sábado, 30 de septiembre de 2017

Burraza, simplona con 7 libros

Recientemente, he decidido incrementar mi número de libros leídos al año, porque pues... Pinche burranca que nunca tiene algo inteligente qué decir. Me he dado cuenta de ello, nunca suelo decir algo profundo ni útil. Por lo general busco el sentido gracioso de las cosas y cuando se trata de algo serio, sólo me quedo seria, callada.

Si me preguntan, me gusta más lo simple y gracioso pues me resulta más catárquico y terapéutico. Siempre he estado convencida y hay estudios que lo demuestran, que la risa contribuye a una buena salud que, por el contrario, pasarla enojado, angustiado, ansioso o estresado. Además, creo que alguna vez lo he dicho: soy muy simplona y encuentro alegría o felicidad en las cosas simples.

Sin embargo eso no evita darme cuenta de la calidad de mis comentarios en situaciones que ameritan seriedad y trabajo mental. En estas, muchas veces tengo mis puntos de vista pero no me gusta demasiado participar en ese tipo de discusiones por una de las siguientes tres razones: 1) no es mi fuerte y no tengo fluidez; 2)por lo que dije anteriormente, me gusta más una plática simplona, alegre y graciosa; y 3) no tengo nada bueno que aportar, ni una idea respecto al tema.

La última es la que quiero abordar más; como lo venía mencionando más arriba: dejar de ser tan burraza e iletrada. Aunque, bueno, el saber no garantiza tener el don de expresarlo con palabras, así que también podría agregar como prioridad la número uno. Aunque bueno, me he topado con gente que ni puta idea tiene del tema y se pone a opinar a lo pendejo.

Por lo anterior, de ahora en adelante he de leer más, y he de ejercitar mi juicio propio sobre lo que leo, incluso sobre problemáticas o situaciones ajenas (odio los problemas) con los que pueda practicar ese juicio propio. Lo odio, no me gusta, pero es la única manera que se me ocurre.

He empezado por algunos libros. Me he dado a la tarea de leer reseñas e investigar títulos en internet. Ya tengo una buena y larga lista de los que han llamado mi atención, pero los primeros que he comprado de mi bolsillo, por ser la primera compra y por ser yo demasiado arrebatada/ansiosa en mis nuevos planes, los he seleccionado sólo por sus títulos, sin leer reseñas. Éstos fueron:

  • El profesor - John Katzenbach
  • La razón de estar contigo - W. Bruce Cameron
  • La tregua - Mario Benedetti
  • Escrito en el agua - Paula Hawkins
  • La chica del tren - Paula Hawkins
  • Las ventajas de ser invisible - Stephen Chobsky
  • El poder del ahora - Eckhart Tolle
  • (Los últimos tres sí fueron comprados con previa información).

    Ahora bien, debo terminarlos, porque hasta ahora siempre había sido de las que dejaba de leer si las primeras páginas no me atrapaban. Por eso, una forma de obligarme a terminarlos fue invertir en ellos con la premisa de que "ya he gastado en ellos, por lo tanto debo aprovecharlos".

    En estos momentos mi lista de libros por comprar es demasiado larga, pero vamos por partes.

    No sé qué tan idealista, futurista, optimista ha sido este post y este nuevo plan, pero chingue su madre siempre hay que intentarlo. ¿Qué no?

    6 de los 7 libros comprados de mi bolsillo.
    El séptimo se lo he prestado a mi madre.

    jueves, 28 de septiembre de 2017

    Falta de sueño por las noches

    En definitiva dormir temprano no es lo mío. Soy una criatura nocturna y quizá eso nunca cambie.

    El día de ayer estuve hasta las 2:30 a.m. perdiendo el tiempo en el diseño de este blog porque de repente se me ocurrio; 🤦🏻‍♀️ luego estaba a punto de administrar mi cuenta de Twitter pero pensé a mí misma "¿Qué pinches estás haciendo? Ya vete a dormir, mañana tienes que ir a trabajar temprano" y cerré la laptop de una. Pero ya en la cama tardé otro rato más en dormirme.

    El día de hoy sufrí un poco la desvelada: mientras estoy realizando mis actividades del trabajo con los niños todo bien, pero llega la hora en que ellos tienen clases con su maestro de inglés o con su maestro de educación física y yo no tengo gran cosa en qué mantenerme ocupada, justo entonces siento ardor en mis ojitos, o lo que es peor, siento que mi cerebro se quiere desconectar a fuerzas porque ocupa descanso.

    Buena o malamente salimos temprano (13:00 hrs.) porque no hubo agua en la escuela. Y llegué directo a casa... ¿A qué creen?... Claro, dormir. Dormí algunas dos horas o poco menos durante la tarde, y es hora que estoy escribiendo este post sin el más mínimo de sueño.

