era más que claro para mí la mentira de la que había sido objeto y no me interesaba ver la cara de la chica a la que estábamos engañando. Un momento, hasta ahora yo también había sido engañada, así que no me referiré a ella como la víctima.

Ricochet y yo salimos de la casa. Afuera estaba Alfalfa y me dirigí hacia él. Le refrendé mi apoyo incondicional y él me pidió una disculpa por lo que había pasado. "Luego te voy a ver" me dijo. "No hay problema, resuelve tus problemas primero y luego ya veremos" contesté. Cruzamos la calle Ricochet y yo, un tramo en silencio en que pensaba que atrás los dejaba a los dos, con la posibilidad de que ellos continuaran sin ningún problema. Bien pude haberme quedado ahí hasta que se dignaran a salir ambos, pero en ese momento no quería saber nada más. Era suficiente para mí. Ella seguramente ni se dio cuenta de lo que pasaba afuera de aquel cuarto, quizá mientras tanto se puso a pensar en la felicidad.

Fuimos a una tienda cercana. Allí compré una bebida, pues tenía la garganta seca. Al regresar a la casa ya se habían ido. Me puse a platicar con Ricochet y él amablemente trataba de hacerme reir. Yo traté de mostrar una Garambullita fuerte y de no hacer notar mi tristeza. Ricochet empezó a insinuar cosas como que podría encontrar a alguien más y que una chica bonita como yo bla bla... ustedes saben.

Decidí irme de ahí. Al despedirme de Ricochet le pedí disculpas porque había dudado de él. "No hay problema" me dijo. Le di un abrazo y un apretón de manos y me fui. Caminé un buen tramo. Pasé por aquellas calles que recorríamos Alfalfa y yo en su carro cuando íbamos a su casa o cuando me iba a dejar a la mía. Tantas cosas en mi cabeza. Tantos pensamientos, sentimientos, momentos y recuerdos ahora arruinados con esto.

Llegando a mi casa, la verdad no me sentí tan mal. Tantas advertencias por parte de Ricochet habían puesto alerta mis sentimientos y no me calló de improviso la sorpresa de la verdad. Ya había desmenuzado lo que podría pasar en caso de que la mentira fuera real y eso me hizo menos vulnerable. Corrí a mi cuarto y me tumbé en la cama, boca abajo. Pensaba y pensaba en por qué no lloraba y en por qué, en vez de eso, maldecía. Así estuve un buen rato. Hasta que se ocultó el sol.

De repente sonó mi celular, era una llamada de él. Me dijo que le permitiera verme, que se sentía mal por lo que había pasado y quería decirme algo. Y como se suponía que yo no sabía nada de nada, le dije que sí. Al poco tiempo, su carro ya estaba afuera de mi casa. Salí y:

Alfalfa: Cómo estás?
Garambullita: Bien y tú?
Alfalfa: Bien. Estás enojada?
Garambullita: No, por qué habría de estarlo?
Alfalfa: Pues, por lo que pasó.
Garambullita: Nombre, no hay problema, yo sé que a veces surgen problemas. No te apures. Resolviste las cosas con la doctora?
Alfalfa: Um, sí.
Garambullita: Y qué era lo que me querías decir?

Alfalfa se quedó callado. No contestaba. Pregunté algunas dos veces más qué era lo que venía a decirme y no hablaba.

Garambullita: Ya lo sé todo.
Alfalfa: De qué hablas?
Garambullita: Sé lo que está pasando. Sé a qué has venido.
Alfalfa: Qué es lo que sabes?
Garambullita: Tú ya tienes novia, verdad?
Alfalfa: (sin hablar, asintió con un movimiento de cabeza).
Garambulita: Lo sabía

Y ahora que ya no tenía que fingir no saber nada, pude mostrar mi decepción. Él me miraba, veía mi cara de tristeza. Debo admitir que no me sentía tan mal como hubiera imaginado, ya mencioné que el hecho de intuir y saber muchas cosas anticipadamente, me hicieron no tan vulnerable al dolor.

