domingo, 22 de abril de 2007

De cuando me vieron por abajo

Esta es la historia de una muchacha que no había tenido siquiera una sola menstruación en toda su vida. Al principio no tomó importancia a ello, vamos, la gente le decía que a algunas chicas les tardaba más que a otras en aparecer y que podía presentarse hasta después de los 16. Además ella así era feliz: no cólicos, no toallas sanitarias, no incomodidad, no días rojos.

Fue creciendo y sus compañeras todas ya hablaban del tema: “a mí me dura tres días…”, “a mí me dura cinco días…”, “¡a la prima de una amiga le dura siete!...”, y mientras ella escuchaba sin decir nada. Luego ellas iban al baño en cierta complicidad, y como ella no experimentaba aún eso, no era invitada a “la reunión entre amigas”.

No le importó. Aún era chica y pensaba que no tardaba en aparecer eso, y aunque ella no quería que sucediera, sabía que era mejor para desarrollo.

Cuando cumplió los 18 años, su papá se enteró que ella nomás nada, y se preocupó muchísimo, más que ella misma. Le ordenó a sus hermanas que la convencieran de ir a checarse, y así lo hizo.

Fue con la ginecóloga y le hizo un ultrasonido para ver si tenía todo en su lugar. Todo salió correcto, sus ovarios, su útero, sus trompas de Falopio, todo estaba allí. La ginecóloga le dijo que haría trabajar a sus ovarios, que mientras los tuviera ella los despertaría. Le dio unas pastillas y al cabo de unos meses de tomarlas, se dio cuenta de que fueron un completo fracaso. Y dejó el tratamiento por la paz.

Su papá se dio cuenta de que nada había funcionado y mandó a sus hermanas a convencerla de ir otra vez con la ginecóloga. Ella accedió.

Estando otra vez en el consultorio, la ginecóloga le hizo otro ultrasonido.

-Todo está bien, creo que tendré verte por abajo- :o fue la expresión de la chica al saber que la verían donde solo su mamita la había visto años atrás. –hay algunas chicas que tienen el himen cerrado y por ello el fluido no puede salir, tengo que ver si tu himen está cerrado o no.
-¿Ahora mismo?
-Sí, vete al baño, te quitas el pantalón y los calzones, te pones una bata y te vienes.
-“Pus ya qué, dijo la violada”- Pensó la chica resignándose.

Cuando se acostó en la camilla y la estaban observando por allá, se sintió tan mal, tan incómoda, que se tapó los ojos y se puso a imaginar otras situaciones. Pero de repente la ginecóloga le empezó a decir “Estás bien, estás muy bien” repetidamente que perdió la concentración. Al fin terminó el chequeo y pudo ponerse sus calzones púrpura. La ginecóloga le dijo que en vista de que todo estaba bien, le recetaría otras pastillas más fuertes. La muchacha aún las sigue tomando.

-------------------------------------------------------

Que feo sentí que me vieran :( pero ahora cada vez que me preguntan, les digo que la ginecóloga me repetía una y otra vez: “Estás bien buena, estás bien buena”. Eso me ayuda a recordarlo con una sonrisa en los labios :D

viernes, 13 de abril de 2007

Un canto berreado por mí

Hola chiquitines. Pues ahí me tenían sin nada que postear y luego me acordé de los cantos que grabé alguna vez con mi ex y dije ¿por qué no? todo para celebrar esta semana santa que acaba de pasar y el pedo (jaja.. ya tiene un siglo que pasó). A mí la neta me gusta mucho cantar, pero de eso a que me salga bien es otro rollo; sea lo que sea lo hago con entusiasmo y con el corazón en la mano.

Ahora sí, a quitarse la cerilla y a parar oreja porque la dueña y señora de este blog va a cantar.. jojojo

Pícale aquí para oír a la gorda cantar.

PD: Me dan alojamiento por 7 días así que luego tendré que borrar el post. Ni modo.

domingo, 8 de abril de 2007

El rinconcito del recuerdo

¡Qué munga!

Ya no quieres a esa persona, te ha costado un huevo olvidarla.
Hoy la ves pasar y tu corazón ya no hace TUN-TUN,
hoy la ves pasar y es como otra persona más...
Pero llegas a ese rinconcito donde se frecuentaban y... ¡rayos!,
la mente te trae muchos recuerdos
y te hacen una bola en el estómago que no puedes describir.


















Ya no lo quiero, es cierto... pero cuánto lo quise...



¡¡¡Aaaaahhh!!!

jueves, 5 de abril de 2007

Leñadora

Este día, en el cielo se escucharon mis súplicas.

En la hora del almuerzo, opuestamente a lo que acostumbro hacer, antes de empezar a tomar los alimentos, llevé a cabo una pequeña oración de gracias.

"Señor, gracias por los alimentos que voy a consumir, que sin duda no estarían en mi mesa sin tu ayuda... ah, y la de mis papás. Gracias por dejarme disfrutar un día más de vida con ellos y gracias por tener con salud a todos mis familiares y seres queridos..."

