martes, 7 de agosto de 2018

Bianca

Los primeros días de Bianca

A mi vida llegó una linda perrita el 11 de mayo del 2018. Con sus ojitos cerrados, su nariz chata y toda ella blanca, me encantó la idea de ponerle Bianca, como su color en italiano: bianco.

Tener una perrita que fuera mía y de nadie más me hizo mucha ilusión. Tras haber leído “La razón de estar contigo” supe que una de las cosas que debía hacer en mi vida era adoptar un amigo de cuatro patas, y como Pelusa (la perra de mi fallecido abuelo) tuvo una cachorrita, dije: ya no necesitamos encontrarle dueño a esta pequeña perrita blanca ni necesito esperar más el momento de tener un perro; las cosas cuadraron tan bien por lo que decidí adoptarla, además que para mí era una perrita especial dado que a la Pelusa ya la habíamos operado para que no tuviera más cachorros y de pronto nació Bianca, como un milagro! Luego hasta de broma decíamos que la Pelusa le había rezado a la Virgencita para que le hiciera el milagrito de tener una hijita. Jeje... Incluso la segunda opción para su nombre era Chiripa.

Toda blanquita la Bianquita.

Un día no la encontraba por ningún lado y me preocupé porque tan chiquita y sin abrir sus ojos supuse que alguno de mis primos (el Giovanni para ser más exactos) se la había llevado, pues en anteriores camadas se había llevado cachorros de Pelusa sin consentimiento de mi abuelo que aún vivía y quien era el dueño oficial de la madre. Hasta le preguntamos a mi primo y con enojo si él se la había llevado; y qué casualidad que de pronto apareció la pequeña Bianca luego de haberle reclamado. Jaja. Aunque el jura que nunca se la llevó.

Nunca pensé que le fueran a salir manchas color miel o canela, algo difuminadas; unas en sus ojos como antifaz y otras en sus orejas como puntos. Ahora a sus casi 3 meses también tiene unas manchas en el lomo y en la cola, pero no muchas. Yo pensé que iba a ser toda blanca siempre y no. Y aunque ya no es toda blanca ya se le quedó su nombre: Bianca.

Manchas que ahora tiene Bianca alrededor de sus ojos,
en sus orejas y en otras partes del cuerpo.

Otro día, cuando aun no cumplía los dos meses, un tío la atropelló. Era poco después de la media noche y sólo dos personas vieron cómo sucedió. Me dijeron que mi tío iba de salida (vivimos todos juntos en un mismo terreno, en casas separadas que comparten y un patio) en el patio había a lo mucho 3 personas y mi tío iba distraído platicando con una de ellas, mientras que las otras dos le gritaron “cuidado con la perrita, cuidado con la perrita” pero él iba demasiado en su plática que no paró y le pasó por encima. Yo, que recién había sido operada, estaba dormida en mi cuarto y no quisieron hablarme, pero esa noche mi hermana menor, Mena, la llevó a que la revisara el veterinario y le pusieron inyección para el dolor, además de dar indicaciones de supervisar que Bianca no defecara o hiciera pipi con sangre. Por suerte y de milagro Bianca no tuvo nada grave esa vez y pronto se recuperó.

Días después de haber cumplido los 2 meses mi hermana la atropelló una mañana en que iba de salida hacia su trabajo. Ella dijo que no vio a Bianca, y luego dijo que ella se atravesó o sea, cómo puedes saber si se atravesó si no la viste!! Pero bueno, la muchacha que nos ayuda en las labores de la casa fue quien vio todo porque estaba barriendo el patio en ese momento y dijo que mi hermana mayor le había pasado las dos llantas de su carro, con lo que suponemos que, como cada mañana que va a su trabajo, mi hermana“iba hecha madre”, es decir iba rápido, lo suficiente para no escuchar a la perra quejarse, lo suficiente para pasar no una, sino dos veces sobre ella, y esta vez sí le quebró su patita trasera izquierda. Otra vez mi hermana menor, quien pudo escuchar el quejido de Bianca porque las ventanas de su cuarto dan al lado del patio, fue la que salió a ver. Luego yo también me levanté al oir tanto barullo y me encontré con el maldito cuadro. Llamamos al veterinario pero no estaba y tuvimos que esperar una hora y poco más. Le volvieron a poner medicamento para el dolor y recibimos las mismas indicaciones: observar a Bianca, si hacía con sangre, si se quejaba mucho, su estado anímico y si a los dos o tres días hacía el esfuerzo o no por apoyarse sobre su pata.

