Esta semanucha me fui a mis prácticas. Nos enviaron a unas escuelas rurales, y a un albergue. Y "para variar" yo andaba que me moría de enferma. No sé que pasa conmigo, estoy peor que abuelita. Pero bueno, después de todo me fue bien.
A los niños del albergue les llevamos juguetes, piñata, dulces y les preparamos una pastorela, con los cuales, al final, los niños no querían que nos fuéramos. Fue muy conmovedor ver a algunos niños llorar de la alegría cuando les dábamos sus regalos, ya que son niños de bajos recursos y casi nunca reciben nada. Fue muy gratificante las tantas porras que los niños improvisavan para nosotros, pero, lo más chingón es que los niños aprenden a quererte muy pronto. Son niños menudos, de baja estatura, de cuerpos pequeños -todo ello por causa de la alimentación- pero con un corazón enorme que valora más las cosas y las personas.
A las escuelas rurales sólo fuimos de observación, una era escuela tridocente (de 3 maestros atendiendo los 6 grados) y la otra unitaria (de uno solo en los 6 grados). En estas dos últimas no convivimos mucho con los niños y no fueron tan bellas como el albergue, pero aún así fue bueno.
El día de hoy tengo mucho trabajo acerca de esas prácticas. No sé por dónde empezar. Ya anhelo mis vacaciones.
Adiosín.
OOrale!! Que padre! me encanta la carita de los niños felices...
ResponderBorrarQue bueno que te guste lo que haces..
saludos!
Trabajé en un colegio de escasos recursos y puedo dar fé que hacer a un niño feliz es una de las cosas más gratificantes y hermosas.
ResponderBorrarbonita iniciativa.
muy chido la neta un niño es una bendicion y mas cuando les puedes arrancar una sonrisa ahhhh!! que bello,, bien por ti
ResponderBorrarQue onda chavilla, vi su comment en el blog del minimi shinji y... y... pus nomás, me dio curiosidad ver su blog.
ResponderBorrarSaludos.
Fla-k, Silvanna, K@ryn@ "la mujer invisible" y Clon, gracias por sus comentarijillos... =D
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