viernes, 28 de noviembre de 2008

La espera

Luego de esa primera "cita" del martes 18 de noviembre, siguieron varias pláticas por messenger, no recuerdo ahora de qué trataron, no tengo los historiales de conversación porque ya han sido borrados al formatear la compu, pero seguro que nuestras pláticas fueron sobre las primeras impresiones y de nosotros mismos. No importa. El chiste es que ese fin de semana siguiente, el niño me quería ver de nuevo. Seee.. yo también quería, pero, daba la casualidad de que ese mismo fin de semana debía hacer varios trabajos, planeaciones y materiales, todo para que me fueran revisados durante la siguiente semana para así poder ir a prácticas a la escuela primaria con los niños de sexto. Yo por mi parte me moría por ir a verlo, pero por el trabajo de ese fin me vi obligada a decirle que no, claro, le expliqué las razones. Así se pasó la semana de "revisión de materiales", en la que todavía no podía acabar los trabajos. El chico Alfalfa me mandó varios mensajes como "¿Nos podemos ver?", "Hola niña. ¿Ya se desocupó?" y "¿Aún sigues ocupada o ya quieres que te moleste?" Y yo, aún sumergida en trabajos que por razones de hueva no hice el fin de semana que se suponía había sacrificado. Pensaba que debía aceptar salir con el niño porque me insistía y me insistía obteniendo siempre negativas de mi parte. Pensaba que se cansaría de insistir. Y al fin de la semana, decidí quedarme en la capital y no ir a ]Garambutown solo para salir con él, sentía que era justo quedarme pues él esperó un tiempo considerable sin verme e insistiendo. Y me quedé, pero mi hermano (con quien comparto la casa en la capital) también se quedó.

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