Aprendiendo a nadar

Dice mi mamá que de chica yo ya sabía nadar, pero como no seguí practicando pues no nos llevaban a albercas, todo se me olvidó. Yo no recuerdo, la verdad.

Luego de aquel viajecín a Acapulco, supe bien lo que debía hacer: ¡¡..enseñarme a nadar..!! Pero como en vacaciones casi siempre me la paso en Garambutown, y como en Garambutown no hay albercas con buen mantenimiento, era de esperarse que mis planes albercosos iban a ser arruinados.

Un día, mi tía Kharmen vino de visita a mi casa y estuvo platicando de unas albercas que estaban aceptables, así que empecé a hacer berrinche a mi mamá para que me llevara, porque mis hermanas son tan aguafiestas, que ni sus luces pensaba que me querrían acompañar. Pero un día que vi que Mena estaba muy animosa, decidí poner fecha (al día siguiente, jeje ).

El día siguiente fuimos junto con tío T, Mono, Cho, Fercho, Piri, una prima de Piri y Kono, era ya muy tarde y el señor que atiende las albercas nos dijo que estaban reservadas por un maestro de natación que iba dar su clase. Así que nos sugirió volver al día siguiente más temprano.

Al día siguiente ya no eramos 9, sino que ahora eramos 14, pues se nos unió Pito, China, la mamá de mi tía Kharmen, la bebé de mi tía Kharmen y Yaya, así que nos dieron descuento grupal. Je.

Nos metimos y el agua estaba super fría, pero luego de un ratito la sentíamos bien. No estaba muy honda, a mí me llegaba a abajito de las bubis. Al principio me culiaba bastante, porque hubiera podido aventarme y tratar de nadar, pero el pedo para mí era levantarme. Y ahí me tienen con la cantaleta de "ahora sí, ya estuvo bueno" o "ya, ya, ya... chingue su madre" o "ya le voy a dar y si me ahogo ni modo", pero nada. Se me pajueleaba regacho. Luego de un rato el valor llegó a mí. Primero flotar (eso ya más o menos ya lo sabía), pero para pararme batallaba chingos. Luego de perrito (ese que estás pensando No ) sacando la cabecita del agua y moviendo las manos y piernas por debajo, tratando de ir lo más tumbada de panza posible (que no era mucho lo que lograba) Eso lo dominé en un día.

En otra ida el agua me llegaba hasta el cuello y practiqué lo aprendido. Ya no sentía tanto miedo, sabía andar de perrito y me levantaba como Dios me daba a entender. Este nuevo día el progreso fue también significativo: me agarré de la escalera por donde la gente se sale de la alberca, y sostenida, me puse totalmente de panza en el agua. Luego en unos ratitos me soltaba de la escalera y empezaba a flotar. Después me alejaba de la escalera y me aventaba rumbo a ella para poder avanzar y poder sostenerla, de esa forma también practicaba avanzar completamente horizontal. Así anduve un buen rato hasta que tuve ganas de no agarrarme más de la escalera, para esto resolví intentar pasar de la forma horizontal a la forma de perrito para luego poder pararme sola.. Y ¡¡¡TARAN!!! ¡Ya sin escalera! Esto lo seguí practicando el resto del día.

Otro día empecé a flotar de espaldas y a tratar de avanzar hacia atrás. También practicaba nadar horizontalmente y salir sin sostenerme de nada. Luego mi hermano me dijo que probara avanzar con la cabeza sumergida y fue aún más fácil, y de la misma manera tenía que sacar la cabeza y pasar a la posisión de perrito para poder salir. Jojo.

El último día que fui (pues debía presentarme al lugar donde me tocaría mi trabajo) la alberca honda estaba en mantenimiento y probe hacer todo lo que aprendí pero en una alberca que me llegaba al ombligo. Con esa profundidad se me hacía difícil, pues ya me había acostumbrado a que el agua llegara hasta mi cuello. Pero luego de un rato pude hacer todo lo aprendido en la honda e incluso me aventé de chapuzón desde afuera. Jojo.

Es tan bonito no tenerle miedo al agua, tirarse, girar, divertirse!! Pero ya no he podido practicar. A ver si no se me olvida lo aprendido para la próxima vez que tenga oportunidad.

Nota: Otro día les pongo foto, porque yo no tomé.