lunes, 17 de octubre de 2011

Máscaras y personalidades

¿No te ha pasado que, es la primera vez que ves una persona -ya sea en la calle, en el transporte, en un centro comercial, en un establecimiento, etcétera- y te agrada instantánteamente la imagen que proyecta? A mí me ha pasado varias veces en mi vida, una persona me simpatiza sin siquiera conocerla, tanto, que me gustaría que fueramos amigos (as). Y no me refiero a que esa persona me guste o que yo quiera algo con ella, NO, es sólo que la imagen, alegría, sencillez o afabilidad que proyectan llaman mi atención.

La cosa es que, últimamente es más difícil que ocurra eso, ya no me he topado con un caso así. Creo que últimamente todos están muy preocupados en lo material y banalidades, que su verdadera personalidad se oculta detrás de esas bisuterías y monerías estrambóticas: maquillajes, ropas elegantiosas o de marca, bolsos, zapatería, carros, etcétera. Eso, señores, eso hace que me pierda.

Me pierdo y me es más difícil identificar las personalidades de las personas. Porque hasta el rostro más sencillo y afable puede quedar oculto fácilmente detrás de una delgada capa de maquillaje que la transforma a la persona en alguien engreído y superficial, por poner un ejemplo.

Es más difícil identificar el verdadero yo de las personas cuando se escudan detrás de todo eso. Tal vez es cuestión de estereotipos y sin querer, inconscientemente evito a las personas por prejuicios establecidos. Tal vez yo soy la del problema, que soy una pobretoncilla desarreglada que se intimida con lo imponentes que se ven esas personas tan bien arregladas. Sea lo que sea, el hecho está, y de que ocultan su verdadero yo un poco, lo ocultan.

Pero esto también es una contradicción a mí misma, porque en alguna ocasión yo he mencionado que para sentirnos bien debemos querernos y arreglarnos, tratar de vernos bien y tener una imagen de nosotros mismos que nos agrade; ponernos esa ropa sofisticada o preferida con la que nos sintamos mejor, maquillarnos si es que eso nos brinda más presencia y seguridad, en fin.

Y me contradigo a mí misma porque incluso yo me maquillo y he pensado que estoy contribuyendo a que la gente no me conozca del todo como soy. Todos se van con otra imagen y ven a alguien que en realidad no soy, pero me gusta maquillarme, porque me da más seguridad.

Ya sé, ya sé, debo trabajar con la apreciación que tengo de mí misma y poder aceptarme como soy para quererme y valorarme, y no tener que subordinar mi autoestima y autoimagen a ese tipo de banalidades.

Um.. bueno ya. Fin. Me aburrí.

PD: Al final me quedé con las mismas ideas y sin una posible solución.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario