domingo, 9 de agosto de 2015

Ser explícito

No sé cómo llamarle a mi condición, pero en pocas palabras se resume así: en cuestión de pedir, dar y esperar me gusta todo lo explícito. No suelo suponer las cosas, si me piden algo implícitamente es como si no lo hubieran hecho. Si me ofrecen cosas dándole la vuelta al asunto no lo considero en lo más mínimo. A mí me gusta que lo que ofrecen y lo que piden sea con toda la intención y en todo sentido de la palabra, no me gusta que me digan entre dientes lo que esperan o lo que quieren de mí.

Odio que hablen implícitamente porque se presta mucho a confusiones y malos entendidos, y por tanto, a enojos y resentimientos. Como aquella mujer que espera algo de su pareja y no se lo dice directamente, solo lo medio expresa con indirectas; o aquellas personas que pretenden ofrecer un beneficio, pero no dicen "está a tu disposición" sino solo mencionan "pues ahí tengo 'X' bien", o cuando en lugar de decir "yo te ayudo" solo dicen "yo eso lo hago bien fácil". Pues sí, bien padre que tengas y que puedas, pero eso a mí en qué me ayuda. Parece que quisieran que les rogaran por ayuda. Lo que es bueno que también la persona necesitada exprese, y no que solo mencione "no lo puedo hacer" o "no tengo". Ambas partes, según su grado de necesidad o de generosidad deberían ser claros, igual aquellas personas que esperan algo de alguien más.

No seamos tontos "suponiendo", asegurémonos. Si queremos algo, pidámoslo, que en pedir uno no pierde nada, ya sabremos si nos pueden dar o no. Si ofrecemos algo, dejarlo en claro, sin demostrar arrogancias o superioridades.

He dicho.