Febrerito

Estas son algunas de las razones por las que me ausenté estos últimos días y no tuve chance ni de picarme el ombligo (¡Sí! Las voy a mencionar aunque les aburra y les valga madre).

→ Febrero loco.
→ Mucho trabajo.
→ Mi cumpleaños.
→ Exámenes.
→ Ensayos.
→ Ejercicio.
→ La chamba.
→ Exposiciones.
→ El cumpleaños de Perynthia (mi madre).
→ Día de San Valentín.
→ Desveladas.

Poquillas ¿no?

Bueno, estem… ya se imaginarán cómo traigo el ombligo de sucio y las ojerotas de mapache que mi cara tiene, pero… después de la traqueteada viene el periodo de paz (espero).

Como ya había mencionado antes, en mi cumpleaños no me regalaron nada, solo mis hermanitos me dieron dinerito con el que me compré unas cositas y mi cuatacha María me dio un pequeño peluchito de Garfield (que me encanta). Pero las esperanzas no se me apagaron y las guardé para el día de hoy (San Valentín), yo sabía que si no era Chana era Juana, y que si no me regalaron el día de mi cumple me iban a regalar hoy. Y en efectivo, si me regalaron hoy. Eso demuestra que la mayoría de mis amigos tienen una memoria de pollo (por no acordarse de mi cumple) pero que soy buena amiga (porque me regalaron el día del amor y la amistad).

Me regalaron un perrito de peluche, una ranita de la buena suerte, chocolates, dulces, un llaverito que ladra… pero para que les cuento, mejor véanlo:

Foto chafa 1

Foto Chafa 2

Si, ya se que esos regalos no son la gran cosa monetariamente hablando, ni que son lo más genial o más lujoso del mundo, ¡ya lo sé!, pero lo menciono porque estos pequeños detalles, por más mínimos que sean, hacen que aquí su servilleta se sienta fregonsísimo y sepa que sí hay quienes se acuerdan de ella y quienes les agrada su amistad (snif snif). Jejeje, con decir que fui a una papelería y me regalaron una bolsa de dulces, (Buaaahh, que buena es la vida)…

Yo por mi parte, también di varios regalos a mis amigos del alma, a mi mamá y a mi no tan amiga Yuliana, la cual me hizo gestos muy feos cuando se dio cuenta de que yo era su amigo secreto. Pero naaaahhhh, ni tiene caso que le haga caso (ah chingao). Si no quiere mi humilde regalito, entonces que lo tire o lo queme. Es más, si ya no me quiere hablar… que se vaya a bañar al “Arroyo Loco” con Cloro y Pinol, porque a mi no me va a estar agüitando en un día tan bello.

Chiales, San Choy (mi bro) ya me está quitando de la computadora. Agréguen eso también a las razones por las cuales me ausenté.

→ Mis hermanitos no me dejan estar en la computadora.

Jajaja… que mamao se sonó eso.

Pues sí, asi es; así están las cosas. La única incertidumbre que me queda el día de hoy es: ¡Cuánto no ganarán las tiendas de regalos, dulcerías, joyerías, etcétera, en este día de compra, compra, compra! ¿?. Creo que la respuesta a esa pregunta solo papá Dios y mami Teresa de Calcuta lo saben.