domingo, 24 de mayo de 2009

cenicero/porta veladoras/guarda clips

Un día en que estaba buscando en internet algún ejemplo de una manualidad relacionada con el valor universal de La Paz -que por cierto no encontré nada- para ponerles a los niños de la primaria, me acordé de mi obsesión por hacer manualidades con latas -obsesión que nunca calmé porque no se me ocurría algo bueno qué hacer con las malditas latas-. Entonces, aproveché la búsqueda de la manualidad de La Paz, para ver si encontraba también algún ejemplo que iluminara mi mente y ayudara a apaciguar mi obsesión. Encontré muchas cosas.. como: carritos, maceteros, galleteros, floreros, lapiceras... todos muy elaborados y tardados de hacer; como tenía poco tiempo -pues debía seguir organizando la manualidad que les iba a poner a los niños-, busqué algo fácil y rápido que pudiera hacer con una lata... Y adivinen qué.. jaja.. encontré una cosa que no sé bien qué es, pero que podía hacer en un santiamén; unos dicen que es un cenicero y otros que es para poner clips y cosillas por el estilo, otros más aseguran que es un porta veladoras y bla bla... sea lo que sea, lo hice y... chaca cha chan chachán... esto fue lo que resultó:





La verdad fue lo más fácil que pude haber encontrado. Los pasos son sencillísimos:

1. Le quitas la parte de arriba a la lata de refresco, esto puede hacerse con unas tijeras. Yo como tenía una lata de Arizona, tuve que cortar mas o menos a la medida de una lata normal.
2. Enseguida corté la lata en tiras de 1.5 cm aproximandamente, respetando, al fondo de la lata, un margen de 2 cm:


Aquí su espantosidad, la alteza Garambis, con la lata hecha tiras:

3. Luego doblas cada tira hacia adentro, procurando que el borde de la tira, quede al raz del borde del margen de la lata:A doblar se ha dicho..!!!:4. La última tira que dobles, se mete abajo de la primera que doblamos... y LISTO!!:

Jajaja.... qué bonito... estoy orgullosa de mí T_T Jajaja

Sí, ya sé que es muy simple, pero debía hacer algo para esta obsesión. Cuando haga más cosas con latas, y si me quedan más o menos bien, se las mostraré.

Y como yo no fumo, me voy a comprar una caja de clips... jajajajaja. Se la ven :)

martes, 19 de mayo de 2009

Rosa blanca

Le compré una rosa blanca. Mis amigas me decían que una rosa blanca no era la apropiada para dar a un chico pero dentro de mí era la que más me gustaba y me dije ‘adelante’. Cuando llegó a mi casa salí temerosa, escondiendo tras de mí la rosa. No sé si lo habría notado, pero si observaba con detenimiento mi sombra, podía haber adivinado lo que había en mis manos.

Comenzamos a hablar y trataba de despistarle diciéndole que esa noche lo notaba raro. Por fin en un instante de oportunidad le mostré la rosa y extendiéndola hacia él le dije “Para ti”. Alguna vez me había contado que él no era nada romántico, así que esperaba temerosa su reacción. “¿En serio es para mí?” me preguntó, y yo le dije que sí. La olió y en ese instante llamaron por teléfono. Maldición, tuve que ir a contestar porque si eran mis padres y yo no les contestaba me reclamarían luego por no haberme encontrado en casa. Así que entré y traté de ser rápida. Al regresar se había subido a su carro y ya había guardado la rosa. No supe si le gustó o no.

Platicamos de muchas cosas, como el hecho de habernos saltado varios pasos que se supone deben existir en una ‘relación’; me dio tanta vergüenza conmigo misma por lo que estábamos haciendo. Me preguntó que si me arrepentía, y le contesté que no, que todo era bueno para mí, que de haber podido decidir, volvería a vivir lo mismo junto a él. También estuvimos hablando sobre si lo que hacíamos era malo; yo dije que quizá era malo considerando que él tenía a su chica, pero que en sí, las cosas que hacíamos no eran malas para mí, pues todo lo que yo hacía lo hacía de la mejor manera, y que esto era porque lo quería. Él coincidió con que lo que él hacía tampoco era malo, pero pregúntenme si me dijo que también me quería??.....

lunes, 18 de mayo de 2009

Un abrazo

Lunes 18 de mayo y después de más de un mes te volví a ver. Desde el 11 de abril… ¡cuánto tiempo!

