Suputama. Putero de calor acá en este lugar. Creo que más que en ciudad capitorio. Pensar que tendré que acostumbrarme a él, a mi nuevo hogar, a mi nueva forma de vivir y a mi nuevo trabajo. Esto es un cambio muy drástico... pero ¡maldita sea! no voy a estar de llorona, pensando en mi pueblo y en que quiero regresar, a decir verdad tengo miedo regresar por las cosas que pasaron, pero sé que acá estoy más segura.
Acabo de lavar mi puta ropa de una semana y puts!! pinche escurrimiento de sudor, parecía que tenía una fuga de agua, que me estaba desaguando. Pobre de mí, con mis calores y con lo tan acostumbrada que estoy a lavar.. jajaja. Bueno, se llega el día y ese día ya se llegó.
Hoy también hice el aseo de la casa en la que estoy, tenemos que ayudarle a la seño, ella se ha portado muy buena gente. Además, mi compañera es muy trabajadora y si yo no hago nada se van a dar cuenta de lo que soy (una huevona) y no queremos que suceda eso, ¿verdad? Entonces me puse a lavar el baño y a barrer, mi amiga lavó el otro baño y trapeó, luego lo insólito.. jajaja, me puse a preparar pollo para asar, jajaja... diablos, yo que siempre dije que tocar el pollo muerto era algo feo... tener un cadaver de pollo destasado en mis manos me parecía una aberración, pero ni modo, la amiga que tengo le atora, y por qué yo no? No es que sea asquerosa, pero, un pollo muerto es un pollo muerto. Me imaginaba que en la noche me hablaría, ¡y hablando en forma de oveja!: "Garaaaambiiis, dijiste que me queríiiias". Eso diría y sería feo. Pero bueno, pinche pollo, me lo chutié bien y bonito, con salsa picosita y tortillas tostaditas, tan sabroso, tan bien sasonado, que ni siquiera pasaba por mi cabeza que ese pollo pudo haber sido la reencarnación de algúno de mis ancestros.
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