viernes, 30 de mayo de 2008
El accidente
Ese día me había tenido que salir temprano de mis prácticas en la primaria para ir a ensayar al teatro para la presentación de la rondalla a la que pertenezco. La maestra de grupo (la titular) se enojó porque me fui a partir de la hora del recreo. Yo pude ver cómo me destruía con la mirada y se tragaba su enojo. Y mientras ella almorzaba con sus colegas, los demás maestros, se veía su gran enojo y que estaban platicando de mí. Me sentí muy mal, porque pensé que ella me entendería y me dejaría ir al ensayo.
Cuando salí del ensayo estaba tan cansada y le llamé a mi hermano para que fuera a recogerme, pero me dijo que él no tenía el carro, que mis papás habían venido a la capital, que se lo habían llevado y andaban en varios mandados. Así que no habiendo de otra, como siempre, me tuve que ir en el micro. Yo traía mis materiales de la práctica en la primaria, además la guitarra para el ensayo de rondalla y aparte una mochila con varios libros; parecía que iba a la guerra. Tendría que irme en el micro y con un montón de cosas cargando. Ni modo.
El micro que abordé iba casi vacío. "Qué bueno que me tocó este microbio que viene casi vacío (pensé) así puedo acomodar mis cosas en algún lugar y sentarme". Me senté hasta atrás en el asiento del pasillo, medio agüitadilla por lo de la maestra de la primaria, ¿por qué se habría tenido que enojar?
También me fui mandando mensajes con el celular a una amiga. Iba tan distraída por todo y de repente: un movimiento brusco y un estruendo seco. Un carro se había impactado contra el micro en el que iba (claro, en ese momento no sabía qué había pasado). Y como había decidido sentarme hasta atrás en el asiento del pasillo no pude sostenerme de ningún lado, por lo que salí disparada contra la puerta de atrás; mi frente se impactó contra el marco de la puerta trasera del micro. Todo sucedió tan rápido. Hubiera preferido perder la conciencia en aquel momento, pero desgraciadamente tuve que sentir, oir y pensar mientras todo suicedía. Estaba aturdida, tirada en el pasillo y con los ojos cerrados, podía escuchar perfectamente a la gente. "La chava, la chava" decían "se pegó en la cabeza". "Ayúdenla". Escuchaba que llamaban a sus familiares, a la ambulancia y a los tránsitos.
Cuando abrí los ojos varios pasajeros estaban alrededor mío. "¿Estás bien?" empezaron a preguntarme "¿cómo te llamas?, cuántos años tienes?, dónde vives?" No sabía por qué pero no podía responder. No me sentía con las ganas de hacerlo, solo quería que el dolor de mi cabeza desapareciera. Después de tanta insistencia con las preguntas me dispuse a contestar, luego de ello a ponerme de pie. Todos me pedían que permaneciera como estaba, pero yo ya no quería estar ahí, quería estar en mi casa descansando. Así que me incorporé en contra de los que me rodeaban. "Estoy bien, gracias -dije mientras me tocaba la cabeza- sólo tengo un chipote del tamaño del Monte Everest" Me bajé del micro y todos se ofrecieron a ayudarme con mis cosas, no les había pasado nada, la guitarra estaba intacta y el material en perfectas condiciones. Le llamé a mi hermano para ver si ya estaba ahí el carro para que fuese por mí, por fortuna sí estaba.
Mientras esperaba que mi hermano viniera llegó la ambulancia, el tránsito y unos tipos con cámaras. Los de la ambulancia me revisaron, me pusieron a mover todo mi cuerpo y les dije que solo tenía un chipote, que estaba bien. Vieron mi chipote y me dijeron que era excesivamente grande que me llevarían a sarme unas radiografías. Volví a insistir que estaba bien, no quería que me llevaran a ningún lado, quería estar en mi casa descansando. Les dije que ya venían mis familiares y que ellos me llevarían, así que decidieron esperar a que llegaran. Luego unos individuos con cámaras me rodearon y me empezaron a cuestionar cosas que no quería responder. Les contesté algunas preguntas para que se alejaran y al fin llegó mi hermano a quien le sugirieron que me llevasen a sacarme unas radiografías.
Nos fuimos del lugar y al llegar a mi casa les conté a mis papás lo ocurrio y rápido me llevaron al doctor, en donde tuve que esperar un buen rato para que me atendieran. Luego del algunas dos horas me sacaron las benditas radiografías, con las que pudo comprobar que estaba bien. Me hizo algunas recomendaciones y me dio pastillas para el dolor. Así por fin pude irme.
Nunca en mi bendita vida había sido parte de un accidente. "Sin duda fue la maestra que me deseó todo lo malo de la vida por haberme ido al ensayo de rondalla" pensé. Al día siguiente, que también era día de práctica en la primaria, los niños ya sabían lo que había ocurrido. Yo trataba de disimular mi gran protuberancia en la cabeza y también la rabia que sentía por la maestra, porque según yo, ella había sido el ave de mal agüero que había tirado sus malas vibras y por eso había pasado lo que pasó. En ese siguiente día fue la presentación en el teatro y para mi suerte tengo cabeza dura, pues gracias a ella, que se recuperaba rápidamente, pude salir en la presentación a pesar del accidente del día anterior.
domingo, 25 de mayo de 2008
La semana con Anuca
lunes, 19 de mayo de 2008
Fuera de casa
También nos va acompañar mi otra querida amiga: Edith, la cual es una niña muy loquilla. Ya me imagino lo que haremos las tres solas. n_n (apoyarnos mutuamente mientras hacemos tareas por aquello de que nos estemos quedando dormidas).
