A veces soy tan complicada que me fastidio de mí misma. No hay razón por la cual nefastearme, ni llorar, ni torturarme, pero yo elijo siempre irme por el camino difícil. Difícil debería ser mi segundo nombre. O bueno, Fácil, en cuestión de amores. El punto es que me caracterizo por hacer tormentas en vasos de agua, de tal forma que si lo pudieramos medir, tendría por lo menos dos otres vasos al día.
Justo ahora no estoy nefasteada, ni llorosa, ni torturándome. Pero afuera algunos de mis familiares llevan por lo menos cinco horas de charla y risas que me puse a pensar por qué no puedo ser como ellos: alegres y riondos; bueno a veces sí lo soy pero a veces tengo unas malas rachas, más de lo normal que la demás gente, que no se si son provocadas por mí o si en verdad llegan por las circunstancias.
Como dije, ahora estoy bien, y si quisiera reir y reir podría salir a conversar con mis familiares y contagiarme de la riondez y alegría, pero no, prefiero estar en mi casa, analizándome. No sé, como si a veces anduviera más de ánimos para azotarme, como si a veces prefiriera estar sola e incluso, como si a veces eligiera sentirme mal.
Ay bueno, bye. Ya me sé este rezo de memoria.
PD: Riondo, a. ¿Esa palabra existe?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario