miércoles, 25 de julio de 2007

Los rechazados

Primer acto

Se abre el telón. Sale Garambullita besando a los gatos. Su jefa, que lavaba una ropa, le dice:


Jefa: ¡Ya deja a esos chifingafadofos gatos pulguientos! Te van a llenar de pulgas y además te hace mal para tu asma.
Garambullita: (deja a los gatos y se dirije con su jefa) Hay ma chula, no se ponga celosa... ¡a Usted también la quiero! ;) n_n
Jefa: ¡Sáquese que!

Cae el telón



Segundo acto


El jefe de Garambullita aparece acostado en su cama...

Jefe: ¡Garambullita!... ¡Garambullita! (Enojado) ¡Garambullita!


Yo: ¿Qué quiere?


Jefe: Ven y dame un beso.


Yo: Um ¬¬

Jefe: Apúrale y no te hagas tonta.

Yo: Bueno, pero acabo de besar a los gatos.

Jefe: ¡Vete a bañar!

Cae el telón


¿Cómo se llamó la obra?...



Bueno, no se va a llamar de ninguna forma, solo quería decir:
¿por qué nadie quiere que quiera a mis gatitos? ellos son limpios por naturaleza, son pachoncitos y querendones u_u

viernes, 20 de julio de 2007

Romper esquemas

Hace días mi ex me mostró una rola hecha por él. Me dijo "va con dedicatoria", más nunca me dijo para quién. De cualquier manera tiene ciertas frases que siento que se acomodan con mi vida en estos momentos:


"Da hombre el amor que llevas en tu corazón...
...ve a tu alrededor, no todo es gris ni dolor...
...gana esperanza, gana libertad, rompe tus esquemas, vuelve a comenzar...
...nunca digas no a otro intento de tus sueños...
...acepta tus miedos, no es tan malo el tenerlos...
...Verás saldrá el sol...".

Hay tanto que pudiera hacer: no soltar mis sueños, aceptar lo malo y lo bueno que hay en mí y a mi alrededor, empezar a tener fe y no sentirme derrotada, trabajar en las cosas del corazón, hacer de lado lo que la gente piense de mí cuando rompa esquemas en busca de lo que quiero. Uff, suena bello.

Espero y no se enoje el flaco por poner cachitos de su rola XD

jueves, 19 de julio de 2007

Desventaja

Estos últimos días me he estado frecuentando con chicas de mi pasado, chicas que estuvieron conmigo en la secundaria y otras en la primaria con las cuales dejé de tener tratos porque estudié en una escuela distinta a la de ellas. Ellas me invitaron a salir a pasear y me contaban muchas de sus anécdotas que vivieron juntas. Eran muchas cosas las que contaban y con cada una de ellas sonaba un montón de risas que delataban la camaradería que habían formado en esos años, años en los cuales yo me la pasé estudiando en la prepa.

Contaban y contaban relatos y vivencias. Risas y más risas se mezclaban con sus historias, yo solamente trataba de reírme y de entenderlas todas, ya que eran ajenas a mí. Y ahí estaba Garambullita, tratando de reírse de cosas que muchas veces ni siquiera entendía porque no había formado parte de ellas, así que ya se imaginarán la manera en que le salía la risa.

Me decían una y otra vez “Nombre Garambis, si te hubieras metido a nuestra escuela en vez de la prepa, te la hubieras pasado bien padre”. Lo cierto era que mi madre santa no me dejó ir a esa escuela por la fama que tenía en ese tiempo: como estaba alejada de la ciudad y tenía muchas hectáreas de tierra para ganado, la siembra, etcétera, algunos decían que los chavos aprovechaban eso para irse de pinta, o en su defecto, tener sexo entre pacas de heno y alfalfa, vacas, cerdos, pastizales, corrales, sembradíos… Sea como haya sido, ya no podía regresar el tiempo y entrar con ellas a su escuela. Aunque a veces, mientras me esforzaba en dar mi mejor risa, pensaba en que tal vez hubiera sido mejor haber entrado allí, a la escuela que ellas mismas calificaban como un completo juego.

