lunes, 17 de febrero de 2020

Feliz y triste

Me alegra tu felicidad, mientras tanto yo estoy toda triste, pero neta, sin sarcasmos, me alegra que estés bien. Siento chido que estés superando tus fantasmas, que tu vida se esté acomodando y que empieces a estar bien contigo mismo. Me da gusto que todo aquello que un día te estaba nublando tu paz mental y emocional, se esté discipando. Me pongo feliz porque ese hombre que conocí en un principio está cambiando y está encontrando nuevas formas de ver la vida y de enfrentar los problemas. Me llena de orgullo verte evolucionar. Te quiero de verdad y me alegra, lo juro, que seas feliz, es lo que quiero para ti. Mientras tanto, yo estoy toda triste, toda rota, toda mal, porque te extraño y te quiero conmigo, te quiero para mí; estoy toda inestable y es porque no estás aquí. Quisiera decirte que me abraces muy largo, muy fuerte, ya no para insinuarte cosas ni para llevarlo a otros términos, sino porque necesito que me abraces y es todo, en verdad necesito tus brazos; pero no se puede, estás demasiado lejos. He de estar mejor, tal vez, he de soportar tu lejanía, he de cansarme de llorar, he de encontrar también mi paz, pero hoy, la única paz que tengo eres tú, el único anhelo que tengo es tu cariño, el único sentimiento que permanece inquebrantable es: te quiero.

domingo, 9 de febrero de 2020

Nada que haga funciona

Tengo varios días resistiéndome de hablarte, sabes por qué? Porque entre más me hablas más me enamoras, entre más hay contacto entre tú y yo, más me ilusiono, y no quiero seguir ilusionándome con algo que no podré tener. Sin embargo no dejo de pensar en ti. ¿Cómo rayos hago para no pensarte tanto? ¿Cómo hago para detener mis sentimientos? Neta que lo he intentado y no puedo; todos los días te amo y te pienso.

A veces me quedo absorta en recuerdos y los demás a mi alrededor me notan toda ida, fuera del momento y me preguntan “¿Qué tienes?” Y yo, con una sacudida de cabeza que parece un No, solo respondo “Nada”. No sé qué tanto lo noten, quizá no mucho, quizá bastante, que mis pensamientos están en otro lugar, están donde tú estás y donde una vez estuvimos.

Un día pensé, cómo haré para frenar todo esto que siento? Deja de ver todos los días sus fotos —me dije— deja de visitar su perfil como loca, deja de escuchar millones de veces sus audios, deja de stalkear. Y así he estado tratando, pero no funciona. Mi cerebro te tiene como el pensamiento más recurrente. ¿Qué me hiciste?

Hoy volví a escuchar tus audios y a ver tus fotos, y juro, no miento, que mi corazón se hace pequeñito del dolor y de la desesperación, estoy desesperada, te necesito en verdad.