lunes, 17 de febrero de 2020
Feliz y triste
Me alegra tu felicidad, mientras tanto yo estoy toda triste, pero neta, sin sarcasmos, me alegra que estés bien. Siento chido que estés superando tus fantasmas, que tu vida se esté acomodando y que empieces a estar bien contigo mismo. Me da gusto que todo aquello que un día te estaba nublando tu paz mental y emocional, se esté discipando. Me pongo feliz porque ese hombre que conocí en un principio está cambiando y está encontrando nuevas formas de ver la vida y de enfrentar los problemas. Me llena de orgullo verte evolucionar. Te quiero de verdad y me alegra, lo juro, que seas feliz, es lo que quiero para ti. Mientras tanto, yo estoy toda triste, toda rota, toda mal, porque te extraño y te quiero conmigo, te quiero para mí; estoy toda inestable y es porque no estás aquí. Quisiera decirte que me abraces muy largo, muy fuerte, ya no para insinuarte cosas ni para llevarlo a otros términos, sino porque necesito que me abraces y es todo, en verdad necesito tus brazos; pero no se puede, estás demasiado lejos. He de estar mejor, tal vez, he de soportar tu lejanía, he de cansarme de llorar, he de encontrar también mi paz, pero hoy, la única paz que tengo eres tú, el único anhelo que tengo es tu cariño, el único sentimiento que permanece inquebrantable es: te quiero.
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