No sé a cuantas personas les haya funcionado esto, no sé si sea factible reaccionar de esa manera después de haber compartido miles de momentos como ‘mas que amigos’, es más, para ser franca, no se nada sobre estas cuestiones, soy una neófita para estos rollos. Tengo 17 años y después de haber experimentado ‘el amor’ –según yo- creo y estoy aún más segura de ser todavía una niña, ¡qué digo una niña! más bien una escuincla babosa que no sabe lo que quiere.
Aún así, ayer esto traté de hacer, rescatar su amistad:
Me levanté temprano (¡guau, en serio!) para ir a la casa de mi ex (que rara se oye esa preposición en mí), llamé a su casa para apartar un lugar en su agenda, ya hecho esto, salí como ráfaga hacia su casa –claro, antes me quité las lagañas-. De camino a su casa no sabía qué era lo que le iba a decir, ni como iba a empezar a platicar con él. ¿Cómo saber cuáles eran las palabras que se usan después de haber cortado con alguien así de tajo? Nunca lo pudiera haber adivinado, ya que esta era mi primera experiencia amorosa (Ja!). En pocas palabras ‘no sabía nada’, de lo único que sí estaba segura, es que iba a recuperar su amistad.
Después de haber tocado a su puerta salió él. Yo no sabía que decir, lo único que salió de mi boca fue un “Hola, ¿puedo pasar?”. Él solo asintió con un movimiento de cabeza. Entrando a su casa vi que él solía ser el mismo: una guitarra fuera de su estuche sentada en su sillón color hueso, una docena de hojas un tanto arrugadas regadas por doquiera donde escribía sus composiciones, un teclado puesto en su mesa principal, un nuevo metrónomo digital puesto a un lado de su guitarra, también dos flautas dulces, un pandero, el huevito (que no sé cómo se llama) y otros instrumentos pequeños puestos en la mesita de los instrumentos pequeños, todo eso daba indicios que todavía la noche anterior te habías quedado despierto hasta tarde haciendo lo de siempre. Lo demás estaba en perfecto orden: su cama –que se podía ver desde la enorme ventana abierta que comunica su cuarto con su sala- estaba bien hecha, la cocina estaba limpia, su baño, no pasé a tu baño, pero supongo que debió estar limpio como siempre. Todo era igual, su casa tenía el mismo aroma de siempre, algo así como a pasto recién regado. ¡Dios! cuanto tiempo sin entrar a tu burbuja de tiempo, tu casa.
Todo fue como debió ser. Le pregunté el por qué de su desprecio, que si ya no quería saber nada de mí, que si ya se había cansado de mis niñerías, que si le caía mal, que si quería que nunca lo volviera a buscar, que por qué me trataba así.
Cada cosa que yo decía él la escuchaba atento como un hombre de su edad, no como los jóvenes atrabancados de mi edad que interrumpen y no dejan hablar. Solo dos veces me interrumpió, pues el creyó que mis palabras estaban basadadas en equivocaciones. La primera interrupción fue cuando dije que si le caía mal, a lo que él no me dejó decir nada más y contestó "si tú me desagradaras nunca te hubiera dado la oportunidad de que me visites, pero quiero que sepas que es todo lo contrario, me daba gusto que lo hagas"; la segunda vez que me interrumpió fue cuando pregunté si ya no quería saber nada de mí, a esto él contestó "no es eso, si alguna vez llegué a ser cortante contigo o algo por el estilo, fue porque era como una especie de escudo para no sentir lo que aún siento por ti". Después de esto mejor me quedé callada y no quise hablar más al respecto, no quería que con sus palabras me amansara y me hiciera admitir lo que no quiero admitir, pues aunque se escuche muy estúpido, no quería volver a lastimarlo con mis escuincladas. Platicamos de muchas cosas, recordamos momentos, callamos cuando había que hacerlo, lo demás no tiene caso mencionarlo, fue puro bla bla, bli bli.
Sentí que se hacía tarde, y sí, realmente fue así, ya era tarde, siempre me pasaba eso en tu burbuja de tiempo. Me marché alegre, con las cosas resueltas, con una sonrisa en la cara, con un peso menos y nuestra amistad renovada.
Por la noche mis hermanos y yo –que no habíamos podido felicitarlo como se merece por su cumpleaños- lo invitamos a cenar, ver una película y partir un pastel. Me la pasé muy chido como ya tenía un buen de tiempo que no lo hacía.
