miércoles, 24 de octubre de 2018

Yo sé que no me odias

De un tiempo a acá siempre te enoja lo que digo. No me odias, lo sé, pero he notado que mis palabras te ponen de mal humor, porque hasta con lo más mínimo, como pedirte comida de la que has preparado, hacer un comentario sobre lo que hubiera sido mejor o pedir que me repitas algo para estar bien segura que he entendido, te hace soltarme miradas de que estás cansada de mis comentarios, de mis dudas y en general de lo que digo. No sé, he pensado ya no hablar demasiado delante de ti.

Disculpa por ser como soy, por tener siempre las palabras exactas para alterar negativamente tu humor; y ya ni hablar de lo que llega a ponerme triste (y llorona) esta situación, porque no sé cómo vayas a reaccionar, tal vez te enoje más saberlo.

Mi padre, al ver cómo reaccionas, dice que te trate de comprender, que tu enfermedad (diabetes) hace alterarte demasiado rápido, pero cuando está mi hermana mayor y su esposo enfrente, ahí eres una perita en dulce con todos y nunca te alteras, es más, estás más risueña que de costumbre. Tal vez mi hermana es tu favorita por lograr alegrarte demasiado, y yo, todo lo contrario.

Mamá, sé que no me odias, pero a veces me haces llorar. Mamá, sé que no me odias y ya no te quiero hacer enojar.

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