Once diecises de la noche del sábado y no he hecho nada de mis tareas. Perfecto. Soy la señorita postergación, otra vez, como siempre. Un putero de tarea que tengo y yo sin ganas de hacer nada. Tan sólo pensar en hacer unos malditos ensayos sobre historia, el diario de campo (anotaciones sobre cómo me fue en mi práctica en la primaria), hacer nuevas planeaciones de mis próximas clases en la primaria y hacer materiales didácticos, me hace que me fastidie y me moleste. Luego para colmo existe otra tarea que no sé qué demonios es por que no la anoté en mi libreta de tareas cuando la maestra la anotó en el tablero. Genial. Si toda mi vida fuera estar echada de panza como estoy ahora todo sería mejor, pero no.
En mis prácticas de esta semana que pasó me fue bien. Aunque la maestra buena onda a la que me referí en el post pasado resultó no ser tan buena onda por que me puso un 9 en el rasgo evaluativo de "Comunicación con los alumnos". Aunque... bueno, no soy la perfección, así que creo que un 9 está bien.
Los alumnos me hicieron ver mi negra suerte y más el día viernes cuando los maestros nos dejaron solos a todos los practicantes y ellos se fueron a una junta. En mi salón los niños fueron unos escandalosos todo el rato, tal parecía que se habían puesto en mi contra para que me impacientara. Lo bueno es que yo tengo mucha paciencia.
Oscar es el nombre del niño más chiflado, le decía "Oscar ya siéntate" y parecía que le decía "Párate Oscarito". Y así también había una niña igual de escandalosa, Yesenia. Yo les preguntaba algo y ella rápido levantaba la mano para decir incoherencias, como cuando les enseñé una foto de Maximiliano de Habsburgo y les pregunté quién era ese personaje y ella me dijo "Lord Farquad", jajaja... Um...
Y no me quiero ni imaginar cómo es que se oía mi voz afuera del aula en la que nos encontrábamos: "¡A ver, pongan atención!", "¡Siéntese señor!", "Vamos a esperar a que (el nombre de algun niño) se siente y nos deje continuar", "¿Qué dice el título?".
Al final de la semana acabé bien bomba, y luego los niños me decían "¡Ay maestra, la queremos mucho!" y yo por mis adentros "Ay chamaco escandaloso, ps tú a mí nomás me caes bien". Con todas esas chiflazones sentía que me odiaban. Y creer que hasta títeres les llevé para la clase de historia y ellos son unos ingratos, snif. Luego también llevaba muchas actividades extraclase como juegos y dinámicas, pero como no me dejaban avanzar no hubo tiempo para ello, bueno, ellos se lo pierdieron.
Um.... no tengo mucho que contar, estoy fastidiada y sin ánimos de nada.
Ya me voy a la conga. BYE
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