En ese lapso me había dedicado a repasar una y otra vez lo que hay (o debo decir “lo que no hay”?) entre nosotros. Me di el tiempo para asimilar muchas cosas y, lo más importante, para calmarme un poco y tratar de manejar mejor mis sentimientos hacia él. Logré muchos avances; ya no me muero por no verlo. Ahora… aunque sí quiero verlo -tengo que admitirlo- ya no me muero si no lo hago. Me he ocupado mucho también de la escuela y el cuidado de mí misma que, cosas como matarme por un tipo, han pasado a segundo plano.

En ese lapso habíamos platicando solamente por Messenger tal y como si no hubiera ocurrido nada de nada. Siempre sucede así, no puedo enojarme, por un lado porque te quiero y por otro porque no tengo derecho a enojarme pues nada hay entre tú y yo.

Lo que sí pasó ese Lunes 18 fue que, el saber que volvería a verlo otra vez me provocó unas enormes ganas de abrazarlo… Y cuando lo vi nuevamente, ahí paradito, delgadito, con su carita de niño bueno, sus ojitos de borreguito, su piel blanca… tan bonito, con su pantalón blanco y su camisa tipo hippie no me resistí a abrazarlo. Él correspondió a mi abrazo, pero yo, con el temor que se siente al hacer lo que nunca sueles hacer, me aparté.


– ¿Por qué tan cariñosa? – me preguntaste extrañado.
– Es que tenía ganas de abrazarte. ¿Acaso un amigo no puede abrazar a otro amigo?... Pero bueno, ya no te vuelvo a abrazar si no quieres.
– No, abrázame todo lo que quieras.


Y nos volvimos a abrazar. Luego de un rato nos subimos a su carro y estuvimos platicando. Se puso algo cariñoso y le pregunté porqué cada vez que nos veíamos se ponía sexoso y quería hacer cositas, le cuestioné que si sólo me veía por eso? Su respuesta fue que si sólo quisiera eso, no se detendría a platicar conmigo e iría al grano. Para mí, esas respuestas 'convincentes' no funcionan mucho, pero no podía demostrar lo contrario, así que no dije nada más. También me comentó que yo lo ponía cariñoso por mi manera de ser.

Ora resulta que por ser como soy... jajaja. qué buenas respuestas. Lo cierto es que, luego de examinarlo, me he dado cuenta que eso sí puede ser posible, pues él, con su manera de ser, me pone cariñosa a mí también.

Según él, esa noche, sólo un abrazo bastó para desatar sus reacciones.

Nota: 'Ponerse sexoso', 'ponerse cariñoso' y 'hacer cositas' no quiere decir hacer cochinadas.

viernes, 15 de mayo de 2009

De noche todos los vochos son guindos

Me he vuelto loca por saber dónde te metes. Maldita sea cuando no puedo saberlo, cuando te desapareces y cuando quiero verte, pues la verdad te busco por doquier. Salgo a la calle y cuando paso cerca de la zona donde vives me alarmo al ver cualquier vocho guindo. Nunca de los nuncas me he topado contigo así, pero las esperanzas son lo último que muere. Así que... aún así sigo poniendo cuidado a cada vochito guindo que me encuentro en mi camino. Luego, por las noches, pobre de mí, porque la oscuridad cambia de color las cosas y los colores se vuelven más oscuros, y aquel color que de día se veía rojo, por la noche se torna guindo, y aquel vocho de día rojo por las noches se vuelve guindo, y me engaña, me hace voltear mi cabeza, siguiendolo con la mirada, pareciera que tengo tortícolis

sábado, 9 de mayo de 2009

caballero, ra

Estaba escribiendo algo sobre la caballerosidad que según -porque no estoy afirmando ni exigiendo nada- deben mostrar los hombres.