Esto lo tomaré como una investigación sobre cómo es que la tal Anuca y la Edito le hacen para ser unas niñas bien cumplidas y para saber cómo es que hacen para hacer todas las tareas. Si. Las observaré y tomaré notas para mi propia utilización.
Me voy renacuajitos. Como la Anuca no tiene internet tendré que irme a un chat cercano. Debo tener paciencia. Adiós.
domingo, 18 de mayo de 2008
Domingos de mierda
miércoles, 14 de mayo de 2008
Del messenger y otras bobadas
Una foto mía pa la inspiración
martes, 13 de mayo de 2008
Mediocre
sábado, 10 de mayo de 2008
Querida mamá
Siento que en esta ocasión no me queda decir "Felicidades mamá", sería incongruente. Pero es mi deber hacerla sentir bien y querida. Además en verdad la quiero chingos.
Mamá, mamá... Ámame.
sábado, 3 de mayo de 2008
La Malinche
Yo algunas veces participé pero era una danzante más de los que siguen a los personajes principales, y me ponía a imaginar cuándo sería la ocasión en que me permitieran ser Malinche, pero por el momento sabía que eso estaba algo lejos; era una niña muy chica y ese puesto no era para niñas.
La actual Malinche era una muchacha ya grande, quien un día se enfermó y tuvieron que sustituirla por alguna de nosotras mientras se recuperaba, pues en algunos de los bailes el papel de la Malinche era importante y necesario. De entre todas las que bailábamos atrás había que elegir a una, y yo, por mi empeño y buen ritmo fui la elegida. Era una niña, cierto, pero lo hacía bien.
La Malinche oficial faltó varias veces a los ensayos y eso para mí era más que bien pues ahora yo era la Malinche, aunque sea por un rato pero ¡era la Malinche!. Se acercaban las fiestas a la Santa Cruz -fiestas para las cuales estábamos preparando nuestra danza- y la enferma no daba señas de recuperarse. Dentro de mí sabía que existía la posibilidad de que si no se recuperaba pronto yo podría tomar su lugar el mero día e hice lo único que pude haber hecho, esperar. La muchacha no se recuperó y pude salir en vez de ella. Ataviada con mi vestido blanco, tocado y una sonaja por fin fui la Malinche, no sabía cual era el significado de todo ello pero por fin fui la malinche.
Hace tanto que sucedió eso... y hoy puedo ver como los jóvenes ya no quieren participar del todo en las danzas, o bueno, al menos en la danza de mi barrio, por ende recurren a los niños para hacerlas. Y ahi andan los pobres como yo anduve, sin saber el objeto de dichas fiestas ni el significado de la danza y sus integrantes. También ahora las niñas pueden ser las Malinches pues las muchachas grandes no quieren hacerlo, quizá por pena, quizá por lo que sea, es más, hasta ponen de a dos Malinches!! Um...
Afuera está la danza del barrio y se escucha la música del violín y la guitarra. Voy a ver que tal lo hacen. Quizá les enseñe un poco de lo que yo aprendí cuando fui Malinche.
¡¡Y no me hagan empezar a hablar del viejo de la danza!!
viernes, 2 de mayo de 2008
Indecisa
Por ser la muchacha más indecisa de esta tierra. :/
Saludando desde Garambutown, esperando que se encuentren chido, ya sea tomándose una bebida refrescante/embriagante, rascandose los huevos, picándose el ombligo, sacándose los mocos, escuchando música, acabaditos de bañar, qué se yo, cualquier cosa que los haga sentirse chingones y súmamente felices.
Como se podrán haber dado cuenta he cambiado la plantilla del blog. Y verdá de Dios que me costó un huevo hacerlo, pero hubo un momento en que era más que necesario. De primero sabía que tenía que cambiarlo pues ya fastidiaba a muchos, pero no me quería deshacer del layout que tanto me había costado decorar, y al fin, cuando ya había superado deshacerme de él y quería cambiarlo nació en mí el lado indeciso, pues tardé mucho tiempo para elegir otra plantilla. Descargué muchas plantillas de muchos lados y me dediqué a modificar unas tres para ver cual era con la que me quedaba, pero no me lograban convencer del todo, y así comenzaba otra vez mi búsqueda. Hasta ayer por la noche fue que vi una que me robó el corazón.... jejeje.. xD y es esta que tengo ahora. Me la pasé adaptándola y cambiandole cosillas simples desde ayer por la noche, toda la madrugada y parte del día de hoy... y me da risa porque jajaa... quedó igual que como la descargué y me tardé mucho tiempo. Jajaja... Lo que pasa es que como no sé nada de esos códigos ya se han de imaginar.
El chiste ahora es que ya quedó y que no me presente problemas porque realmente si me gusta. Ahora voy a ir a comer algo y luego a a jugar nintendo. Seeee.. Nos vemos luego.