Pero no todo fue tan malo. La verdad yo las aprecio, creo que mucho más de lo que ellas lo hacen conmigo, así que me daba gusto volver a estar con ellas, conviviendo, aparte, había cosas que sucedían en ese momento de las cuales yo sí era partícipe y sí me sacaban una risa hasta de echarse pedos. Eso sí, a cada rato se ponían de hablar de sus grandes hazañas que vivieron juntas y no me quedaba de otra más que seguirles la corriente.

Ahora pienso, las examino. Están tan cambiadas. La más tímida que conocí ahora era la más loca, la más desorientada ahora era la más centrada. Hablaban y hablaban y hasta me era casi imposible seguirles la plática. Eran unas chicas con vivencias que las cambiaron, que las hicieron madurar y hasta pensar diferente. Eran unas chicas alegres, divertidas, seguras… Ahora pienso, me examino. Soy la misma estúpida de siempre, soy el mismo retrato de la infancia, la misma niña tímida que saca buenas notas, la tonta que no sabe relacionarse y tiene dificultad de comunicarse. Soy la aburrida que no sale de su rutina… Nuevamente vuelvo a pensar en que si hubiera estado en esa escuela tal vez las cosas fueran diferentes. Tal vez la escuela en la que estuve no me dio las cosas adecuadas para madurar. Tal vez la escuela en la que estuve me dio algo de conocimientos científicos (muy pocos) pero olvidó darme los conocimientos de la vida, aquellos que te hacen ser una persona más pensante, razonadora, calculadora, comunicativa, tomadora de decisiones, más fuerte, con más historia.
Ahora bien. Si estoy en desigualdad con mis coetáneos, cómo haré para emparejarme, cómo haré para superar esta desventaja de la que he sido objeto. Tal vez debiera luchar por vivir más, preocuparme menos y enfrentarme a distintos retos. Llevar a cabo planes y saborear algunos triunfos y derrotas. No sé, no sé por donde deba empezar. Me queda tanto por aprender. Soy tan complicada...

lunes, 16 de julio de 2007

Fusión

Hace unas cuantas semanas (mejor dicho el 29 de junio), los niños y niñas de mi salón unimos fuerzas con los niños y las niñas de otro grupo y participamos en un concurso de rondas infantiles. ¿Y por qué hasta ahorita? ¿Por qué no haberlo posteado antes? Um, bueno, lo que pasa es que no había tenido tiempo, mejor dicho, no había querido, se me hacía un poco ridículo comentar de ello, pero luego me dije: “¿Y qué ingaos tiene? Es mi puto blog y puedo poner lo que se me venga en gana”. Así que viene de ai…

Iniciamos el ensayo de las rondas con mucho tiempo de anticipación. Queríamos que saliera bien. Entusiasmo, eso éramos todos. Bueno, no todos, había uno que otro que la regaba de plano. Como sea. A las dos semanas de ensayos ya estábamos todos traumados con la pinche musiquita. Nomás oíamos las trompetas y los tambores de “Manbrú se fue a la guerra, qué dolor, qué dolor, qué pena…” y nuestros pies empezaban a bailar casi por condicionamiento. Jue horrible. Jajaja. Luego de esa cancioncilla seguía la de “cuánto me das marinero… porque te saque del agua, sí sí…”, “el sapito andaba andaba, debajito debajo del agua”, “la farolera tropezó, y en la calle se cayó, y al pasar por un cuartel se enamoró de un coronel”, “el patio de mi casa es particular, se moja y se seca como los demás”, “hacen así, así las planchadoras, hacen así y así me gusta a mí” y “acitrón de un fandango, zango, zango, sabaré”… Parecía ser todo bueno. Nuestros cuerpos estaban adelgazando por el ejercicio y nuestras caritas se ponían cada vez más negras por el sol de los ensayos. Pero nadie contaba con lo peor. Siempre tiene que haber algo que lo arruine:

La señora que nos hizo los trajes (porque sépase que debíamos llevar disfraz) estaba tardando mucho y las viejas fueron a reclamarle. Pero eso no fue lo malo, lo malo era que esa señora (la costurera) era mamá de una chava que participaba con nosotros. Entonces de la discusión viejas-costurera, todos salieron de la greña, bueno, más bien unos de un lado y… bueno ya me entienden.