Y usaba plácidamente y a mis anchas el término caballero, caballerosidad y caballeroso refiriéndome a aquel individuo que se comporta de manera cortés y educadamente, pero qué chasco encontré al quererme referir a aquella mujer que se comporta tal y como lo hace un caballero. Y me dije a mí misma:

pues los equivalente es DAMA!!!

Pero chiales, no me late, porque imagínense.. podemos decir "cuánta caballerosidad tiene ese tipo" o "ese muchacho es muy caballeroso", pero NO podemos decir "cuánta damosidad tiene esa tipa" ni "esa muchacha es muy damosa" jajaja, claro que no. Qué fiasco. Ò_ó

Y digamos que podamos decir así -damosidad y damosa- pero no se oye igual de chingón que caballero, caballerosidad o caballeroso.

Me voy agüitada y con la cabeza gacha. u_u

viernes, 8 de mayo de 2009

Creer o no creer

Lo que pasa es que siempre que hago un análisis acerca de qué es mejor en cuestiones teológicas, si creer firmemente en alguien supremo o no creer definitivamente en nada, siempre llego a la conclusión de que en cierta manera es mejor creer, ya sea por verdadera convicción o por mero interés, lo que sea. Creer por verdadera convicción -pienso yo- se lleva a cabo con verdadera fe, con verdadera creencia, y éstas, al ser algo verdadero, te brindan verdadera calma, verdadera satisfacción y verdadera felicidad... En cambio al creer por interés, ya no tienes verdadera fe ni verdadera creencia, sino que buscas creer y buscas tener fe porque a partir de esto quieres obtener calma, satisfacción y felicidad. Pero, ¿por qué digo que creer por convicción o creer por interés siempre será mejor que no creer en nada?

Siempre será mucho mejor creer en algo–ya sea por interés o por convicción- que no creer en nada, porque las personas que crean siempre va a tener un consuelo donde ampararse, un apoyo o un alivio. Es decir, aquellos que tengan algo en qué creer, cuando tengan un problema o cuando sufran algún mal, siempre podrán dirigirse a pedir ayuda a su ser supremo, aunque este ayude verdaderamente o no. Pero si por el contrario, si se trata de una persona que no tiene algo en qué creer, cuando se sienta en un apuro o en aprietos ¡¿a quién recurrirá?! ¡Pobre de ella! Y más si es una persona aislada que no tiene amigos, ni perro que le ladre, por que se sentirá sola.

Sé que creer por interés suena feo, pero la mayoría de la gente es lo que hacemos, creemos sólo cuando nos interesa, cuando nos sentimos mal, cuando nos vemos en un aprieto y entonces sí, ‘sentimos que la Virgen nos habla’. Para mí no es tan malo, pues ambos casos -convicción o interés- nos convienen a todos y a la misma persona que cree, por ejemplo, si una persona cree en algo supremo será una mejor persona porque creerá que siendo buena es como podrá ser feliz, y aunque crea por convicción o por interés, el ser bueno le dejará una satisfacción, es decir, el tener a una mejor persona nos conviene a todos y la satisfacción por ser bueno le conviene a la misma persona.

Otro ejemplo: supongo que todos quieren ir al cielo, reunirse con su Dios, o estar en paz después de la muerte, y aunque crean por verdadera convicción o por mero interés, tendrán la idea en sí mismos de que el ser mejor ayudará a llegar a eso que deseamos después de la muerte. Y a todos nos conviene una mejor persona ¿no?

