domingo, 6 de noviembre de 2011

Cargada

Estaba en una especie de parque de diversiones e iban a representar un fragmento de una película de la época de oro. Al parecer yo era la única a la que le gustaba ese tipo de temas, pues nadie mas estaba sentado en las butacas. Los artistas salieron a escena y empezaron la representación, pero al ver que solo había un espectador decidieron detenerse a esperar a ver si llegaba alguien más.

Como no llegaba nadie mas, decidí hablarle a mis compañeros. En seguida pude reunir algunos 10 espectadores y los actores decidieron echar andar la obra.

De repente me encontraba en una graduación al aire libre y a la luz de la luna, y al parecer yo era una graduada, porque traia puesto un vestido color uva, al igual que todas las graduadas, además me preparaba para iniciar el vals. No sé por qué, pero yo llevaba dos acompañantes para bailar el vals y los dos me trataban con mucho recelo hacia el otro.

Inició el vals y todos los graduados bailamos majestuosamente. La demás gente nos observaba admirada; los vestidos, —de una especie de satín color uva— brillaban hermosos bajo la luz de la luna.

Mis acompañantes del vals se disputaban cada vez más por mí, eran El Muerto (compañero de la secundaria) y Enanuel (compañero de la normal), tal era su afán por demostrarse que uno era mejor que el otro para bailar conmigo que se esforzaban por sacar sus mejores pasos de baile para lucirse. Así estaba la situación de competencia hasta que Muerto me apartó de Enanuel y empezó a hacer vueltas y piruetas conmigo para demostrar su destreza dejando de lado por completo los pasos que habíamos ensayado junto a todos los graduados. La concurrencia miraba asombrada. Enanuel no podía quedarse atrás, así que después de haber terminado la demostración de Muerto, él me agarró de la cintura y comenzó a lucir sus pasos de baile, pero a diferencia de Muerto, este me empezaba elevar como los bailarines de ballet. Yo estaba muy impresionada porque no sabía de dónde habíamos aprendido aquellas destrezas! Y más me impresioné con el final, pues Enanuel hizo una cargada conmigo, me elevó en sus brazos y yo levanté mis piernas totalmente por arriba de su cabeza. La gente maravillada con nuestro acto había olvidado a los demás graduados y nos aplaudía a nosotros.

3 comentarios:

  1. Hola Garambullita, me gustó tu relato, lo que si me quedó duda si fue real o un sueño :D

    Que estés bien :D

    Saludos.

    .

    ResponderBorrar
  2. Hola Eduardo. Esto solo es un sueño; en la cruda realidad no soy tan acediada por los hombres. u_u

    Saludos.

    ResponderBorrar
  3. Tienes sueños divertidos, por cansancio creo que yo ya no los tengo :(

    Ya estoy de vuelta leyendo blogs, te conocí con mi blog de "La pesadilla antes de la realidad".

    Nos estamos leyendo :)

    .

    ResponderBorrar