Me gusta comer de todo, porque aunque mi debilidad sean los chocolates, los helados, los panes, galletas y dulces, puedo decir que de la misma forma como verduras, frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal.
Y sí, veo mis cachetes más rebosantes de alegría, mi panza un poco más prominente y mis piernitas chulas de gordas, porque aunque haga ejercicio, el hambre es mucha.
Cada que me miro comiendo como vaca, viene a mi mente una frase que una vez una amiga -la cual admiro por su estilo de vida saludable- mencionó:
"Todos podemos hacer una hora de ejercicio al día, pero lo verdaderamente difícil es controlar lo que ponemos en nuestro plato".
O sea, que... Garambullita, échatela al morral.
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