Aún así, ayer esto traté de hacer, rescatar su amistad:
Me levanté temprano (¡guau, en serio!) para ir a la casa de mi ex (que rara se oye esa preposición en mí), llamé a su casa para apartar un lugar en su agenda, ya hecho esto, salí como ráfaga hacia su casa –claro, antes me quité las lagañas-. De camino a su casa no sabía qué era lo que le iba a decir, ni como iba a empezar a platicar con él. ¿Cómo saber cuáles eran las palabras que se usan después de haber cortado con alguien así de tajo? Nunca lo pudiera haber adivinado, ya que esta era mi primera experiencia amorosa (Ja!). En pocas palabras ‘no sabía nada’, de lo único que sí estaba segura, es que iba a recuperar su amistad.
Después de haber tocado a su puerta salió él. Yo no sabía que decir, lo único que salió de mi boca fue un “Hola, ¿puedo pasar?”. Él solo asintió con un movimiento de cabeza. Entrando a su casa vi que él solía ser el mismo: una guitarra fuera de su estuche sentada en su sillón color hueso, una docena de hojas un tanto arrugadas regadas por doquiera donde escribía sus composiciones, un teclado puesto en su mesa principal, un nuevo metrónomo digital puesto a un lado de su guitarra, también dos flautas dulces, un pandero, el huevito (que no sé cómo se llama) y otros instrumentos pequeños puestos en la mesita de los instrumentos pequeños, todo eso daba indicios que todavía la noche anterior te habías quedado despierto hasta tarde haciendo lo de siempre. Lo demás estaba en perfecto orden: su cama –que se podía ver desde la enorme ventana abierta que comunica su cuarto con su sala- estaba bien hecha, la cocina estaba limpia, su baño, no pasé a tu baño, pero supongo que debió estar limpio como siempre. Todo era igual, su casa tenía el mismo aroma de siempre, algo así como a pasto recién regado. ¡Dios! cuanto tiempo sin entrar a tu burbuja de tiempo, tu casa.
Todo fue como debió ser. Le pregunté el por qué de su desprecio, que si ya no quería saber nada de mí, que si ya se había cansado de mis niñerías, que si le caía mal, que si quería que nunca lo volviera a buscar, que por qué me trataba así.
Cada cosa que yo decía él la escuchaba atento como un hombre de su edad, no como los jóvenes atrabancados de mi edad que interrumpen y no dejan hablar. Solo dos veces me interrumpió, pues el creyó que mis palabras estaban basadadas en equivocaciones. La primera interrupción fue cuando dije que si le caía mal, a lo que él no me dejó decir nada más y contestó "si tú me desagradaras nunca te hubiera dado la oportunidad de que me visites, pero quiero que sepas que es todo lo contrario, me daba gusto que lo hagas"; la segunda vez que me interrumpió fue cuando pregunté si ya no quería saber nada de mí, a esto él contestó "no es eso, si alguna vez llegué a ser cortante contigo o algo por el estilo, fue porque era como una especie de escudo para no sentir lo que aún siento por ti". Después de esto mejor me quedé callada y no quise hablar más al respecto, no quería que con sus palabras me amansara y me hiciera admitir lo que no quiero admitir, pues aunque se escuche muy estúpido, no quería volver a lastimarlo con mis escuincladas. Platicamos de muchas cosas, recordamos momentos, callamos cuando había que hacerlo, lo demás no tiene caso mencionarlo, fue puro bla bla, bli bli.
Sentí que se hacía tarde, y sí, realmente fue así, ya era tarde, siempre me pasaba eso en tu burbuja de tiempo. Me marché alegre, con las cosas resueltas, con una sonrisa en la cara, con un peso menos y nuestra amistad renovada.
Por la noche mis hermanos y yo –que no habíamos podido felicitarlo como se merece por su cumpleaños- lo invitamos a cenar, ver una película y partir un pastel. Me la pasé muy chido como ya tenía un buen de tiempo que no lo hacía.
Es muy dificil esa situacion, en tu caso (y desconozco las razones por las que tronaron) fue muuuy light, por que se comporto como un caballero, es un poco mas dificil tratar con chicas por que suelen hacerse las interesantes.
ResponderBorrarPor lo que me cuentas, aun hay solucion. Amigos 4ever o de plano matas toda esperanza a la proxima que la rieges gacho...
saludos.
Que bueno que has solucionado esa situación.
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