    ¿En dónde creen que radica mi falta de sueño por las noches? 🤷🏻‍♀️

    martes, 26 de septiembre de 2017

    Pinche puta y maldita tesis

    "Si las tesis fueran fáciles todo el mundo las haría". Es lo que me he venido repitiendo desde hace chingos de tiempo. Pero la verdad es que esas palabras de aliento ya no surten demasiado efecto. Hacer una tesis ha sido una de las cosas que más he odiado hacer en esta vida. Le he agarrado odio; sí, odio es la palabra.

    Al principio no sabía cuál era la razón de tanta aversión, pero luego supe que el origen de tantos malos sentimientos eran debido a que ese trabajito me privaba o limitaba de todos mis pasatiempos: escribir, leer, hacer ejercicio, salir a correr, ver/hacer videos, estar en las redes sociales, preparar cositas bonitas y útiles para mi trabajo con los niños, dar la vuelta por las noches sin rumbo... pero sobre todo, desvelarme por el puro gusto de hacerlo y dormir mucho en el día. Tuve qué hacer pausa a todo lo que me hace feliz.

    Algunos dirán: ¡Yo hice mis estudios e hice mi tesis, y tenía tiempo para lo demás! ¡Y qué bueno! Los felicito. Ustedes son los mejores, pero yo aun no tengo esa habilidad de ser tan organizada. Todo lo contrario, soy una desorganizada sin control y floja. Pero floja sólo en esas cuestiones, porque incluso durante las materias de la maestría iba muy bien y no me daba tedio o flojera en extremo. Pero ahora que ya solo tengo la tesis... ¡Changos! No quiero hacer ni madres.

    Mi hermana menor comparte la misma postura, idea y odio. Ella está en el mismo proceso de elaboración de tesis solo que ella ni trabaja. En cambio yo tengo que trabajar hasta las cuatro de la tarde y luego de eso ya no quedan ganas de tesis. Yo pienso que un trabajo de esas características solo los investigadores de corazón pueden realizarlo sin mucho grito ni sombrerazo. Yo creo que cuando tienes el gusto y la pasión nace de dentro, eso no representa ningún problema.

    Me quedo pensando: no sé cómo diablos terminé una tesis al concluir la carrera. Cómo vergas la hice y de dónde obtuve las ganas que ahora me faltan... hasta mención honorífica tuve en aquel entonces cuando expuse mi trabajo ante mesa de sinodales. WTF!

    domingo, 24 de septiembre de 2017

    Ingenuidad y decisiones

    Me gustaría saber qué pasará con mi vida; a dónde me llevarán todas mis decisiones. Si algún día podré encontrar esa felicidad que siempre he estado segura encontraré o si simplemente es otro sueño más. Nadie puede saberlo. Sólo sé que cada decisión cuenta y eso me da un poco de miedo. A veces me pregunto si estaré tomando las decisiones correctas, pero otra vez: nadie puede saberlo. Debo confiar más en mi poco ejercitado sentido común.

    Siempre he pensado que no tengo sentido común, o que si lo tengo, está muy levemente desarrollado. En ocasiones anteriores pude notar cómo algunas amigas me decían con incredulidad "Ay, Kiki" cuando preguntaba algo que para todos era obvio, o cuando no daba cabida de algo que parecía muy fácil de explicarse o muy evidente. Luego me decían "Es que tú eres muy inocente, no ves la maldad de las personas". Otras veces me dijeron que era ingenua y que debía ser más desconfiada, y tambien cuando dí una solución para algún problema dijeron "es que no es tan fácil". Al final, decidí alejarme de ellas.

    Siempre que hay decisiones qué tomar reflexiono sobre ello, sobre el trasfondo que puede existir, sobre si hay algo de lo que no me estoy percatando o si las personas me quieren hacer pasar una mala jugada, ya no puedo evitarlo. Hace un buen tiempo que empecé a usar más la desconfianza en vista de mi poco sentido común y tal vez eso me ha cerrado muchas puertas.

    "Hay que arriesgarse" me dice mi madre ahora que me quieren convencer a tomar una oferta de trabajo con mayores ganancias, que no es segura en permanencia y que muchas personas pudieran verse molestas si llego a ocupar el puesto. No me gusta algo inseguro y tener enemigos gratis, sin habermelos ganado. Yo, con ansiedad necesito estar segura de dónde estoy, por lo menos.

    "Te vas a acostumbrar y te va a terminar gustando, como lo hiciste en tu anterior puesto", "el mundo es para los arriesgados"... Eso ya lo sé, puede que me acostumbre y que quizá hasta me guste, sé que hay que tomar riesgos y que oportunidades como ésta son contadas y muchos las quisieran. Pero justo en este momento no me siento estable en mis ideas y en mi vida.

    No sé cuál decisión he de tomar. Sólo sé que los cambios a veces son buenos, que puede representar un nuevo rumbo a mi vida, que posiblemente me guste o que posiblemente lo odie.