Histérica desde chiquita

Cuándo se me quitará lo exagerada. Cada cosa mala que me pasa yo misma me encargo de hacerla más pesada y dolorosa. Partiendo con que a cada situación de dolor le pongo cien kilos de pesimismo y a todas las ideas que pasan por mi cabeza socarrona, les agrego 50 cucharadas de hiperbolismos, después, hasta “me corto las venas” por tantas exageraciones.

Este problemita que tengo, lo vengo cargando desde chiquitina; eso lo compruebo con un pequeño texto que escribí cuando estaba en primaria (uno de mis primero intentos de escribir una canción), el que encontré rumbado entre un montón de papeles –los cuales tenía guardados en mi cuarto y que por razón desconocida terminaron dentro de una caja mojados por la lluvia-. El texto dice así:

“Un día se va a acabar tu sufrimiento
Me iré por la puerta trasera y te dejaré ser feliz.

Siempre yo era la desalmada, la que nadie soportaba, la que todos odiaban.
Era mi culpa cada cosa mala que pasaba.

Pero un día me marcharé,
cuando agarre el valor y se me caiga el miedo.
No me detendré. Nunca sabrás más de mi.
Tu sufrimiento se va a acabar. Yo te voy a dejar
Ahí todo va a acabar

Trataré de olvidarte, tu también haz lo mismo
Para que cuando te pregunten por mi, digas que no me conoces.
Para que digas que nunca cruzaste palabra conmigo.
Para que no me encuentren y no sepan dónde estoy metida.

Te dejo un adiós por todo lo que te hice.
No puedo pagar lo que me diste
pero supongo que con dejarte vivir será suficiente.

Me iré callada y muy despacio por la puerta trasera
Será de noche, tomaré un autobús.
Volaré sin rumbo fijo.

Trataré de olvidarte, tú también haz lo mismo
Y si te preguntan, di que nunca me conociste”.

¡Míra nomás! ¿Pues qué te hicieron para que escribieras eso? Jejeje, ¡Tan chiquita y tan loca!
(Esto lo escribí cuando tenía doce años. Las razones, me las reservo.)

¿No es adorable? Cualquiera que lea este texto diría que el que lo escribió debió ser un ser muy incomprendido e infeliz. Pero, la neta es que no es así, bueno, a veces.

Jojojo, mocosa y todo, pero eso sí ¡bien dramática!.