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Qué coraje da cuando la vida te pone frente a una persona especial pero que no puede ser tuya. A mí me ha pasado un montón de veces. Pero en esta ocasión hablaré de un muchacho que me encantó desde el primer momento en que lo vi, que me gustó mucho antes de poder dirigirle la palabra y que quizá por eso me gustó más de la cuenta. Estoy hablando de un muchachito que con su carisma, su sencillez, su sonrisa, sus buenos tratos, su risa algo estruendosa, su estilo de platicar y de dar sus puntos de vista, me cautivó desde el primer día. Neta, él fue diferente, porque me gustó sin que haya hecho algo. Nunca se me insinuó, nunca me dio una mirada, nunca pasó más de esa rayita de amistad que teníamos. Un muchacho que sin conocer me hizo emocionarme; digo, porque existen personas que debes conocer y tratarlas más cercanamente para que te llamen la atención. Pero él no, él fue diferente. Esa persona que me alegraba el día, esa persona que tenía toda mi atención y ni se lo imaginaba, esa persona que fue muy especial para mí desde el inicio, para luego darme cuenta que era casado. Ouuuuch. Bendita suerte. Bendita, bendita, bendita suerte.

Ese muchacho, justamente hoy está cumpliendo años, pero que por angas o mangas ya no veo más. Si no se han imaginado ni un tantito, cómo me acordé de esa persona, les diré que facebook me lo recordó con su alerta de cumpleaños... quien sí se lo imaginó, felicidades.

Y felicidades para él, que algún día me trajo loquita.

¿Quíen no se ha enamorado de una persona prohibida?