Tuve un sueño bien pinche raro en el que yo regresaba con mi amor inocente de primaria (que digo yo que ni cuenta, porque no nos vimos ni una sola vez mientras anduvimos, pero bueno, de que hubo pacto de palabra, lo hubo). El caso es que en el sueño volvíamos a andar, me invitaba a su casa y al llegar a ella, mi hermana estaba con él, cenando, muy feliz, muy quitada de la pena, risa y risa. No sé qué tengo yo dentro de mí contra mi hermana, pero en verdad, en el sueño esa escena me calentaba como olla express; acto seguido le enseñaba el dedo grosero y le dije "Vales pura pinche v..." y me iba corriendo de ahí furiosísima, jajaja.
Analizando, ya despierta, me digo: Por qué soñé eso? Por qué me enojé luego luego?
Siempre he dicho y creo que los sueños te revelan cosas que traes muy dentro metidas, cosas que ni tú mismo te das cuenta, pero que salen de tu subconsciente en ellos. En verdad, he tratado de ver a mi hermana con otros ojos, pero su actitud me mata. Analizo y analizo y lo único a lo que puedo llegar es que quizá le tenga celos o que quizá le tengo rencor por ser la primogénita preferida.
Celos? Sí, quizá sean celos, de lo que ella consigue, de su inteligencia, de ser la preferida de mis papás... y rencor por ser una chantajista con ellos, que hace lo que quiere y no le dicen nada, siempre la consienten, la miman y como está delgada, "pobrecita, no se vaya a romper, háganle todo lo que quiera". Ay Dios, ya estoy empezando a ser sarcástica, jajaja.
Chale, algo hay, algo hay dentro de mí. Y hay algo dentro de ella que me fastidia y me provoca cierto enojo. ¿Cómo con mi otra hermana (Mena) no sucede nada así? Con ella me llevo diferente, más relax, más agusto, más divertido y más querendonas; porque hasta eso, cuando la mayor me quiere abrazar me fastidia, cuando me quiere besar y consentir eso me hace querer darle un zape para que se quite a otro lado.
Quizá está mal todo lo que estoy diciendo, pero si no lo digo aquí entonces donde? Pensarlo no me ayuda mucho, escribiéndolo me desahoga un poco más.
No sé, me siento como Helga y su hermana Olga. No sé qué haré.
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