Donita: la declaración.

Esta es la historia, de cómo la Donita se me declaró.

Anoche asistiría a un baile y él me había dicho desde hace mucho que si iba con él, pero no le aseguré nada porque no quería sentir así como un compromiso u obligación, más bien quería que si tenía ganas de verme me buscara o si yo sentía ganas de verlo, yo buscarlo. Pero él, no lo tomó así y se enojó un poco. Así que cuando estuve en el baile yo decidí ir por él, porque estaba afuera y no quería pasar.

Lo pasé y bailamos toda la noche juntos, me traía acá bien pegadita a él y yo trataba de retirarme para no dar lugar a malos entendidos. Fuimos por unos botes porque hacía bastante sed y no había más para beber y nos sentamos por ahí lejitos de toda la gente. Yo lo notaba muy así como raro, como queriendo decir algo, pero nada. Luego bailamos otro rato y nuevamente la sed y otros botes.

La segunda vez tomando nos sentamos en unas bocinas que estaban en lo alto y de ahí estábamos viendo el grupo tocar y la gente bailando. En eso pasó un niño vendiendo rosas y me compró una. Me sentí un poco como chinche al haber permitido que la amistad entre él y yo llegara hasta esos rumbos, bien pude dejarle en claro las cosas con un poco de actitudes más cortantes y secas o con una clara explicación amistosa, pero no, me gusta llevar las cosas hasta las últimas consecuencias y de repente decir que no. Ja.

Luego el diálogo sucedió algo así:

— Oiga, le puedo decir algo, pero no se enoja?
— No sé, depende de lo que me vayas a decir, si me ofende, claro que me enojaré.
— No es nada que la ofenda, al menos no creo.
— Dime.
— ...
— De qué se trata?
— ... ... ... ...Usted me gusta.
— Um...

— Desde hace un buen de tiempo que me gusta y no sabía si decirle o no porque a lo mejor se enojaría.
— No, no me enoja.
— Y entonces.
— Entonces qué?
— Diga algo.
— No sé que decir.
— Pues que piensa, que está bien o está mal o qué?
— Está bien, creo.
— No notaba que me gustaba?
— No, bueno, me lo habían dicho y alguna vez me pregunté si sería cierto, pero no quise creer.
— Sí, desde hace tiempo que me gusta. Por qué cree que siempre voy a visitarla y me quedo con Usted mucho rato? Por qué cree que siempre que la veo la voy a saludar. Por qué cree que cuando voy con sus compañeros, a la primera oportunidad que veo me voy mejor con usted.
— Ah, ok...
— Sí maestra, además muchas veces la mandé saludar con una de mis maestras, pero creo que nunca le llegaron mis saludos.
— No...
— En verdad maestra, me gusta mucho. Siempre que me iba de platicar con usted, nada más me quedaba pensando en Usted y cuando se iba los fines de semana andaba bien desesperado porque fuera Lunes otra vez para verla... Qué piensa de lo que le dije?
— Nada, no sé que decir.
— Dígame algo, no me voy a enojar, sea la respuesta que sea.
— Mejor en otro día te digo lo que pienso.
— No, para qué en otro día, sólo dígalo.
-Es que puedo decir cosas que tal vez me arrepienta y quiero pensar las cosas bien.
— ...
— No te enojas?
— No, yo no me enojo, al contrario me siento bien por haberle dicho y no haberme quedado con las ganas de haberlo dicho... Pero por qué no me dice? Ya trae novio?
— No...
— En serio no sé por qué no le hablan los chavos, neta que están pero bien ciegos. Usted es con ganas y además está bien bonita.
— Um, jeje, gracias.
— No me va a dejar de hablar por lo que le dije?
— No...
— Y hasta cuándo me va a decir lo que piensa?
— Luego, quizá el Lunes que te vea.
— Bueno, pero hay que ser honestos, no me enojaré. Si es no, pues NO.
— Ok.

Y seguimos bailando, así como si nada hubiera pasado. Carcajeándonos, haciendo pasos raros y divirtiéndonos.

Luego que acabó el baile eran cerca de las 3:00 AM y me volvió a preguntar si no le podía decir justo en ese momento mi respuesta y le dije que como él quisiera, pero que si se me salen palabras muy secas o burdas, no se vaya a sentir mal.

Le dije: Yo a ti te aprecio mucho, por ser uno de los pocos que me hablan ahí en el rancho, por visitarme, porque de no ser por ti me pasaría muchas tardes aburridas y contigo de visita las cosas eran un poco más divertidas, además, ya sabes que contigo me siento bien platicando porque como te he dicho "las platica fluye muy bien contigo, cosa que con otros no". Quiero que sepas que me caes muy bien, pero sólo como amigo.

En eso pude ver como su cara cambió, sus ojos miraron hacia abajo y yo me sentí como una rata, de las más asquerosas.

Luego continué: A lo mejor te has de preguntar, porqué siempre platicaba contigo por mucho rato y a veces te ibas muy noche, por qué lo permití, por qué jugábamos y por qué hice todo ese tipo de cosas si no quería nada contigo. Y lo que pasa es porque así suelo ser con las personas con que tengo confianza, yo te tengo mucha confianza y además, tú te me haces alguien lindito, como apachurrable, como una personita especial, con quien estar agusto sin tener que fingir, con quien puedo reir y ponerme seria, con quien puedo jugar y con quien puedo gritar si quiero, pero siempre como un buen amigo. Nada más. Lo siento si no dejé las cosas bien en claro desde el principio y lo siento si la respuesta que te doy no es la que esperabas. Espero no te enojes, espero me sigas hablando como siempre y sigamos siendo amigos.

Tuvo que sacar fuerzas de donde pudo, o al menos eso sentí. Porque su cara lucía un poco triste y decepcionada. Más sin embargo seguí tratándolo igual, sonriéndole igual, haciéndolo sentir que lo que acababa de pasar entre ambos no me cambiaría, que seguríamos como si nada hubiera pasado. Ya de pronto sonreía y aunque a veces se me quedaba mirando perdido, yo bromeaba con él.

Soy una pinche aprovechada de la situación. Lo dejé que llegara hasta el final para luego cortarlo de tajón. No sé, fui mala, todo por querer engrandecer mi ego, quizá. Pero no podía decirle "yo sólo te quiero como amigo" sin estar segura de que él en verdad quería algo más. Aich, no sé.

Por mi parte las cosas seguirán como antes. Sólo espero que él también tome las cosas de la mejor manera.

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