miércoles, 31 de octubre de 2018

Una sonrisa que engaña a la tristeza

Hay días como hoy que me siento tan bien, que nada me da bajón, nada me importa demasiado, convivo con las personas y lo más importante: río.

Cómo quisiera que todos los días fueran así. Sin embargo, mi actitud y estado de ánimo cambiante no los puedo controlar mucho, soy demasiado maleable con las cosas que me suceden, han detallitos mínimos que me ponen mal y me sacan del juego muy fácil.

Yo quisiera saber: cómo combatir contra esos monstruos? Seguro hay estrategias de autorregulación, seguro hay técnicas para combatir las malas rachas, seguro esto puede cambiar.

Creo que una de ellas es la sonrisa como mejor arma para combatir los malos estados de ánimo. Sirve, lo tengo comprobado: te sientes triste, bajoneado, raro con los demás y contigo mismo, pero SONRIES por más que no quieras hacerlo y la sonrisa cambia tu actitud de a poco, de a poco, hasta que te olvidas de ese estado de ánimo. Es efectivo, créanme, pero creo que es una técnica muy superficial; tal vez esos estados de ánimo con los que pretendemos luchar tienen un origen más profundo, tal vez debamos ir más al fondo de nuestras emociones y sentimientos que solamente tratar de engañar a la tristeza.

Porque la calidad de vida también depende de tu estado anímico y sé muy bien que estar bajoneado emocionalmente no es sinónimo de buena calidad de vida.

Hoy fue un buen día y quisiera saber cuál es el truco para que todos los días sean iguales a éste.


lunes, 29 de octubre de 2018

Encerrada

¡Maldita sea! ¡Nunca he deseado tanto salir por ahí, ir a la calle o a algún lugar a pasear! Pero ahora que estoy en recuperación de mi operación y que no puedo salir mis ganas aumentaron a putimil. 😭 A pesar de esto se supone que debo estar en descanso, pero... no estoy ni me siento tan mal... aunque tampoco estoy completamente bien. 😪

En realidad, según mi condición física, sí puedo salir y andar: podría ir a la placita a comprar un helado (de vainilla, ya saben 😉), ir a ayudar a mi padre en su trabajo, o como me gusta: salir a pasear en carro (con el volumen de la música alto, alto 😏♪♫); todo ello con mucho cuidado y reposando cada vez que lo necesite. Pero no lo hago, porque mi pueblo es demasiado chico y podría toparme con mis compañeros del trabajo y/o madres de mis alumnos, y éstos, al verme en la calle, supondrían que ya me encuentro bien, que no tengo nada y que nomás me la ando pachangueando sin ir al trabajo; 😒 hasta me los imagino diciendo: "Nombre, si yo la vi en la calle muy quitada de la pena y no se veía mala". 

Es por eso que prefiero no salir, para no dar lugar a malos entendidos y que digan que no he ido a mi trabajo pero que sí estoy muy buena para andar en la calle. Aunque debo confesar que esto de no salir y estar encerrada ya me está cansando, ya me está hartando, me ya tiene un poquitín hasta la madre. Las pocas salidas que he dado han sido casi así:



Me voy cuidando de no toparme con nadie o de pasar desapercibida, pero we, eso ya me hartó también.

Jajaja, quién lo diría que la niña a la que no le gusta salir ahora muere por salir!! Jajajaja, pobre. Pero ya me imagino, si no me estuviera limitada la posibilidad de andar de pata de perro en la calle, no estaría chillando que quiero salir. 😄

miércoles, 24 de octubre de 2018

Yo sé que no me odias

De un tiempo a acá siempre te enoja lo que digo. No me odias, lo sé, pero he notado que mis palabras te ponen de mal humor, porque hasta con lo más mínimo, como pedirte comida de la que has preparado, hacer un comentario sobre lo que hubiera sido mejor o pedir que me repitas algo para estar bien segura que he entendido, te hace soltarme miradas de que estás cansada de mis comentarios, de mis dudas y en general de lo que digo. No sé, he pensado ya no hablar demasiado delante de ti.