Alfalfa: Lo siento.
Garambullita: Desde cuándo andas con ella?
Alfalfa: Desde hace casi un año.
Garambullita: Y por qué no me dijiste?
Alfalfa: Porque no hubieras aceptado salir conmigo.
Garambullita: Qué decepción, en verdad.
Alfalfa: Lo siento… Cómo te diste cuenta?
Garambullita: Me dijeron, más yo no quería creer. Pero hoy pude comprobarlo.
Alfalfa: Lo comprobaste?
Garambullita: Si.
Alfalfa: Cómo?
Garambullita: Cuando fui a tu casa, te escuché con ella. Estaban los dos en tu cuarto, no es así?
Alfalfa: (serio) Sí… Te dijo Ricochet, verdad?
Garambullita: No.
Alfalfa: Entonces?
Garambullita: Yo te investigué
Alfalfa: Quién te dijo?
Garambullita: No te voy a decir
Alfalfa: Dime
Garambullita: Para qué quieres saber?
Alfalfa: Sólo por saber.
Garambullita: No lo conoces. Está en tu escuela, pero en otro salón.
Alfalfa: Cómo se llama?
Garambullita: No te puedo decir.
Alfalfa: Dime por favor quién fue
Garambullita: Fue una amiga de Edith que está en tu escuela (Edith es una de mis amigas).
Alfalfa: Desde hace cuanto lo sabes?
Garambullita: Hace un buen tiempo. Desde que te empecé a preguntar si tenías novia y tú me respondías que no, que ninguna te hacía caso.
Alfalfa: Y por qué no me lo dijiste.
Garambullita: Porque pensé que era mentira.
Alfalfa: Estás enojada?
Garambullita: No, solamente decepcionada. Pensé que eras diferente.
Alfalfa: (callado).

Quizá puse mi peor cara o quizá vio mis ojos llorosos porque él me dijo:

Alfalfa: Perdón, no te pongas así
Garambullita: No te preocupes, no es nada. Ya tengo que entrar. Nos vemos.
Alfalfa: Espérate Garambis. Ya no nos podremos ver?
Garambullita: Creo que no. De todos modos, aunque ya no podamos salir puedes contar conmigo para lo que quieras.
Alfalfa: En serio? No estas enojada conmigo?
Garambullita: No, no estoy enojada.
Alfalfa: En verdad?
Garambullita: Sí… no tengo por qué enojarme. Gracias por todo. Nos vemos.
Alfalfa: Adiós.

Entré a mi casa. Y tras de la puerta me recargué mientras oía el sonido de su estrepitoso vocho marcharse. No tenía planeado llorar, pero surgió de manera imprevista.

Luego, Alfalfa me maldó, lo que parecía ser su último mensaje:

12-12-2008 (9:55:54 PM)
Quisiera regresar el tiempo y haberte hablado antes. Siempre me gustaste y ahora me gustas más porque te conozco más. Desgraciadamente uno no puede estar con las personas que quiere. No me odies por favor. Espero en algún tiempo y en algún lugar volvernos a ver y hacer de esto una verdadera relación. Adiós, niña de la sonrisa hermosa.

Al poco rato vino mi hermano de sus andadas en la calle y nos marchamos para Garambutown. Ese día, la capital vio marcharse a una Garambullita triste.

lunes, 8 de diciembre de 2008

La carpeta

Segunda semana de prácticas en la escuela primaria.


Aún con la duda y con lo que me había contado Ricochet, seguía muy entusiasmada contigo. Quería pensar que quizá eran son puras mentiras de Ricochet por el desaire que le hice, pero muy en el fondo todo me daba algo de mala espina. Empezaba a preguntarme por qué nunca te podía ver antes de las 7 de la noche? y por qué últimamente nuestros encuentros se habían recorrido tanto hasta la madrugada? Como sea, el hecho de verte era más que suficiente y poniendo de excusa que tenías mucho trabajo de tu tesis, no repeleba en nada.


Aquel lunes vino Edith (una amiga) a mí casa, estuvimos platicando de muchas cosas: de sus prácticas en la primaria y de las mías, de las próximas tareas que debíamos hacer, de su novio y de ti. Le conté todo lo que me había dicho Ricochet y de cómo él se había ofrecido para ayudarme a descubrir la mentira de Alfalfa, le dije tristemente que quizá tú ya traías una chica llamada Dalia y me mentías. Ella no podía decirme gran cosa, con lo que le conté ella tenía las mismas dudas que yo y hacía las mismas suposiciones. Luego de un rato llamó Alfalfa y me dijo que si podía venir a mi casa, le dije que sí, pero no le advertí de que estaba acompañada por mi amiga (de ahora en adelante Edito). Cuando Alfalfa llegó, los presenté a ambos y le dije a Alfalfa que si podíamos llevar a Edito a su casa, él aceptó y nos fuimos en su carro.


