Uno de mis grandes pasatiempos es el cantar. Canto mientras hago tarea, cuando estoy en el baño, canto en mi mente cuando voy caminando por la calle, cuando me alisto para ir a la escuela… ¡uts, casi todo el día traigo tarareando, silbando o cantando una rola! Soy una rockola andante (ji), pues me gusta mucho la música y su apreciación.
No hay una canción que no me cambie el estado de ánimo. Todas y cada una de las rolas tienen el poder de cambiar mi perspectiva. Lo más preferible para esta romántica empedernida, es el pasar de estar abatida, a una actitud carcajeante y feliz… y qué mejor que con unas rolas movidas pa’ bailar alocadamente (estilo cabra montañesa [brinco y brinco, salto y salto]) o hasta para hacer streep tease.
Pero, para mi desgracia la mayoría de las veces cuando estoy emocionalmente bien, la música lenta y con sonidos quietos, me hace ahondarme en mis hondos pensamientuchos (valga la rebusnancia) e introspecciones de quinta; en mis “meditaciones” y “observaciones del mundo” (¡Ha Ha!) y me pongo toda pen… sativa, casi casi al grado de chillar.
También me ha pasado que una canción de despecho queda tanto con la situación que vivo, que la repito una y otra vez, aunque me duela en el fondo del corazón. ¡Soy una inche masoquista!, hasta parece que me gusta hacerme sentir mal, ¡me gusta martirizare yo misma! yo que soy todo mi querer. Aun así, la música es una de las cosas que no me gustaría que me faltara nunca.
Unos piensan que “la vida sin sexo no es vida”. Otros dicen que “si usted vino a este mundo y no tomó vino, entons a qué vino”. Y hay a quienes les gusta la música y piensan que “la vida sin música no es vida”. En cambio para mí la música es mi vida.
No hay una canción que no me cambie el estado de ánimo. Todas y cada una de las rolas tienen el poder de cambiar mi perspectiva. Lo más preferible para esta romántica empedernida, es el pasar de estar abatida, a una actitud carcajeante y feliz… y qué mejor que con unas rolas movidas pa’ bailar alocadamente (estilo cabra montañesa [brinco y brinco, salto y salto]) o hasta para hacer streep tease.
Pero, para mi desgracia la mayoría de las veces cuando estoy emocionalmente bien, la música lenta y con sonidos quietos, me hace ahondarme en mis hondos pensamientuchos (valga la rebusnancia) e introspecciones de quinta; en mis “meditaciones” y “observaciones del mundo” (¡Ha Ha!) y me pongo toda pen… sativa, casi casi al grado de chillar.
También me ha pasado que una canción de despecho queda tanto con la situación que vivo, que la repito una y otra vez, aunque me duela en el fondo del corazón. ¡Soy una inche masoquista!, hasta parece que me gusta hacerme sentir mal, ¡me gusta martirizare yo misma! yo que soy todo mi querer. Aun así, la música es una de las cosas que no me gustaría que me faltara nunca.
Unos piensan que “la vida sin sexo no es vida”. Otros dicen que “si usted vino a este mundo y no tomó vino, entons a qué vino”. Y hay a quienes les gusta la música y piensan que “la vida sin música no es vida”. En cambio para mí la música es mi vida.
Vivo per Lei
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A mi tambien me encanta la musica, creo que le dicen "tener feeling", solo que yo no canto mucho, no se me da, prefiero tocar al piano, por que no le salen gallitos ni nada...
ResponderBorrarSaludo! (musical)
:D