Disculpa por ser como soy, por tener siempre las palabras exactas para alterar negativamente tu humor; y ya ni hablar de lo que llega a ponerme triste (y llorona) esta situación, porque no sé cómo vayas a reaccionar, tal vez te enoje más saberlo.

Mi padre, al ver cómo reaccionas, dice que te trate de comprender, que tu enfermedad (diabetes) hace alterarte demasiado rápido, pero cuando está mi hermana mayor y su esposo enfrente, ahí eres una perita en dulce con todos y nunca te alteras, es más, estás más risueña que de costumbre. Tal vez mi hermana es tu favorita por lograr alegrarte demasiado, y yo, todo lo contrario.

Mamá, sé que no me odias, pero a veces me haces llorar. Mamá, sé que no me odias y ya no te quiero hacer enojar.

domingo, 21 de octubre de 2018

Mala ex amiga

No sé cuan raro vaya a sonar esto pero soy muy mala amiga y muy, pero muy peor ex amiga. A todos mis ex amigos y ex compañeros no los quiero ver más. ¿Por qué? No lo sé muy bien. Es la verdad. (Por ahora).

Una vieja, pero muy vieja ex amiga me ha mandado mensajes por Facebook, la bendita red social para contactar con amigos del pasado. Si supieras bendito Facebook, que eso es lo último que quiero hacer en esta vida: reencontrarme con personas que no necesito más en mi vida, que prometieron demasiadas cosas y se alejaron, no quiero volver a creer en ellas, no quiero brindarles mi atención, ni mi amistad, ni mi tiempo, siendo tan corta la vida. Sí lo sé, soy una ogro y una grinch, lo acepto y me gusta ser así. Me rehúso a hablar con ella.

Pero no es el único caso. Todos mis compañeros de la carrera, todos mis compañeros de la prepa, y hasta los de la secundaria, me los paso por el arco del triunfo, figuradamente hablando. Los únicos que podría rescatar son los de la primaria, que he visto a veces en algunos lugares y a ellos sí me dan ganas de hablarles, pero no me he animado a hacerlo. Sólo una vieja, pero muy vieja ex amiga, que es la misma que menciono anteriormente, no la quiero más en mi vida, aún cuando ella fue compañera de primaria, secundaria y prepa. Sí, tantos años tirados a la basura.

No sé, ni quiero saber si estoy en un error al no aceptarla nuevamente en mi vida, lo único que sé es que mi corazón tiene ahora una coraza que un mensaje por Facebook no podrá romper, por que ella también fue mala ex amiga.


martes, 16 de octubre de 2018

Miedo de no estar lista

Tal parece que pronto iré a trabajar de nuevo. Tras mi operación he pasado mucho tiempo en casa sin poder hacer casi nada y no he ido a trabajar. Tengo un poco de emoción por volver a mi vida normal pero también un poco de miedo: es decir, quiero estar ya rehabilitada totalmente y volver a mi trabajo y mis cosas, eso me emociona, pero cabe la posibilidad de que si intento regresar a mi vida normal sea solo para darme cuenta que aun no estoy lista, que necesito más reposo, que me mi operación me sigue dando problemas. Tengo miedo también que mi lenta recuperación se vea afectada por arriesgarme a regresar a hacer todo como antes. La última vez le dije a mi doctor que me ardía y me sentía muy incómoda en ratos y lo que me dijo fue que un ardor no es motivo de incapacidad laboral. Pero si regreso y me pongo peor y experimento un retroceso? Chale! Pero sí, ya quiero regresar.

sábado, 13 de octubre de 2018

Amigos con derechos

Hace un par de minutos acabo de ver una película que me hizo llorar. Con este ya van dos días que ando sensible y lloro. La película se llama Amigos con derechos (o algo así) y en ella la protagonista no quiere nada serio con el chico protagonista, pero al final se da cuenta que lo ama. Lloré, en pocas palabras porque esa no fue mi historia, porque tú eras la chica que no quería nada conmigo y yo el chico que en verdad quería una relación en serio contigo, lloré porque no hiciste igual que la chica, al final no te diste cuenta que me amabas y que deseabas estar conmigo. Es patético pero así fue. Lloré por algo de hace muchos años que no he podido superar del todo.