Unas fueron a pedir su vestuario como estuviese, todo en pedazos (las mangas, la falda y la blusa separadas) y algunas se aferraron a que la seño tenía la obligación de entregarlos completo y estuvieron ahí mucho rato insistiendo. Yo también hubiera insistido pero esas cosas no me gustan, y eso me salió caro. Por no haber insistido y reclamado me entregaron mi vestuario a las 2:30 am del mero día. Y tenía que estar muy fresca y arreglada a las 8:00 am. (Nota mental: ser más argüendera y pleitista).

Pero no todo estaba perdido. Antes de dormir las tres horas que disponía hice una oración y pedí a Diosito que nos ayudara. Que hiciera que el día fuera bueno y que mi propio día lo fuese. Cuando me desperté, me pareció que cuando hice la oración Diosito estaba bien jeteado, porque me era tardísimo y nada era bueno como lo había pedido. Luego una compañera que me iba a llevar se fue y me dejó sola. Así que me fui en el micro. Lloré de rabia. "¿Por qué? Nunca pido muchas cosas a Dios y la vez que lo hago tal pareciera que no quiere escucharme". Como sea.

No todo estaba perdido, más no lo sabía en esos momentos, de haberlo sabido habría tomado todo más relax. ¿Por qué uno no puede saber lo que pasará para así evitar tanto sufrimiento o prepararse para él? Quien sabe. Al final, nuestra ronda obtuvo el segundo lugar de las 16 rondas participantes. Y algunos me dijeron que hubiésemos sacado el primero de no ser por el vestuario chafa que habíamos mandado hacer. Como quiera, todos los de nuestra ronda estábamos contentísimos con el segundo lugar.




Fusión

sábado, 14 de julio de 2007

Ciber-beso

Hasta hace poco me dieron mi primer ciber-beso. El medio fue el messenger, más espefícamente la webcam. Chequen esto:


¡Jajajaja! XD

Y ahí tienen al niño ese bien emocionado y a la Garambullita un poquito más. La neta, sí se sienten ricos. No están tan mal, y eso que eran con la camarita... ahora ya me imagino si hubiesen sido reales. ¡Jujuy!

Neta que sí son bonitos, y luego el tipo se esmeraba en hacerlo bien. Yo decía: "Otro, otro..." y él 'haciéndose del rogar' se acercaba a su cam, cerraba los ojos y daba inicio con un beso de piquito, luego sacaba su lengua y empezaba a moverla frente a la cam. (Neta que sí se veía bonita ahí bailando de arriba para abajo, de un lado para otro... jajajaja...) Y para terminar, mandaba otro beso de piquito. ¡Aaaah! ¡Qué bonito!

Ay, ya se me antojó uno de verdad =D Voy a buscar un incauto que sea fácil de convecer, o en su defecto, de engañar. ¡Jajaja!... Se la ven.

viernes, 13 de julio de 2007

Perfecto

Qué bonito es lo bonito. Estoy en el techo de la casa. ¡Aaah! Se respira un aire tranquilo y sereno, como algunas veces lo he sentido, solo que hace mucho. Realmente son buenas las bondades del inalámbrico.

Desde aquí puedo oir muchas cosas, principalmente los perros que no dejan de ladrar. ¿Les dije que vivo en un pueblito? Ah, ese pueblito que tantas veces he extrañado de estudios en otra ciudad. Puedo percibir varios olores. El olor a combustión de los coches, el olor a hierba de los lotes baldíos y cierto olor a comida que sale de no sé donde. El viento resopla de repente más fuerte y los árboles producen su peculiar sonido, el sonido a lamento que desde mi niñez recuerdo. Las luces de los postes son tenues y color a calabaza. Casi nada a mi alrededor es visible, solo las estrellas se pueden distinguir perfectamente; de las cosas terrestres solo se ven sombras, figuras y formas que mi mente tergiversa se esfuerza en crear. Todo es tan perfecto que el hecho de sea viernes 13 no me pone de nervios; ya casi termina el día y no ha pasado nada fuera de lo normal.


