Que lata con mi corazón. Siempre anda inventando cosas. Siempre anda de emocionado. Hasta de lo más imposible se aferra. Luego anda lamentandose, sufriendo y cabizbajo.
Chales. Hace mucho que mi corazón no lo veía y ya hasta se le había olvidado aquel tonto, ahora que lo vió de nuevo... Sssssssh... pobre, se le hizo la piel de gallina.
La primera vez que lo vió fue en la preparatoria. Estaba muy quitado de la pena recargado en el marco de la puerta de su salón, tan tonto, tan ingenuo, con el peinado estilo Alfalfa y con sus orejas de Dumbo que hacían que me derritiera. Yo le dije... " Ya deja tu tun-tun, tranquis tranquis, no te emociones... él es un completo friki". Pero qué va, al corazón no se manda, sea friki, geek, otaku, etc. es terco. Bueno, el mío si es terco.
Algunas veces lo vió en la iglesia, cuando yo iba a ensayar guitarra en verano. Luego él se metió en el grupo de ensayos y tocaba bien. Lo hacía tan bien. Sus manitas, sus gustos, su aire fuera de este mundo... todo eso hizo que se interesara más en él. A veces iba recien bañado y perfumado que... Dios, juro que hasta mí me llegó, era el olor más hipnotizante.
Una vez me tocó conversar con él y un amigo suyo. Era todo elocuente. Ya no solo el corazón era el aferrado. Yo con mi cerebro éramos toda una tropa. Él hablaba y yo de tonta fingía interesarme en sus intereses. Qué tonta. El corazón había dominado mi cerebro y éste no carburaba.
Pasó el verano y tuvo que irse a estudiar a otra parte. Y nada. Mi corazón se quedó lamentándose, sufriendo y cabizbajo. No lo volvimos a ver mi corazón, mi cerebro y yo hasta ahora. Dios Santo, aquel tonto Alfalfa ya no es el mismo. Ha llegado mejorado, corregido y aumentado. Su cabello es largo y abundante y le da un aspecto sexy, su carita es tan tierna y su aire de misterio tipo friki sigue ahi. ¡¡Aaaaah!! Como ven, se ganó mi corazón de nuevo. Y mi cerebro descalibrado anda buscando la forma de hacer conicidencias para topármelo de nuevo.
