Se necesita haber vivido lo suficiente en un lugar como para extrañarlo. Tener en él memorias, recuerdos y experiencias, haber amado en pequeños rincones, haber hecho locuras en sus calles, haber conocido personas importantes en cualquiera de sus sitios y haberte ligado a ellas lo suficiente como para considerar ese lugar entrañable. Se necesita saborerar la noche y el día de algún lugar para considerarlo bello, acostumbrarte a sus inconvenientes y verles el lado positivo, destacar para uno mismo lo bueno que a nuestro alrededor se ofrece. Para llegar a amar a algún lugar, necesitas además, hacerlo tuyo, quererlo y mejorarlo. Analizar lo bueno y lo malo y esforzarte por cambiarlo.
Después de todo, terminé por acostumbrarme a la capital. Yo, siendo una pueblerina, pude sacarle algo de jugo a lo que la capital me ofrecía; claro, con ciertas restricciones y precauciones. Pude acostumbrarme a los inconvenientes que no estaban en mis manos resolver y pude ver el lado positivo a tantas cosas que me desagradaban. Por ejemplo, inicié odiando transportarme en micro y al final lo disfrutaba tanto (jeje) pues aprovechaba los recorridos por la ciudad para que mi mente se relajara y hasta tenía tiempo para meditar. Otra de las cosas fue que odiaba que mi casa estuviera tan lejos de mi escuela, pero caí en la cuenta de organizarme un poco más para no verme afectada en cuanto al tiempo. También me acostumbré al calor controlando mi estado de receptividad.
En cuanto a las restricciones y precauciones, probé ir a bares y fiestas y pude conocer a muchos tipos de gente con formas de vida diferente a la mía; tuve oportunidades de todo tipo y elegí según mi criterio. Así mismo asistí a eventos culturales, exposiciones de arte y ferias... Pero lo más importante, pude terminar mi carrera -lo cual mi pueblo no pudo satisfacer- en donde conocí a personas muy importantes. Eso es lo mejor de todo.
Este día hice mis maletas para regresar a mi pueblo, ya no iba a estar en la capital tan seguido como siempre, asi que empaqué la mayoría de mis cosas para regresar de vuelta a Garambutown. Aún así, muchas cosas me atan a esa ciudad. Una parte de mí queda en ese lugar. Seguramente volveré, pero en busca de cosas nuevas; y espero seguir por acá para continuar contando lo que me pasa.
Qué mezcla de sentimientos! el fin de un ciclo! Por una lado, toda la emoción de graduarte, y por otro el saber que esa parte de tu vida TERMINÓ. Yo estoy en una situación similar, me gradué el año pasado, y estoy extrañando horrores a todos mis compañeros.
ResponderBorrarQué estés bien Garambis!