Si pudiera ver siquiera la sonrisa de la luna, todo sería más perfecto de lo que es ahora. Podría entonces darle gracias y ofrendarle algo a ella que siempre ha sido objeto de mi inspiración, y porque hasta hace poco me ha concedido un deseo. Pronto, cuando sonría le haré saber lo agradecida que estoy, y ya cuando se torne llena haré algunos conjuros más.

Esta noche es perfecta y nada la cambiará.


martes, 3 de julio de 2007

Ese niño

Carta sin destino.

Aunque diga que ya nada, que te he olvidado, que no te sigo queriendo, que ya no pienso en ti, déjame decirte que soy una mentirosa, aún te pienso y te sigo amando en secreto. No sé como he podido callar este sentimiento que me hace feliz y a la vez destruye. Me sorprende saber que no te lo he dicho todavía y todo por miedo al rechazo. Algunas veces te odie por tanto daño que sin saberlo me provocas, pero ahora sé que yo sola soy la que me hago daño. Aún así, si no has encontrado quien te quiera, si no has hallado la felicidad, si tu vida es igual o peor que la mía, ten en cuenta que aquí estoy yo para hacer tu vida más alegre y dichosa.


Hace mucho, en mis épocas de secundaria y al empezar la prepa, quise a un niño. Bebía de su mano aún y cuando él ni sabía de mi existencia. Muchas fantasías y deseos despertó en mí y me ilusionó toda. Una vez se me hizo conocerlo, pero no sucedió nada. Nada de nada, yo quería que un algo bello comenzara… pero no. Yo me sentí mal, muy mal… todos los sueños estaban por el suelo, pero a veces suelo ser un poco… o más bien muy optimista y decidí pensar que tal vez no sucedió nada porque más adelante el destino me depararía algo mejor al lado de él, tal vez por ahora era mejor que no hubiera nada entre nosotros para que ese futuro se pudiera dar; y lo seguí queriendo. Luego conocí a más chicos y dejé de pensar en él.

Hace algunos días me enteré de que tuvo un accidente y lamentablemente falleció. Me sentí mal por la noticia, pero tengo que admitir que no provocó muchos estragos en mí pues él ya no estaba en mi corazón. Me acordé de aquella oportunidad que dejé pasar, de conocerlo y de poder haber luchado y tratar de que hubiera algo entre nosotros, dejé que las cosas “al destino”.

Ahora estoy más segura, como mencioné en uno de mis post, que el destino es incierto, el futuro lo haces tú con cada decisión y con tus acciones. No puedo dejar que las cosas las decida ese ente que ni siquiera estoy segura de que exista. Lo que quieres lo obtienes por lo que haces y lo que decides, si no, te quedarás como la tonta de este cuento, esperando por aquel sueño… y lástima que nunca llegó.

En memoria de Ese niño que alguna vez me robó el corazón.

domingo, 1 de julio de 2007

La niña que creyó apestaba a sudor

Ruuun… Hacía mucho calor e iba en el microbús. Había salido de ensayar una tabla rítmica que me estaban poniendo en la escuela y ya iba muy cansadita rumbo a mi casa; lo que quería era llegar, bañarme y acostarme.

No me gusta viajar en el microbús cuando hace calor porque de repente se vienen unos olores medios gachos, pero como uno es bendito jodido, no me quedaba de otra.

Iba muy feliz y de repente se subió una señora y se sentó enfrente de mí. De pronto empiezo a notar un olor muy gacho, olía algo así como a sudor. Yo nunca soy muy requisitada para esas cuestiones olfatiles, pero la neta que el olor de esta vez sí que era notable. Atrás mío venían unos señores que también notaron el olor, pues pude ver que hacían gestos cuando volteé a ver sobre mi hombro. Luego de algunas dos o tres cuadras más volví a voltear a ver a los señores, pero esta vez me di cuenta de que ellos pensaban que era yo la del problema. Me sentí tan mal conmigo misma.

De primero me hicieron dudar por un momento: "¿Seré yo?... ¡No! Si esta mañana me bañé y me perfumé" -pensaba a mis adentros mientras me moría de la vergüenza-, luego la señora se bajó y el olor se fue. Me cae que si el olor no se hubiera ido junto con la señora me hubiera traumado de por vida.

Recomendación: Antes de salir a cualquier lado, tomarse un baño.