Qué mal rollo. Bueno, será en otrá vez, porque no creo que vuelvan a ir en esta vacación. Por ahora me tendré que conformar con las fotos que han tomado. ¬¬
Hace rato, cuando me acababa de levantar, tuve una gran idea para dejar de estar de ociosa ¡¡voy a empezar a alquilarme para hacer todo tipo de trabajos caseros!!: le limpio la azotea, le quito la mala hierba, le baño al perro, le espulgo al chamaco, le lavo las mochilas a los escuincles, le limpio las ventanas del segundo piso por fuera, le podo el césped, le doy masaje en los pies, le destapo su retrete, le pinto la casa... Usted diga.
Uy si, claro, como si la gente va a estar pagando por todo eso. Claro que no, ya ese tipo de trabajos nadie los paga, porque la gente siempre pone a los de su misma familia a realizarlos:
La tía Ruper le habla al sobrino y le dice: "Oye Godis -cariñito para Godoberto- quién te quele mucho, cachetón!! Estaba pensando que necesitaba que alguien me destapara los canales de la lluvia".... Y pus al Godis no le quedaba de otra más que obedecer porque la tía Ruper sabía que el méndigo Godis, el diciembre pasado se robó una botella de vino y se la llevó con sus amigos para celebrar el año nuevo.
Es decir, que nuestros mismos familiares usan los chantajes para obligarnos a hacer cosas que no queremos hacer. Pero a mí ninguno de mis tíos me chantajea. Lo que pasa es que yo soy un verdadero ángel. Y como nadie me chantajea, voy a ver si alguna tía Ruper de las del barrio no tiene sobrinito Godis que le haga los trabajos de la casa.
Arioz.
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