Primer día de trabajo

Estoy en Agua Aplauso, una ciudad al norte del estado. No tengo a nadie conocido en este nuevo lugar. Pero acá está la chamba y acá es donde debo estar. Estoy viviendo en la casa de una familia típica, con principios y valores morales que hacen a sus integrantes personas buenas. Sus trabajos son modestos, honestos y honorables, su forma de convivir es una de las más adecuadas. Por otro lado, estoy compartiendo esta experiencia con una chica que acabo de conocer. La primera vez que la vi fue cuando me dieron mi nombramiento de trabajo, y dio la casualidad que ella iba también a la misma zona escolar, así que aprovechamos para acompañarnos en nuestras travesías.

El señor de la casa es conocido de un familiar de mi compañera, así que ese conocido del familiar de mi compañera consiguió lugar para las dos con esa familia. La señora nos prestó un cuarto amueblado para quedarnos juntas, sólo que el calor está para llorar.

Mi primer día en esta casa nueva, estuvo bien, sólo que necesitas tiempo para acostumbrarte y crear rutinas necesarias, como la rutina en la que te arreglas y sabes exactamente dónde está tu cepillo, sabes justo el lugar donde colocarás la ropa sucia o sabes que tu estropajo está donde debe estar. Repito, es cuestión de acostumbrarse.

Mi primer día en la primaria, no pudo estar mejor. Llegué y las personas que me recibieron me trataron muy bien. El director del plantel me reiteró sus atenciones y servicios para lo que necesitara. Tenía un poco de nervios porque esta vez yo sería la responsable de un grupo, era otro nivel, ya no iba a ser sólo la practicante. Así que por mis nervios no había problema si ese día me dirigían al grupo o no.

Estuve un rato esperando a que el director se desocupara y me fuera a presentar con el grupo; no podía llegar ahí nomás a sacar a la maestra que estaba cuidándolo. El director se ocupó un buen rato y por mí no había objeción, estuve sentada en unas bancas leyendo, así hasta que se llegó el recreo.

Dentro del personal de la primaria reconocí a una compañera que estaba conmigo en la rondalla de la normal, así que no me sentía tan sola. Durante el recreo estuve platicando con ella. Luego del recreo decidí ir con el director a preguntarle si me iba a pasar con el grupo o si le podía ayudar en alguna otra cosa. No sé qué le picó el dire, tal vez me vio muy animosa, pero en ese mismo instante me llevó con mi grupo y me presentó con ellos. No estaba la maestra que cubría al grupo, pero estaba yo. Ahí estábamos, todas las caras me veían. Todos estaban serios. Me presenté y en ese instante llegó la teacher a dar su clase. Pobres pequeñines, la teacher no articulaba lo suficiente y muy pocos niños comprendan las palabras dentro de las oraciones que decía. Como sea. Yo no decía nada, sólo me puse a copiar los nombres de los niños de una lista de asistencia que estaba en el escritorio.

Cuando la teacher se fue les pedí a los niños que cada uno me dijera su nombre y lo que les gustaba. En eso llegó la maestra que cubría al grupo y me dio algunos documentos de los niños y se fue. Luego llegó el director y me traía unos exámenes de diagnóstico para que se los aplicara a los niños. Empezaron el examen de diagnóstico y mientras tanto yo los vigilaba y ayudaba con sus dudas a la vez que copiaba el horario de clase del salón. Así continuamos hasta la hora de salida.

El primer día estuvo realmente bien. Espero que las primeras apariencias sean duraderas, aunque bueno, vengo condicionada a cambio de escuela, pues hay maestros con más antigüedad que quieren cambiarse a la ciudad; entonces yo tendré que irme a algún otro lugar.