Con esto no digo que al creer por convicción o por interés ya se crearán al instante personas buenas y mejores que formarán un mundo color de rosa, ¡no!, seguirá habiendo pecado y depravación en la vida de todos, pero, por lo menos tendremos consideración entre lo qué es bueno o lo qué es malo y pensaremos dos veces antes de actuar, si es que queremos llegar ‘a un mejor mas allá’ o ser más felices. Y para aquellas personas que creen por convicción y tratan de hacer todo con rectitud, pues bueno morirán un poco más tranquilas y satisfechas de haber obrado bien en su vida, independientemente de que exista o no ese algo después de la muerte.

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Pues bueno queridos garambullenses, eso es lo que pienso, y es sólo una opinión. No quiero herir susceptibilidades ni estoy en contra de nadie, respeto a todos y a toda ideología. Yo por mi parte creo en mí y en lo que hago y tengo varios dioses en los que inspiro mi fe… Y sí, tengo qué reconocerlo, hasta pareciera que creo mucho más en ellos cuando estoy en algún apuro… pero no, los llevo y creo en ellos firmemente aunque no vaya a una iglesia o aunque no les prenda una veladora, los respeto y respeto a los demás dioses que las demás personas pudieran tener. Cada quien es libre de creer en lo que quiera, en un ser supremo, en una figura, en una imagen, en una roca, en un todo, en un nada, en una esencia, en sí mismos o en lo que sea, mientras no dañen a los demás y no provoquen el mal.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Sentido de pertenencia

Creo que el problema está en que las mujeres y los hombres difieren en lo que quieren. En una relación, la mayoría de ellas buscan un sentido de pertenencia, algo estable, algo así como “tú eres mío y yo soy tuya… y NADIE más”, mientras que ellos buscan corretear gatitas a fin de no aburrirse con una sola, nunca le dicen NO a ninguna aunque estén con otra, y entre más chicas conozcan mucho mejor.

La postura de los hombres es buena, conocer gente y valorar una de otra es lo mejor para hacer una buena elección, pero el andar con una y con otra al mismo tiempo arruina el sentido de pertenencia que las mujeres suelen buscar. Sería bueno que los hombres consideraran este sentido y tuvieran la cortesía de terminar con una antes de andar con otra. Además, al final, por querer ser el chile de todos los moles acabarán quedando mal, haciendo sentir mal a muchas y arruinandolo todo.

PD: Maestra Edith, no me regañe por usar su término.

martes, 5 de mayo de 2009

En contra tuya

Te levantas en la mañana porque tu mamá te levanta, ella sabe que a estas horas de la mañana – aunque pasan de las diez- eres el único con el que puede contar para que le hagas los mandados porque tus demás hermanos no se despertarán ni de broma. Bien podrías quedarte ahí acostado refunfuñando como ellos cuando no quieren levantarse, pero te levantas porque sabes que debes hacerlo y no haces mucho caso de lo que ellos hagan, tú debes levantarte. Ayudas a tu madre en cosas mínimas, traes el mandado de la tienda, llevas lonche a tu hermana mayor que anda en el trabajo, le traes las tortillas, etc. etc., pero al final ella termina haciendo todo, nunca te acostumbraste a hacer quehacer, ni hacer de comer, ni incluso a tender tu cama. Se podría decir que eres un holgazán, pero para ti todo es justificable porque llevas buenas calificaciones en la escuela o porque debes hacer tareas.

Luego de que ella hace el almuerzo y almuerzas con ella (porque tus hermanos nunca se levantaron) te pide hacer mandados y la acompañas. Regresan a la casa y ella empieza a lavar ropa mientras tú te pones en la computadora. Así se pasa un buen rato, incluso ella ya se ha puesto a hacer la comida. Tú la miras de reojo cómo pica verduras, cómo muele hierbitas y cómo a la vez, continúa lavando la ropa de la familia. Dentro de ti existe un poco de remordimiento porque tu madre siempre hace el trabajo de la casa y tú ni ninguno de tus hermanos nunca le ayudan, sin embargo, aún con el remordimiento y aún viéndola de reojo cómo trabaja y trabaja, no eres para quitarte de la computadora y empezar ayudarle.

Luego de un rato decides que debes ayudarle, así que te paras de donde estás sentado y vas hacia donde se encuentra ella lavando. Le ofreces tus servicios, preguntándole en qué le puedes ayudar. Ella te contesta seriamente en nada. Tú le ofreces alternativas ¿le pico papas, le barro el patio, le exprimo la ropa, le cuelgo estas sábanas? y ella te dice que no. Vuelves a insistir ¿en serio no quiere que le ayude en nada? Y ella ahora responde en lo que quieras. Y tú con espíritu de ayuda le dices pues dígame qué y lo hago. Enojada ella dice hay mucho por hacer, ¿qué no ves? Y tú dices sí, pero dígame qué quiere que haga. Ahora ella, enojadísima, casi a punto de estallar te dice sí, ustedes nunca tienen iniciativa, quieren que yo les diga qué hacer. ¿Acaso no pueden ver que hay muchas cosas por hacer, no ven que la casa está como un chiquero? No tienen ni tantita vergüenza con uno. Ahora tú, con un poco de enojo por la actitud que tomó ante tu espíritu de ayuda le vuelves a repetir ¿entonces no quiere que le ayude en nada? Y ella por último te dice haz lo que quieras. Y tú, con tu sentir, te das la media vuelta y te vas.

Más al rato ella se pone a lavar los platos y llega tu hermano con ella pidiéndole de comer. Tú puedes escuchar cómo le dice a tu hermano que no le dará de comer a nadie hasta terminar de lavar los platos, porque luego se le juntarán los del almuerzo con los de la comida y serían muchos qué lavar. Tu hermano que te ve sentado en la computadora te reclama el por qué no le ayudaste a lavar los platos, y tú, pensando cuando ella ‘rechazó’ tu ayuda, te limitas a decir yo le dije que si le ayudaba en algo y ella no quiso. Tu mamá nuevamente empieza a echarte el sermón de que la iniciativa propia y bla, bla, y esta vez te lo echa enfrente de tu hermano, pareciese que quiere hacerte quedar en mal cuando fue ella quien ‘rechazó’ tu ayuda. Tu mejor no dices nada, pero te quedas pensando en lo injusto que se tornó la situación y en la manera en que ella lo cuenta. A ver, ¿por qué no le dice a tu hermano que te levantaste antes que todos para hacerle los mandados?, ¿por qué no le dice que la llevaste a sus asuntos y que cuando te pidió que le dejaras lonche a tu hermana fuiste así como andabas todo greñudo con tal de no hacerla enojar?, ¿por qué no le reclama mejor a él porque no se levantó cuando le hablaba? ¡No! Tal parecía que este era el día en contra tuya. Pero bien, está bien, no dijiste nada.

Al rato tu madre te habla con tono imperante, casi enojada, para que vayas a comer, y aunque sí se te antoja lo que hay para comer, le das un no porque te duele la panza (realmente te duele). Además, ¿a quién le va a gustar que le llamen a comer con ese tono? Hasta parece hecho de adrede, a todos les habla muy lindo y muy tierno para que se reúnan en la mesa, incluso a tu primo que estaba por ahí a la hora de la comida, a ti, el látigo de sus desprecios, finges que no sucede nada, pero no te gustó cómo te habló exclusivamente a ti. Mejor verlo por el lado bueno, se te quitará tu dolor de panza.

Te vas a tu cuarto y te acuestas en la cama. Te quedas dormido y cuando despiertas tu papá preocupado te dice que bajes a comer, aunque sea cereal. Mientras te despiertas piensas en que quizá tu madre ya le contó toda la historia a su manera. Pero no, tu padre no te menciona nada de nada. Bajas y comes cereal tu solo, sentado en la mesa.

domingo, 3 de mayo de 2009

UNONOTICIAS

Maldición con UNONOTICIAS, me engaña y me hace pensar que es el mal nacido de mis quereres... y ahí voy de pendeja a revisar el pinche celular toda ilusionada.

