lunes, 4 de febrero de 2013

Hacer las cosas bien, hacer las cosas mal

A una se le bajan los ánimos al ver cómo le va bien a la gente que ni siquiera se lo merece. Me da una extraña sensación justo debajo del apéndice xifoides, como si un sentimiento negativo me lo tragara y se atorara justamente en ese lugar. Me pone muuuuy seria y de ceño fruncido saber que mucha gente anda por el mundo sin preocuparse de las cosas y les salen perfectas. Un tanto me pone mal, un tanto me enoja, un tanto me da envidia. ¡No puede ser!

He visto muchos casos de cómo a la gente se le dan perfectas las cosas y a una que siempre procura encontrarse con cosas mejores, que procura hacer lo que su poco sano juicio le dicta como correcto, y que busca que las cosas le salgan mejor, parece que ya está en tu destino fracasar.

Pareciera que las leyes universales de la vida han cambiado: pórtate mal y las cosas te saldrán bien, trata como perro a los demás y te seguirán, no te preocupes de la vida y tus responsabilidades y mira cómo todo mejora. Sé que suena absurdo y que cualquiera reconoce que eso no es cierto en ninguno de los sentidos lógicos conocidos por las personas. Pero ah, cómo hay gente que le salen las cosas bien.

Creo fielmente en las buenas personas, en lo positivo, en hacer el bien y obtener cosas buenas. Y también creo que tarde o temprano todo cae por su propio peso. Al menos eso me han inculcado las películas de superhéroes.

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