jueves, 30 de junio de 2011

Haciendo maletas

Me encuentro haciendo maletas para irme de la casa de los Murorrubio, pero hice un pequeño descanso para venir a contarles.

Mañana nos mudaremos Rubí y yo a otra casa de renta. Esta vez viviremos solas; rentaremos juntas. Ya no aguantamos un día más aquí, las caras de la señora y su hija cada vez más son de antipatía y fastidio hasta nosotras y pues, las comprendemos, ya fue mucho tiempo de estar en su casa, porque aunque estemos pagando por vivir aquí, una familia nunca se siente del todo bien teniendo inquilinos viviendo en su casa. Así que para bien de nosotros y de ellos hemos decidido cambiarnos.

Aparte… yo ya no quería tener que verle la cara a Rubí, su jeta, su cara de amarguetas, su pinche individualismo y su actitud de “oliendo a popo” todo el día, quería irme a vivir yo sola, pero mi pobre madre tiene miedo que esté viviendo yo sola. Y en parte, conociéndome, tal vez pudiera haber noches tenebrosas en que me llene de miedo o pánico, u otras en que me sienta tan sola tan sola como aquella vez, que me llené de nostalgia y ganas de llorar, así que bueno, puede que no sea del todo malo estar con Rubí. Además tengo la ventaja de que ahora cada quien tendrá su cuarto y entonces: bye a su cara de fuchi.

EDITADO

Resulta que la señora Champiñón no está, fue a la ciudad de Jacross y no podremos mudarnos mañana como teníamos planeado, debemos esperar a que llegue para hacer el ritual de “despedida a un rentero” y dar las gracias. Se vería mal si nos vamos así como así sin despedirnos y sin dar las gracias. Ella llega hasta el domingo y tendremos que esperarla para hacer el ritual.

Adiós señora Champiñón, adiós Mayrina, adiós señor Lalín y Lalín junior, adiós Osiel.

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