lunes, 22 de junio de 2009

Debo hacer algo

Hoy fui a la escuela a unos cursos sobre las labores de trabajo docente que llevaré a cabo el siguiente año. Al terminar el curso era aún temprano y Pescado, Oruga y yo decidimos ir por un helado, también aproveché para ir a comprar unos tops (de esos ajustados para hacer deporte) para amortiguar a las nenas cuando voy a correr.

Estábamos en la heladería comiéndonos cada quien sus respectivos helados (vainilla, melón y nuez-cacahuate) y platicábamos de muchas cosas, una de ellas fue: qué haríamos por la tarde. Pescado iría a sus clases de danza y seguro que por ahí le sale alguna invitación para salir, y si no le sale, ella misma la busca. Oruga iría al gym, luego a sus clases de coro, y menos mal que no es martes porque sino también tendría que ir a sus clases de baile popular. Y yo, al pensar qué haría, me entró una enorme hueva sólo de pensarlo; quizá llegando a mi casa comería, vería la tele, estaría en el internet, iría a correr y... nada más relevante que eso. Tanta fue la hueva que me dio, que no quería llegar a mi casa, pues me ponía triste con sólo pensar que llegaría a hacer lo mismo de siempre. Lo único que pude decirles a mis amiguis sobre mis actividades fue "voy a ir a correr", y como mis amigas son tan observadoras, al instante se apresuraron a preguntar: "¿toda la tarde y noche? ¿no harás nada más?". Claro y obvio que no me la pasaría corriendo toda la tarde y noche, si al caso voy a correr media hora y llegando a la casa hago media hora de ejercicio, pero sólo les dije esa actividad porque no tengo muchas cosas que hacer realmente, ni en qué entretenerme. Entonces contesté: "No toda la tarde, terminaría muerta. De hecho no tengo mucho por hacer... ¿Qué más puedo hacer?"

Les conté de mis ganas de hacer algo, ir a un curso, a una clase de cualquier arte, de practicar algún deporte... pero les platique también de mi actitud patética de nunca terminar lo que comienzo. Les dije que normalmente dejo las cosas a medias, no porque me haya aburrido de ello o porque me haya cansado, sino por las circustancias en las que me veo; por ejemplo, si no me gustan las actitudes de los demás, lo abandono; si veo que los demás avanzan y yo me quedo atrás, me da frustración y lo abandono; si cualquier cosa me incómoda: un comentario, una mala mirada, una persona que se siente diva, etc., prefiero abandonar que estar incómoda, aunque tenga que sacrificar lo que me gusta.

Así me ha pasado varias veces, cuando fui a rondalla, a teatro, a coro, a futbol... nombre!! Muchas cosas que he dejado por mis niñerías. Me siento como una niña que le dice a su mami: "Mamá.. Mamá... yo no quiero comer con esas niñas porque me miran feo" Ja... bonita yo. Que actitud más mediocre.

Mis amigas me dieron algunos consejos que, no les miento, yo ya los sé, pero normalmente uno nunca lleva a cabo sus propios consejos porque las circunstancias impiden ver qué es lo que debes hacer, te ciegas y no puedes emitir juicios sanos, ni pensar bien. Qué bueno que las amiguis están ahí para darme de zapes cuando los merezco.

Luego nos pusimos a platicar sobre algo que nos dijo la maestra del curso. Dijo algo así:

El siguiente año, año en que irán a hacer su trabajo docente a las primaras, deberán olvidarse de todas actividades que les quiten el tiempo. Si son de esas personas que sienten que el tiempo no les rinde, que andan a las carreras, que a duras penas pueden con las actividades de la escuela, les doy un consejo: olvídense de bailes, fiestas, discos, borracheras, desveladas... y dedíquense a lo que ustedes deben hacer. Debe ser su prioridad su labor de trabajo docente.

Entonces se vinieron abajo algunos planes que había maquinado como: tomar clases de violín, continuar a la vez haciendo ejercicio y practicar dibujar (que hace mucho que no lo hago); se vinieron abajo porque, aunado a las demás cosas que suelo hacer como ver tele, echar un rato el ocio en el internet, el blog y demás, representan un distractor para mis labores de trabajo docente, y más si tomamos en cuenta que normalmente soy una desorganizada, que vivo bien pinche lejos de la escuela, que siento que el tiempo no me alcanza y que me gusta desvelarme. Ouch. Les dije a mis amiguis también sobre esto y me dieron casi toda una cátedra con el título de "si te organizas puedes". Aaah.. cómo quiero a mis amiguis.

Al salir de la heladería, me quedé muy pensativa: "Debo ser más tenaz. No deben importarme tanto los factores externos. Debo dedicarme a lo mío. Necesito organizar mi tiempo. Sí se puede". Y lo principal, lo que más me puede en estos momentos sobre esta situación es: si no hago las cosas ahora, ¿entonces cuándo? ¿A los 25? ¿Después de los 30? ¡No! ¡Debo aprovechar ahora! Porque si ahora dudo en empezar algo, después de los 25, duraré mucho más. Y no quiero estar luego con esa frase de "hubiera aprovechado cuando tenía 21... bla bla".

Debo hacer algo.

1 comentario:

  1. sin embargo, einstein predicaba "el orden dentro del caos", o sea se puede ser valemadrista y desobligado y aun asi creeme que se puede ser bastante organizado, dejo un saludo!!!!!!!!!

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