domingo, 15 de octubre de 2017

Sábado grandioso

Es hermoso tener un fin de semana con sábado incluído. Nunca lo había disfrutado ni agradecido tanto desde aquellos sábados de mi niñez en que solía despertar y quedarme en cama viendo caricaturas. Es grandioso.

Algunas veces había intentado recrear esos sábados libres pero no era lo mismo, porque sabía que lejos, a varios kilómetros, estaba la clase a la que había decidido no ir, y que mientras yo estaba bajo las cobijas, viendo tele, mis compañeros de maestría estarían avanzando a los trabajos o a la tesis.

Pero este sábado fue genial. Este sábado tuve nuevamente un poco de eso que experimenté de niña y un poco más:

Me levanté y estuve un rato viendo Thundercats, una caricatura que no es tan significativa para mí porque no fue de mi tiempo, pero por ser viejita me agrada. Luego fui con mi hermana a chacharear, que es otro de los pasatiempos que me relajan. En las chácharas o tianguis me compré un pantalón, un delineador de ojos —porque posiblemente lo ocupe ahora en día de muertos para pintarme la cara— una pasta de dientes blanqueadora y un pantalón y un top deportivos. Regresamos a casa a almorzar (ya era tarde, como la 1:30 PM), pero de regreso nos paramos en las nieves de carretón, que son mis helados favoritos, especialmente el de sabor vainilla, así que yo pedí una de vainilla y mi hermana una de garambullo. 😊 Almorzamos buebito con chilito que hizo nuestra madre y posteriormente fuimos a hacerle un mandado, en el que aproveché y me paré a una tienda de ropa; ahí me compré otros pantalones. Justo en ese momento andando en la calle mi celular me avisó de un nuevo correo de mi asesor de tesis, quien me estaba mandando correcciones, pero decidí no abrirlo ni contestarle, pues este era MI sábado y no quería gastarlo haciendo correcciones. Compramos lo de mi madre y de regreso en casa me ardían mucho los ojos así que intenté dormir. Pero sólo pude dormir diez o quince minutos por los ruidos que venían de la calle. Tomé el libro que estoy leyendo actualmente, el de Las ventajas de ser invisible —que no sé de dónde tuve la idea de comprarlo, porque hasta donde voy no se me ha hecho nada bueno— y leí por poco más de una hora, algo así. Casi enseguida me hablaron para la comida, que nosotros tuvimos ya muy noche, como a las 8:00 PM. La idea era hacer ejercicio pero estaba demasiado llena para ir a brincotear/correr en la caminadora eléctrica, además los ojos me ardían con más fuerza, por lo que decidí ponerme a leer un poco más en lo que se me juntaba más el sueño. Luego de leer me desmaquillé y me recosté a ver artículos en Mercado Libre (soy muy adicta a comprar, creo). Al final me dormí.

Fue un gran sábado: sábado de gastar el tiempo en lo que yo quisiera y no gastarlo en cosas que me agobian. En eso radicó lo grandioso. Me puse a pensar si algún día decidiré estudiar otra maestría o un doctorado, pero yo misma en voz alta me respondía lo erróneo que era ese pensamiento. "Ves cómo andas, sufre y sufre, y te pones a pensar en eso?". En ese momento juré no volverlo a hacer y no gastar mi tiempo en cosas que no me gustan. Estoy en el punto de mi vida en que "o aprovechas ahora o te lo pierdes".

Pantalones, pasta y delineador comprados en el tianguis.

Estaba sonando: Chan chan - Buena Vista Social Club

lunes, 2 de octubre de 2017

La peor manera de gastar el tiempo

¡Pinche madre!

Estoy ansiosa (demasiado, diría yo) porque termine esta etapa de mi vida que se llama maestría, y poder gastar mi tiempo libre en lo que me venga en gana. Salir un poco de la rutina, hacer nuevas cosas o simplemente no hacer nada.

¡Odio estar atada a una tesis! ¡Me emputa como no tienen una idea saber que el mundo rueda, gira, cambia y estoy gastando mi tiempo en algo que no me gusta!

No permitan que a ustedes les pase lo mismo; yo ya no lo permitiré otra vez más. La vida es tan corta como para gastar el tiempo de esa manera: sufriendo. ¡Maldita sea, esa es la palabra! ¡Un sufrimiento, agobio, un tedio, un odio, un fastidio descomunal! ¡De los grandes!

No permitan que sus días se gasten en algo que no es de su agrado.

domingo, 1 de octubre de 2017

Operación de Pelusa

La perra que nos dejó nuestro abuelo, la Pelusa, ha sido operada para que ya no tenga cachorros. Es una perra viejita, que a casi va a llegar a los 50 años perrunos. Por eso, decidimos operarla ya que debido a su edad, su fuerza para parir no es la misma y podía complicarse en adelante. Además nos explicó la veterinaria que con cada embarazo las perras pierden calcio y les afecta a ellas mismas.

Salió de la intervención y nos la dieron hace ya algunos días, pero no estaba cicatrizando. Le pusieron inyecciones para el dolor, para la comezón, para la infección y para la cicatrización, pero la mensa se lamía la herida y nunca la dejó cerrar. La veterinaria la volvió a coser y dijo que no le pondría nada para el dolor porque como no le duele ella anda muy normal y no se está quieta un segundo. "Mejor que le duela poquito para que se esté quieta" dijo.

Ayer mi hermana, quien se ha hecho cargo de ella porque yo "estoy ocupada trabajando en mi tesis", le hizo un collar isabelino (de esos que son como conos) para que dejara de lamerse, pero como era casero le duró muy poco. Por lo que le encargó a mi hermana mayor uno de la capital, y al parecer no encontró (mi hermana mayor aún no llega).

Ahora está siendo cuidada constantemente por mi hermana y yo a veces le ayudo a lo que puedo, aunque... muchas veces me zafo de todo porque "estoy trabajando". ¡Jaja! Además, yo le dije a mi hermana que para mí no era la mejor fecha para operarla porque "iba a estar ocupada". Si de por sí, no hago nada de tesis menos la iba a hacer teniendo la responsabilidad de Pelusa.

Mi abuelo (que falleció en abril de este año) y la Pelusa.


La Pelusa, el tercer día después de su operación.


Sexto día después de la operación,
ya intervenida por segunda vez,
con collar isabelino casero que le duró unas horas.



ACTUALIZACIÓN:

Mi hermana mayor siguió buscando en la capital el dichoso collar isabelino y ¡Sí encontró! Justo acaba de llegar esta noche (domingo 01 de octubre) y ya se lo pusimos a la Pelusa. Creo que este no se lo podrá quitar tan fácilmente porque va sujeto a su collar y aparte es de plástico (flexible, pero resistente).