-¿A poco crees que si mi hermano trajera novia dejaría de prestarme atención?- pregunté.
-No solo eso, hasta sería más buena onda y no se enojaría tanto.
-¡Jajaja, hasta crees!
-¡En serio! Es más, te aseguro que si le presento a una amiga y le digo que le de besitos y… ya sabes, seguro que para el siguiente día andará más alegre, optimista, te invitará a comer, y le podrás pedir los favores que tú quieras.
Era cierto. Algo de esa índole podía cambiar el humor de las personas.
En ese mismo instante, en que me encontraba revisando unos trabajos de los niños, me llegó un mensaje de Ricochet, el amigo con el que Alfalfa se quedaba y con el cual yo mantenía contacto a través del Messenger:
03-12-2008 (8:29:04 AM)
Hola buenos días, ni me saludaste anoche que viniste jeje, pero bueno, la razón por la que te escribo es para decirte que Alfalfa ya tiene novia, se llama Dalia y está con él en la misma escuela, tienen más de un año juntos, viene a diario a la casa y se encierran en su cuarto. No pienses que lo hago de mala gana, es solo que me preocupo por ti. Si aún quieres salir con él está bien, pero se aburre fácilmente. Creo que sobra decir que no te enteraste de esto por mí. Cuídate mucho.
En ese instante toda esa magia se derrumbó. Por qué Ricochet me mandaba esto justo ahora. Tan bien que estaba todo.
Luego, otra vez Ricochet:
03-12-2008 (8:40:44 AM)
Una última cosa, ayer cuando te fuiste me dijo que no te dijera nada pero la verdad eso va en contra de todos mis principios. Hablé con él esta mañana, le pedí que te dijera esto y no quiso, solo me tiró de loco y se durmió. Mientras yo, pasé la noche entera en vela pensando en cómo decirte esto. En verdad lo siento.
¿Por qué Richochet delataba a su amigo? Se suponía, según ellos, que eran amigos desde la infancia y que ambos darían todo por el otro. Esto me decía lo contrario. Quizá no eran tan amigos como decían serlo.
¿Creerle a Ricochet? Cuando platicaba conmigo a través del Messenger me parecía sincero, algo loco y desquiciado, pero sincero. Normalmente hablábamos de él, sobre sus luchas, sus gustos, sus amores, sobre cómo extrañaba a su ex…; era muy egocéntrico. Una vez me invitó a su casa a formar parte de una peda. El asunto ahora era ¿creer o no creer?
Necesitaba ver a Alfalfa y preguntarle muchas cosas como: qué sentía por mí, qué buscaba de mí, si era muy amigo de Ricochet, si tenía novia, si en verdad era cierto lo que me dijo Ricochet… Ese mismo día que Ricochet me mandó los mensajes aniquiladores, Alfalfa deseaba verme, pero el shock de la noticia y mi miedo a la verdad me impidieron acceder, y con un “estaré ocupada” evité verlo.
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