Rumbo a la casa de Edito yo platicaba con Alfalfa de puras mensadas, algunas mensadas que quizá para Edito eran extrañas. Mientras corríamos por la ciudad, Edito me habló discretamente para que voltease hacia atrás, no se por qué, pero supuse que era algo comprometedor, y si volteaba, Alfalfa supondría que traíamos algo entre manos y nos sorprendería. Así que por más que traté de voltear discretamente, no pude ver qué era lo que me quería decir Edito.

Cuando llegamos a la casa de mi amiga "me bajé a despedirla"; le pregunté qué era lo que me quería decir.

"En el carro lleva una carpeta con el nombre de ella. Se llama Dalia _______ __________ ________". Me confirmó Edito.

Ahora ya sabía que sí existía una tal Dalia que tenía relación con Alfalfa, ya sólo me quedaba la duda: tendrá algo que ver con ella sentimentalmente?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Ricochet lo cuenta todo

Al día siguiente, con algo más de calma y con un porcentaje más elevado de conciencia, le pedí vernos, solo que ahora, él era el que estaría ocupado con trabajos de su escuela. ¿Con trabajos en verdad?

GARAMBULLITA 04-12-2008 (3:14:37 PM)
Ok. Está bien. Suerte en todo y gracias. Sea lo que sea que hagas no olvides poner lo mejor de ti. Besos.

Decidí conectarme por la tarde para ver si estaba Ricochet conectado; sí estaba, le pregunté algunas cosas para obtener más información, pero dijo que en ese instante no podía conversar conmigo porque Alfalfa estaba por ahí. Quedamos de conectarnos nuevamente en la noche.

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Me conecté algo tarde como aquello de las 11 de la noche. Ricochet estaba online, así que platicamos un rato. Lo que me planteó fue lo siguiente:

Alfalfa tiene novia, está en su salón con él.
Todos saben que él le pone los cuernos a ella, ya lo ha hecho varias veces.
El que sale perdiendo no es él, porque siempre es perdonado, las que salen perdiendo más son las chavas que utiliza, pues le cuenta todo a todos los chavos de la escuela. No dudo que ya le haya contado a todos sobre ti.
Ella lo ha perdonado porque lo quiere, pero él solo la utiliza con conveniencia.
Siempre que vienen aquí se encierran en su cuarto por horas.
No vayas a creer que soy un metiche, pero accidentalmente leí una conversación que tuviste con él, y respecto a eso que dijo de “no me hacen caso las chavas, muchas me han herido” eso no es cierto, tiene a muchas y él es el que las hiere.
Yo soy su amigo y daríamos la vida el uno por el otro, pero hace un buen tiempo que ha cambiado, se ha vuelto un mujeriego y manipulador. No le interesa nada más que él.
Los que nos juntamos hemos conversado sobre él y sobre cómo ha cambiado.
Si no me crees, puedes: ir a su escuela y preguntar por Dalia, le cuentas todo y que ella te diga la verdad; o bien, te paso su cuenta de correo y le preguntas por Messenger; o bien, algún día que ellos estén aquí, encerrados en su cuarto, yo te mando un mensaje para que vengas a comprobarlo por ti misma.
Te cuento todo esto porque creo que todo lo que hace está mal y porque necesita que alguien le de una lección. Espero que tú lo hagas.
No caigas en su juego. Cualquier cosa que decidas, te apoyo.

Luego de un rato de plática Ricochet me dijo que Alfalfa ocuparía la computadora una media hora, que esperáramos un rato en lo que terminaba. Así le hicimos, pero Ricochet ya no se conectó. Más tarde, pasada la media noche:

05-12-2008 (1:51:04 AM)
Creo que no podremos hablar, solo te digo: no caigas en su juego. Recuerda, hay lobos con piel de oveja. Y por cierto anda con ella por dinero y sexo, a ti te quiere para que seas una más en su lista de chavas a quienes les ha roto el corazón como un deporte. Y no eres la única, tiene a más, así que ten cuidado.