Bianca después de que mi hermama mayor la atropelló.

Cuando vimos que la Bianca se quejaba mucho y no apoyaba para nada su pata, la llevamos a la ciudad a que le tomaran radiografías; ahí fue cuando nos dieron la noticia que tenía fracturada su pata y que ocuparía operarse.

Atropellada y triste.

Le agendaron su operación, pero por mientras le pusieron un yeso para que no se lastimara más su pata.

Bianca enyesada, esperando el día de su operación.

La operación de Bianca salió cara, bueno, nunca había hecho un gasto así para una mascota, así que para mí fue caro. Unos decían que así la dejara, sin operar, pues la doctora nos dijo que podía suceder que se le formase un callo en su fractura que le ayudaría a sanar su hueso y así podría usar su pata, aunque sería muy probable que quedara coja, o bien, que no se desarrollara callo y que le quedara la pata solo colgándole, como campana, mientras que con la operación había más probabilidades de que quedara mejor. Yo nunca dudé que iba a operarla, aun cuando me quedara con poco dinero (porque aparte hice otro gasto fuerte recientemente y además tenía que comprar mis propios medicamentos para mi recuperación). Mi papá cooperó con mil pesos, mi hermana mayor pagó los medicamentos y las radiografías, mi cuñado me dio otros mil pesos, mi hermana menor (que no trabaja) hizo muchas más cosas que cooperar con dinero, ella casi fue la responsable de Bianca porque yo estaba también en recuperación de mi operación.

Foto que me mandaron de Bianquita mientras yo estaba en el hospital.

En verdad extrañé mucho a Bianca mientras yo estaba internada.

Bianca se operó el 18 de julio y estuvo algunos días en la casa que tiene mi madre en la ciudad bajo el cuidado de mi hermana menor, Mena. Luego la trajeron para al pueblo y para mi sorpresa nunca demostró estar triste ni que le doliera después de la operación; claro, tuvo sus medicamentos para el dolor, sus antibióticos y su calcio, pero nunca demostró ser un impedimento su recién operación para que ella hiciera su vida normal, tanto así que yo me preocupaba cuando corría, saltaba y jugaba, pues el médico le había sugerido reposo.

Al lado de su madre y entre tanta gente Bianca no paraba de
dar guerra, sólo cuando se cansaba estaba quieta.

La tuve algunos días viviendo dentro de la casa, durmiendo en mi cuarto, pero mi madre, que no tiene paciencia para los animales, siempre se quejaba, igual que mi hermana mayor, quien la atropelló. Era tanta la impaciencia de mi hermana mayor que dijo "mejor hubiéramos dejado que Giovanni se la hubiera quedado". Luego le pedíamos que como ella la había atropellado también ayudara a cuidarla, a limpiarle sus cacas o sus orines, pero decía "mejor les ayudo a encontrarle a alguien que se la lleve". Y yo así como: puta madre, no mames, tú la atropellaste y nunca has ayudado; ni una sola vez la has limpiado, ni le has dado de comer, ni le has dado sus medicamentos y como es una carga, una molestia y un fastidio tener que atenderla mejor te quieres deshacer de ella... chinga tu cola, pendeja!!

Mi madre subía los pies para que Bianca no la lamiese.

Como pudimos (porque yo hacía todo lo que estuviera a mi alcance en apoyar) la atendimos, pero mi hermana menor, Mena, se preocupaba porque no le veía mejora, era como si aquí en el pueblo se estuviera lastimando su pata de tanto correr y brincar.

Aquí se ve cómo Bianca no quería doblar su pata.
(Ni la apoyaba, como se ve en la foto anterior).

Mena dijo que en la casa de la ciudad estaba más bien atendida, más tranquila, sin tanta gente que la hiciera excitarse demasiado y que allá era más fácil cuidarla. Así que se la ha llevado nuevamente a la cuidad y me manda fotos de Bianca. Yo he ido a visitarla y sí la veo más tranquila y apoyando mejor su pata, porque  No sé, no soy experta, pero sí la veo mejor ahora que está allá.

Bianca en un puesto de gorditas,
a la mitad de su viaje de regreso a la ciudad.

Bianca en la casa de la ciudad.

Tal vez allá está más tranquila porque hace
demasiado calor y se sofoca si corre.

Espero que mi Bianquita no vaya a quedar coja de su pata, o por lo menos que no la vaya a traer colgando, o por lo menos que la use aunque sea poquito para que no se le atrofie. Espero poder verla correr feliz y sin problemas muy pronto.








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