Y como buen ser humano no reparé en pedir algo:

" ...Te pido Señor, que me ayudes a no ser tan floja y a llevar a cabo lo lo que tenga que hacer, haz que mis días no sean en vano y pueda sentirme satisfecha con mi manera de vivir, ese sería un gran regalo"

Los demás en la mesa me miraban con extrañeza, pues normalmente me siento en la mesa y 'a lo que te truje Chencha', además estaba con la cabeza inclinada hacia abajo y con los ojos cerrados.

-Ponte a comer- dijo Perynthia (mi mamá), pero no hice caso y seguí.

No recuerdo qué más pedí o qué otras tantas gracias haya dado, pero lo que si me acuerdo fue que comí como cerdo.

Después de un rato, me asombré de que, al contrario de lo que acostumbro hacer... um... más bien, en vez de no hacer nada, estaba arreglando el jardín de mi madre con su ayuda y la de Mena (una de mis dos hermanas). Corté con un zerrucho un árbol que ya no daba hojas y estaba seco, arranqué la hierba mala con mis manos, barrí la basura y recogí lo que no pertenecía al jardín. Bueno en pocas palabras estaba viendo que lo que había pedido en mi oración de la mañana, estaba sucediendo. Claro, no me dí cuenta en ese preciso momento, pero luego, al terminar de hacer todo, me sentí con una gran satisfacción de haber ayudado a mi madre y pensé: "que satisfacción más grande el haber ayudado a limpiar el jardín" (bueno, no dije exactamente eso, pero sí lo sentí).

Algunos han de decir ¿y qué pedo con eso? Ya sé que no tiene nada de gracioso darle mantenimiento a tu jardín, pero el pedo es que casi todos los día de mi vida siento que se me van en balde y esa satisfacción de la que hablo contrarresta eso que siento.

Chiales, me cai que soy bien ñoña. Normalmente nadie escribe sobre cosas tan tontas en sus blogs, pero... nah, me vale.


Pus si así se les hace feo el jardín, imagínense cómo estaba antes de la limpiada. --- El pobre arbolito se ve verde de donde corté el tronco y hasta salió un retoño en la foto, pero neta, lo juro que lo de arriba estaba todo feo, espinoso y seco. --- La del fondo, es la casa de un tío, mi casa está justo en frente de la suya (lo que pasa es que vivo en una especie de vecindad del Chavo. Jojojo :D).

martes, 3 de abril de 2007

La niña de la barda

Hoy por la tarde, salí al patio y me fui a sentar a 'la barda de la secu' (al lado de mi casa hay una secundaria y su barda es nuestra barda también) y observaba a mis primos jugar fut; en eso que llega mi prima 'la Ewewas' -una niña de 9 años-, se sentó conmigo y nos pusimos a rayar la barda con unos pedazos de yeso que estaban regados en el patio. Hice muchos dibujos, pero uno que me gustó mucho, aunque quedó todo chueco, fue el de una niña con vestido. He aquí. No se rían.




Del lado izquierdo de la barda, está el piso de concreto de la secundaria, del lado derecho, está el piso del patio de mi casa, sin pavimentar, con un montón de escombros.

Ese pedazo de terreno que forma parte del patio, que puede apreciarse en la foto, está así de escombroso porque se supone que es el pedazo que mi abuelita le heredó a una hija suya, pero esa hija se le fue la casa desde muy chica porque no se sentía a gusto con lo poco que le daban en su hogar. Nunca más se ha vuelto a saber de ella.

El piso del lado izquierdo pertenece a la secundaria a la que asistí. Si, la secu queda al lado de mi casa, y para colmo, en aquellos tiempos, todos los días se me hacía tarde. Había grandes ventajas al vivir al lado, pero también muchas desventajas. Por ejemplo, si se me olvidaba algún material en la casa, bastaba que en la hora del receso asomara mi cara por la barda y gritara que me lo trajeran, o si quería volarme las clases, la barda podía ser la mejor fuga de ese recinto. Lo bueno que no era ese tipo de chica. Por otra parte, la privacidad era muy poca, los chavos fisgaban y andaban de mirones. Algunas veces llegaron a decirme que habían visto mis calzones colgados en el tendedero, o que habían visto a mis primos jugando encuerados y pegándose con toallas mojadas. De lo primero podía sentirme tranquila, ya que los tendederos que ellos veían eran los de una tía y no los de mi familia; mi familia, un poco más penosa que la de mi tía, se preocupaba por colgar nuestras ropas mojadas donde no fueran visibles para todo el mundo. De lo segundo no puedo defenderme ni nada, ya que no dudo que mis primos hayan andado encuerados jugando.

Bueno, ya se me olvidó cual era el propósito de este post y parece que se está volviendo una capirotada. Mejor ahi le corto. Nos vemos luego. Los quiero.