05-12-2008 (2:03:32 AM)
Buenas noches querida amiga, solo te pido que te cuides. No quiero que seas una chica más en su cama, ya hice lo posible por hacerlo entrar en razón y no entiende, solo se burla y me dice que no sea cursi. Ya hice lo posible por ambos, tú tienes la última palabra. Sea cual sea tu decisión siempre te apoyaré en todo.



Ricochet ya se había encargado de contarme toda su historia, pero necesitaba ahora saber la historia de Alfalfa, sin embargo, era de suponerse que si le preguntaba iba a negar todo.

¿Por qué me pasaba esto? Justo cuando uno mejor se encuentra, siempre hay un Ricochet que lo viene a echar perder.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ricochet y sus mensajes

Al día siguiente, en el aula de la primaria, yo estaba envuelta aún en aquella magia de la noche anterior. Los niños me preguntaron por qué andaba tan alegre. No lo había notado, pero sí andaba más alegre de lo habitual: este día bromeaba un poco con los niños, cantaba en voz baja o dentro de mí, me sonreía a mí misma recordando lo que había pasado. Cómo algo así puede cambiar a una persona? Me acordé de aquella vez que mi hermano estaba enojado porque llegaba muy tarde a casa cuando salía con el chico Alfalfa. A su vez éste me dijo que le presentaría a una chica para que me dejara salir sin problemas o para que al menos no me prestara tanta atención:
-¿A poco crees que si mi hermano trajera novia dejaría de prestarme atención?- pregunté.
-No solo eso, hasta sería más buena onda y no se enojaría tanto.
-¡Jajaja, hasta crees!
-¡En serio! Es más, te aseguro que si le presento a una amiga y le digo que le de besitos y… ya sabes, seguro que para el siguiente día andará más alegre, optimista, te invitará a comer, y le podrás pedir los favores que tú quieras.
Era cierto. Algo de esa índole podía cambiar el humor de las personas.

En ese mismo instante, en que me encontraba revisando unos trabajos de los niños, me llegó un mensaje de Ricochet, el amigo con el que Alfalfa se quedaba y con el cual yo mantenía contacto a través del Messenger:

03-12-2008 (8:29:04 AM)
Hola buenos días, ni me saludaste anoche que viniste jeje, pero bueno, la razón por la que te escribo es para decirte que Alfalfa ya tiene novia, se llama Dalia y está con él en la misma escuela, tienen más de un año juntos, viene a diario a la casa y se encierran en su cuarto. No pienses que lo hago de mala gana, es solo que me preocupo por ti. Si aún quieres salir con él está bien, pero se aburre fácilmente. Creo que sobra decir que no te enteraste de esto por mí. Cuídate mucho.


En ese instante toda esa magia se derrumbó. Por qué Ricochet me mandaba esto justo ahora. Tan bien que estaba todo.

Luego, otra vez Ricochet:

03-12-2008 (8:40:44 AM)
Una última cosa, ayer cuando te fuiste me dijo que no te dijera nada pero la verdad eso va en contra de todos mis principios. Hablé con él esta mañana, le pedí que te dijera esto y no quiso, solo me tiró de loco y se durmió. Mientras yo, pasé la noche entera en vela pensando en cómo decirte esto. En verdad lo siento.



¿Por qué Richochet delataba a su amigo? Se suponía, según ellos, que eran amigos desde la infancia y que ambos darían todo por el otro. Esto me decía lo contrario. Quizá no eran tan amigos como decían serlo.

¿Creerle a Ricochet? Cuando platicaba conmigo a través del Messenger me parecía sincero, algo loco y desquiciado, pero sincero. Normalmente hablábamos de él, sobre sus luchas, sus gustos, sus amores, sobre cómo extrañaba a su ex…; era muy egocéntrico. Una vez me invitó a su casa a formar parte de una peda. El asunto ahora era ¿creer o no creer?

Necesitaba ver a Alfalfa y preguntarle muchas cosas como: qué sentía por mí, qué buscaba de mí, si era muy amigo de Ricochet, si tenía novia, si en verdad era cierto lo que me dijo Ricochet… Ese mismo día que Ricochet me mandó los mensajes aniquiladores, Alfalfa deseaba verme, pero el shock de la noticia y mi miedo a la verdad me impidieron acceder, y con un “estaré ocupada” evité verlo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Destruyendo la ciudad

Al día siguiente tenía que ir a las prácticas en la primaria. Y justo en la formación de los niños en la cancha principal de la escuela, me puse a contestar el mensaje que no pudo despertarme.


