Querido blog:
Se me metió una nigua. Hoy por la mañana, justo cuando me levanté, me di cuenta; lo supe rápidamente porque al salir del baño me fui a lavar las manos y al frotarlas sentí una pequeña incomodidad en mi dedito medio. Y sí, ahí estaba la muy muy en mi dedo grosero de la mano derecha, justamente ese con el que apoyo el lápiz para escribir. Hace mucho que no se me había metido una.
El día de ayer fui a lo de mi abuelita a visitarla y a quitarme un poco el aburrimiento. Estuve platicando con mis tíos, viendo tele y viendo cómo mis primos jugaban apuestas con los dados: apostaban cosas chistosas como el que pierda le toca baño, o hará aseo del baño, o sacará a las chivitas, entre otras. Mi abuelita en su casa tiene muchos animales: chivas, cerdos, gallinas, perros... y con ellos, otra clase de animalitos como son pulgas, gorupos, niguas y no me quiero imaginar qué más. Bueno, el caso es que, mis abuelos ya habían acabado con la infesta de niguas, pero nuevamente empezaron a reproducirse, quizá por causa de algún cerduco nigüento que llegó a vivir con los demás. No lo sé. El hecho es que ahí, justo ahí, fue donde me le antojé a aquel animalejo. Se metió en mi dedín y ni lo sentí.
Hoy, rápidamente fui con mamá a decirle la sorpresa. Qué buena sorpresa, eso quiere decir que tengo sangre y me le antojé a la nigua, en otras palabras eso quiere decir que soy antojable al menos para estos amigos. Mamá me dijo "trae una aguja para sacártela". Pensé en tan pronta separación. La nigua tan trabajosamente fue a meterse a mi dedo y seguro fue un buen reto cavar por mi piel muerta para llegar a lo suculento y jugoso, el garambucentro, y de buenas a primeras, una mañana como cualquiera, la arrancan del lugar donde apenas acababa de establecerse. Pero pensé también en que no quería que comiera y comiera de mi dedo a tal punto de que me lo tengan que amputar, ya había escuchado desde mi infancia historias de niños que por llorones no dejaron que les sacaran una nigua y terminaron por cortales el dedo a causa de la completa infección.
Me resigné. En lo que yo pensaba, mi mamá se había adelantado a traer alcohol y una aguja. Me la sacaron y pude ver que apenas la pobre había llegado a lo jugoso. Um.. bueno. Tan triste historia.
Ahora ando sin utilizar mucho mucho el dedo grosero, como cuando te acabas de pintar las uñas y no quieres agarrar las cosas para no arruinar el acabado. Agarro el cepillo de dientes y el dedo... alzado, me lavo las manos y el dedo... alzado, y para escribir... jejeje tengo que recorrer el lapiz un poco más atrás porque la zona donde normalmente lo apoyo está temporalmente dañada.
pupes antojable si eres y no nomas pa las niguas jejejeje, si yo hubiera sido esa nigua, no me sacan ni con radiacion me cae jjajajajajaja, saludos garambiss!!!!!!!!
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