jueves, 6 de febrero de 2014

Tragona de primera

Últimamente me da mucho pendiente mi manera de comer. No paro. Soy una Koblenz (una devoradora). Pronto lleno, pero igual de pronto esa sensación de saciedad se va, así que vuelvo a comer en un corto lapso de tiempo.

Me gusta comer de todo, porque aunque mi debilidad sean los chocolates, los helados, los panes, galletas y dulces, puedo decir que de la misma forma como verduras, frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal.

Y sí, veo mis cachetes más rebosantes de alegría, mi panza un poco más prominente y mis piernitas chulas de gordas, porque aunque haga ejercicio, el hambre es mucha.

Cada que me miro comiendo como vaca, viene a mi mente una frase que una vez una amiga -la cual admiro por su estilo de vida saludable- mencionó:

"Todos podemos hacer una hora de ejercicio al día, pero lo verdaderamente difícil es controlar lo que ponemos en nuestro plato".

O sea, que... Garambullita, échatela al morral.


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