02-12-2008 (8:01:28 AM)
Creo que leí tu mensaje un poco tarde, pero podemos vernos hoy. Solo dime a qué hora y donde. Tú también me gustas. Que tengas una buena mañana.


Quedamos de vernos a las 7 en el estadio. Le fui a esperar y pensé que no llegaría. Llegó 15 minutos tarde y me dijo que se le había descompuesto su vocho. Yo estaba contenta de verlo. Fuimos a buscar una llave para lavar sus manos pues según las traía sucias. A mí no me importaba si estaban sucias, de cualquier manera fuimos a un parquecillo donde había una llave, pero ésta no tenía paloma para girarla y estaba con madres de dura. Le dije que así las dejara, que no me importaba.

Él: en serio no te importa?
Yo: no.
Él: pensé que ibas pensar “¡Qué asco!”
Yo: no, eso no me da asco.
Él: es que normalmente las chavas son muy fijadas en eso. Entonces no eres fresqui?
Yo: cómo fresqui?
Él: es que a las niñas fresqui nunca les parecería ensuciarse, o sentarse en algún lugar que no sea una silla, o ir a comer a un restaurante que no sea caro, ya sabes…
Yo: pues no, entonces no soy.
Él: naah!! A ti te encanta lo bueno.
Yo: por qué dices eso?
Él: sé quién eres, eres rica.
Yo: rica? Jajaja.. En piojos.
Él: entonces te ensuciarías?
Yo: sí.
Él: irías a comer a cualquier lado?
Yo: sí.
Él: te sentarías en un charco de lodo?
Yo: jajaja… eso no, a menos que me viera en la necesidad o que tuviera ganas de hacerlo.
Él: ah, yo siempre pensé que eras fresqui… Pero sí vives muy bien y eres rica.
Yo: ya cállate o te golpeo!

Entonces empezó a hacer frío. Él no traía con qué cubrirse y empezaba a moquear. Yo también tenía frío. Me dijo que si me abrazaba. Le dije que mejor yo lo abrazaba a él.

Fuimos a su casa, o más bien a la casa donde se queda con Ricochet (su amigo que me insinuaba cosas por Messenger y que rechacé por desconfianza). Ricochet me vio entrar. Simplemente saludé con un movimiento de mano. Pasamos a su cuarto y otra vez el idilio. Afuera un viento fuerte movía a los árboles furiosamente, también las casas hacían ruidos y eso era excitante. Decidí que estaba mal lo que hacía. La voz en mi cabeza empezaba a hacerse presente. Pare un poco y le dije que ya no me besara, que ya no me tocara:

Yo: Ya, ya, ya...
Él: por qué? Todo es tan perfecto.
Yo: a qué te refieres?
Él: tu, yo y el viento. No ves lo que provocamos?
Yo: Si.. jajaja… es muestra de nuestros poderes. Pero si seguimos, vamos a provocar algo mayor. No quieres eso, verdad?
Él: sí, vamos a destruir la ciudad.

Me fui luego de un rato. Todo era mágico, pero debía ir a casa porque al día siguiente debía presentarme en la primaria.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Alerta de msj muy baja

Deseaba verlo otra vez. Ese muchacho era diferente. O más bien, no sabía si eran puros choros mareadores de parte suyo o si en verdad era diferente. Seguro ese día que había pasado desde la última vez, había estado ocupado recolectando insectos en zonas que yo nunca había oído mencionar. Y a pesar de mis ganas de verlo tenía que ser fuerte y no parecer tan precipitada ante él. Me mandó un mensajillo por aquello de las 10 de la noche pero yo estaba profundamente dormida que no pude escucharlo. :



01-12-2008 (10:07:48 PM)
Hola te quiero ver. Cuando puedo? es que me gustas mucho y también como eres. Dime Garambis, cuándo?




Este día habían comenzado las dos semanas de prácticas en la escuela primaria con los niños de sexto. Era lunes, el primer día de la semana y estaba cansada.