Y lejos de importarme si el servicio es una estafa o es por parte de Telcel (porque hay quienes aseguran que es una estafa), me vale más recibir mensajes aunque sea con noticias y arriesgándome a ser tranceada, que a no recibir ni un puto mensaje de nadie. Si es una estafa, ps, ai que verlo por el lado amable y pensar... "pus al menos alguien me mensajea, aunque sea para chingarme".

Pinche pensamiento de mierda.

Y más mierda mi vocabulario florido.

Neeee...

sábado, 2 de mayo de 2009

Mamá Rosita

El día de hoy falleció mamá Rosita, mi bisabuela, la mujer con mayor edad de la familia por parte de mi mamá. Mi familia fue al funeral un poco tarde porque mi mamá, mi papá, Choy y Nanomed (hermanos) andaban fueras y mis tíos no nos querían decir ni a mí ni a Mena (hermana) hasta que estuvieran mis papás.


Llegamos al funeral y había poca gente. Yo no quise pasar a ver a Rosita hasta que nos fuéramos. Estuvimos todos callados. Luego llegaron unos señores y una señoras que iban a cantar las alabanzas funerarias, cantaban tan triste que aumentaron las personas que lloraban. Luego de un rato como que se acostumbraron a las voces lastimeras de aquellas alabanzas y ya no lloraban tanto.

Ya al final, unos tíos decidieron que la enterrarían pasado mañana, así que debían llevar su cuerpo a prepararlo para que durase todo ese tiempo antes del entierro. Ahí fue cuando decidí pasar a verla. Estaba ahí, dormidita, tan bonita. De por si ella siempre fue muy cuidadosa en su aspecto y siempre tenía un porte elegante, incluso en sus últimos días, chuequeando al caminar, y ahora ahí, aún se veía elegante como siempre, pero con su rostro serio y sus ojitos cerrados, nada de sonrisas como ella siempre acostumbraba y nada de ojitos vivarachos.

Ella vivía solita, en su casita de adobe, pero alrededor de su casita vivían, en una especie de multifamiliar, unos tíos mios y unos sobrinos de ella que la cuidaban. Hacía mucho que no iba a visitarla, desde las vacaciones de verano del año pasado, fue por eso que al verla acostada en su ataud le pedí perdón por no haberlo hecho nuevamente en todo ese lapso que pasó y más seguido, siempre. Recuerdo cuando íbamos mis hermanos y yo a su casita de adobe ella nos recibía con mucha alegría y cariño. Nos abrazaba y nos hacía cariñitos, incluso me decía que me sentara en sus piernas... y yo, para no hacerle el desaire, simulaba sentarme, pero sin dejar caer todo mi peso, porque entonces sí le iba a quebrar su pierna. Ella tan menudita y delgadita... ¡no se me fuera a romper!

Al verla me invadieron muchas dudas: no sé si parte de ese recibimiento que nos tenía en cada una de nuestras visitas era porque en verdad nos quería tanto -sin duda nos quería- o si era por que los familiares que vivían alrededor de su casa la tenían en el olvido y nunca iban a verla. No sé si ella, viviendo sola, pero con gente a su alrededor se haya sentido sola. No sé si sintió que la teníamos en el olvido. No sé si alguna vez deseó irse para siempre.


Ya en sus últimos días, me daba mucha tristeza verla que de repente no sabía quiénes eramos; no en vano sus 96 años (aproximadamente, porque nunca pudimos calcular su edad exacta). Y preguntaba por cualquiera que no reconociese: "¿y él quién es?". A mí siempre me reconoció hasta la última vez que fui a verla. Pero eso de olvidarse de su gente sólo fue en sus últimos meses, así que prefiero recordar a la abuelita tierna y dulce que me consentía y me decía "¡¿Dónde está mi petacón?!" (que era como un sobrino de ella me decía cuando yo estaba chiquita y me cargaba en brazos).