Y a veces se llega el momento en que todo te fastidia a tal grado de querer dejarlo, olvidarte por completo de ello.
Yo ya me estoy cansando de ser la niña buena en muchos aspectos: la que no sale y se queda en casa, la que siempre pide permisos, la mansita que calla en medio del enojo, la que no ha experimentado muchas cosas por sus hábitos y educación inculcados.
Quiero tener la oportunidad de equivocarme, de sentir el dolor, de volver a casa y escuchar un "te lo dije", de saber que aún en mis errores contaré con aquellas personas especiales que me aceptan como soy.
No todo debo aprenderlo de mis padres, no todo tengo por qué evitarlo. La sabiduría se obtiene de la experiencia y es por ello que debo tener las mías propias. También puedo escuchar consejos de los que ya han vivido pero merezco la oportunidad de elegir lo que quiero hacer.
Por ahí alguien dijo que la vida es demasiado corta para aprender todo por cuenta propia, que es necesario seguir los consejos de los mayores, pero yo digo: no es mi objetivo aprender todo sino APRENDER BIEN por mi cuenta, ya que no hay mejor aprendizaje que aquel en el que eres partícipe.
Sin duda mis padres quieren lo mejor para mí y no quieren verme sufrir, pero también es cierto que ellos no estarán siempre conmigo para decirme qué es lo que está bien o está mal y qué es lo que debo hacer. Y si sigo con esta maldita costumbre de guiarme bajo sus sombras, luego, cuando tenga que enfrentarme yo sola a las cosas sin la ayuda de ellos, sufriré más al darme cuenta que siempre he sido una inútil, idiota, buena para nada.
Quizá suene muy exagerado lo que escribo, pero es lo que siento y ni modo.
Yo ya me estoy cansando de ser la niña buena en muchos aspectos: la que no sale y se queda en casa, la que siempre pide permisos, la mansita que calla en medio del enojo, la que no ha experimentado muchas cosas por sus hábitos y educación inculcados.
Quiero tener la oportunidad de equivocarme, de sentir el dolor, de volver a casa y escuchar un "te lo dije", de saber que aún en mis errores contaré con aquellas personas especiales que me aceptan como soy.
No todo debo aprenderlo de mis padres, no todo tengo por qué evitarlo. La sabiduría se obtiene de la experiencia y es por ello que debo tener las mías propias. También puedo escuchar consejos de los que ya han vivido pero merezco la oportunidad de elegir lo que quiero hacer.
Por ahí alguien dijo que la vida es demasiado corta para aprender todo por cuenta propia, que es necesario seguir los consejos de los mayores, pero yo digo: no es mi objetivo aprender todo sino APRENDER BIEN por mi cuenta, ya que no hay mejor aprendizaje que aquel en el que eres partícipe.
Sin duda mis padres quieren lo mejor para mí y no quieren verme sufrir, pero también es cierto que ellos no estarán siempre conmigo para decirme qué es lo que está bien o está mal y qué es lo que debo hacer. Y si sigo con esta maldita costumbre de guiarme bajo sus sombras, luego, cuando tenga que enfrentarme yo sola a las cosas sin la ayuda de ellos, sufriré más al darme cuenta que siempre he sido una inútil, idiota, buena para nada.
Quizá suene muy exagerado lo que escribo, pero es lo que siento y ni modo.