Es hermoso tener un fin de semana con sábado incluído. Nunca lo había disfrutado ni agradecido tanto desde aquellos sábados de mi niñez en que solía despertar y quedarme en cama viendo caricaturas. Es grandioso.
Algunas veces había intentado recrear esos sábados libres pero no era lo mismo, porque sabía que lejos, a varios kilómetros, estaba la clase a la que había decidido no ir, y que mientras yo estaba bajo las cobijas, viendo tele, mis compañeros de maestría estarían avanzando a los trabajos o a la tesis.
Pero este sábado fue genial. Este sábado tuve nuevamente un poco de eso que experimenté de niña y un poco más:
Me levanté y estuve un rato viendo Thundercats, una caricatura que no es tan significativa para mí porque no fue de mi tiempo, pero por ser viejita me agrada. Luego fui con mi hermana a chacharear, que es otro de los pasatiempos que me relajan. En las chácharas o tianguis me compré un pantalón, un delineador de ojos —porque posiblemente lo ocupe ahora en día de muertos para pintarme la cara— una pasta de dientes blanqueadora y un pantalón y un top deportivos. Regresamos a casa a almorzar (ya era tarde, como la 1:30 PM), pero de regreso nos paramos en las nieves de carretón, que son mis helados favoritos, especialmente el de sabor vainilla, así que yo pedí una de vainilla y mi hermana una de garambullo. 😊 Almorzamos buebito con chilito que hizo nuestra madre y posteriormente fuimos a hacerle un mandado, en el que aproveché y me paré a una tienda de ropa; ahí me compré otros pantalones. Justo en ese momento andando en la calle mi celular me avisó de un nuevo correo de mi asesor de tesis, quien me estaba mandando correcciones, pero decidí no abrirlo ni contestarle, pues este era MI sábado y no quería gastarlo haciendo correcciones. Compramos lo de mi madre y de regreso en casa me ardían mucho los ojos así que intenté dormir. Pero sólo pude dormir diez o quince minutos por los ruidos que venían de la calle. Tomé el libro que estoy leyendo actualmente, el de Las ventajas de ser invisible —que no sé de dónde tuve la idea de comprarlo, porque hasta donde voy no se me ha hecho nada bueno— y leí por poco más de una hora, algo así. Casi enseguida me hablaron para la comida, que nosotros tuvimos ya muy noche, como a las 8:00 PM. La idea era hacer ejercicio pero estaba demasiado llena para ir a brincotear/correr en la caminadora eléctrica, además los ojos me ardían con más fuerza, por lo que decidí ponerme a leer un poco más en lo que se me juntaba más el sueño. Luego de leer me desmaquillé y me recosté a ver artículos en Mercado Libre (soy muy adicta a comprar, creo). Al final me dormí.
Fue un gran sábado: sábado de gastar el tiempo en lo que yo quisiera y no gastarlo en cosas que me agobian. En eso radicó lo grandioso. Me puse a pensar si algún día decidiré estudiar otra maestría o un doctorado, pero yo misma en voz alta me respondía lo erróneo que era ese pensamiento. "Ves cómo andas, sufre y sufre, y te pones a pensar en eso?". En ese momento juré no volverlo a hacer y no gastar mi tiempo en cosas que no me gustan. Estoy en el punto de mi vida en que "o aprovechas ahora o te lo pierdes".
Estaba sonando: Chan chan - Buena Vista Social Club
Pantalones, pasta y delineador comprados en el tianguis.
Estaba sonando: Chan chan - Buena Vista Social Club